Cap. 15-Extraño y agradable.

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–...Entonces, quieres venir?

–Lo siento, no podré ir, pero gracias por la invitación, Chigiri.

–No hay problema, Niko. Nos vemos.

–Adiós.

Apenas se despidió, colgué el teléfono, solté un suspiro pesado y dejé mi celular en la mesa.

Apoyé mis codos en ésta y dejé caer mi cara sobre mis manos.

–Supongo que ya no tengo a nadie más a quien llamar...

Me hubiese gustado poder llamarte...

Froté mi cara con mis manos y suspiré nuevamente.

–Dios, parece que tenemos sopla hojas descompuesto –reclamó mi hermana al sentarse frente a mi en la mesa, con los brazos cruzados–. Llevas así un rato, Hyouma, ¿Qué pasa?

Destapé mi cara para verla y crucé los brazos encima de la mesa.

–No es nada, hermana. Solo estaba llamando a unos amigos para salir mañana.

–Valla, acabas de llegar y ya quieres irte. ¿No quieres pasar tiempo con tu hermanita?

–Sabes perfectamente que no –dije en forma de broma–. Además estuve, literalmente, encerrado los últimos meses en una cárcel. Quiero salir con mis amigos sin ser rivales al menos por un rato.

–Buen punto. Pero...–se inclinó al frente, poniendo ambas manos sobre la mesa y sonriendo amablemente– eso no responde a mi pregunta así que dejame repetirla: ¿Qué te pasa, Hyouma?

–¿Nada...?, yo estoy bien.

–Puedes decir lo que quieras. A mi no me engañas. Y a tí te pasa algo.

Me quedé un rato viéndola fijamente con el ceño fruncido mientras que ella me veía con una ceja arqueada.

Es verdad...¿por qué estoy así?

¿Por qué me encontraba así? No estaba seguro; quizás fuera por la frustración que sentía aún por no haber podido jugar todo el partido contra la Sub-20; quizás fuera por la emoción de haber ganado el partido; quizás fuera por que ahora la presión en Blue Lock será mayor y estaba nervioso por lo que seguía; quizás era la gran felicidad que sentía por haber vencido a Sindou, de cierta forma.

Quizás sea todo eso junto...pero en especial lo último, que bueno que logramos ganarle a ese pedazo de-

–¿Entonces?, ¿Qué tanto piensas? –me preguntó para llamar mi atención–No puedes decir que nada por que ese silencio demuestra lo contrario. Además, llevabas un buen rato usando tu teléfono y tenías el ceño fruncido mientras lo revisabas. Se veía lo estresado que estabas a kilómetros.

Entonces vino a mi mente un rostro en particular. Me sorprendí por haber pensado en esa sonrisa amable y dulce que pocas veces mostraba; en esos ojos naranjas que tenían un brillo que me tranquilizaba y sin duda me encantaba; en ese pelo de un rubió peculiar que había acariciado en pocas ocasiones pero me gustaba hacerlo por lo suave que era...

¿Por que sigues apareciendo inconscientemente en mi cabeza?, ¿Por qué...no puedo dejar de pensar en ti?

No entendía muy bien ese sentimiento que me causaba el pensar en Kunigami. Nunca antes había pensado algo así y me era imposible saber el motivo.

Aún que no quiera...creo que lo mejor para entender esto es preguntarle a ella...

–Bueno...–empecé, sin saber cómo seguir– estaba tratando de encontrar a alguien en las redes...pero no tuve suerte.

Te Convertiste En Mi HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora