18

4.9K 282 89
                                    


— ¡Donde estamos! ¡Que alguien me diga! Por favor.

—No va a decirnos nada—escucho decir de Roxana—No saldremos de aquí, no saldremos.

Soledad se tragó las lágrimas debía saber dónde estaba, no sabe cuánto tiempo ha pasado horas o días, nadie dice nada solo entran y la obligan a comer, sus manos están atadas con aquella cuerda pegas a su espada, le duele su cuerpo, mucho menos puede ver con la venda y teme que algo malo pase.

No solo eso su preocupación por Fernando, llorar no ayuda mucho, menos saber el motivo de estar secuestrada.

Roxana no se cansa de grita que la suelten.

—Alguien viene—se puso alerta soledad.

Solo puede sentir que la puerta se abre, los pasos se acerca, su ansiedad aumenta terriblemente y el grito de Roxana la hace temblar los labios.

—¡Suéltenme! Que me suelten hijo de perra.

—Roxana....Roxana—dice su nombre.

Quiere ver, eso la perturba, su prima llora suplicando que la suelten que no quiere salir de ahí, se remueve en la silla hasta caer al suelo y como su mejilla golpe el suelo.

—Levántala, el jefe se va molestar.

—Qué hacemos con ella. —soledad tembló, como el hombre la sostiene el brazo.

—La van a preparar, llévatela.

¿Preparar? Que significa.

—Muévete —le demanda el hombre en cuestión.

Su cuerpo no deja de temblar los gritos de Roxana se van alejando, y eso la hace flaquear entre lágrimas, porque le está pasando esto que mal ha hecho ella para que la vida vuelve a dañar de nuevo.

Lucho para salir de la secuelas e Gustavo y ahora entraba en otro fondo.

El hombre la empujo entregándosela a una mujer y esta solo jaloneo a soledad quitándole la venda.

Ella miro a todas lados estando en una habitación demasiado lujosa para su gusto y como la mujer la repara con pesar.

Siente sus manos liberadas cuando la cuerda cae al suelo, notando las marcar rojas en sus muñecas.

La mujer le habla pero ella no entiende lo que dice y eso la irrita más.

—Desnúdate niña—soledad abre los ojos.

—No—se abraza con fuerza.

—Hazlo o el jefe se enojara contigo, no lastimes más tu piel de lo que esta, él puede ser esplendido y tratarte bien siempre y cuando hagas las cosas bien.

—Solo quiero irme, solo...—la mujer le tapó la boca.

—No puedo hacer eso, has lo que te pido, no sé qué vio el jefe en ti, es problemática, al menos al otra no dudaba.

—La...La otra.

—Sí, la mujer que venía contigo, mujer ambiciosa, lastima—soledad hiperventilo.

Fue llevada a la fuerza hasta el baño obligada a quitare la ropa, sintiéndose humillada, de cómo la mujer toca su cuerpo, y mete sus dedos en su parte, se asquea como la mujer mira el flujo de ella, para luego tocar sus pechos.

—Estas muy delgada, dudo que puedas parir exento tus caderas anchas podría ayudar..

—Ayudar a...A qué.

—Lo sabrás.

.

¿A qué se refiere con eso? Pero algo no era bueno, no lo era como la mujer la obligo entrar a la ducha tallando su cuerpo. Los ojos de soledad se cristalizaron, no sabe que le harán mucho menos sabe dónde está.

Falso MatrimonioOù les histoires vivent. Découvrez maintenant