EL BANCO NEGRO

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"Esperando en el banco mi alma se volvió negra"

Todo sucedió un 5 de Abril de 2002 cuando yo tenía seis años, un día mi madre me llevo al parque a jugar y ese día me lo pasé fatal.

-Sara​ ven.- me llamo mamá.

-¿Que pasa mami?- pregunté chupando un piruleta.

-Espérame en el banco que vuelvo en 10 minutos.- dijo mamá marchándose hacia los baños.
Yo como niña obediente me quedé hay sentada.
Mientras esperaba a mi madre una pareja paso por el parque y se sentó en el banco que había enfrente de mi.

-¿Como llamaremos al bebe?- pregunto la mujer al hombre mientras tocaba su panza.

-No lose nisiquiera sabemos si es niña o niño.- dijo el hombre un poco agobiado.

-¿Oye, que te pasa, si ayer estabas super feliz.- dijo la mujer ignorando el mal que le acechaba.
El hombre miro a la mujer de arriba a bajo y su mirada antes compasiva se convirtió en agresiva.
-¿No era lo que querías?- pregunto ella al ver el cambio en su cara.
El solo bufó, la mujer agarro su cara y lo obligo a mirarla.

-Te recuerdo que eras tú el que quería un bebé.- dijo la mujer intentando hacer que el hombre cambiara la cara.
El hombre se quedo callado y mirando me fijamente y como si del mismo demonio se tratase se levantó pegando un salto y espeto.

-Eres una mujer deplorable de verdad pensaste que tendría hijos contigo, todas la veces que te dije que quería tener uno contigo era solo para complacerte.¡Pero ahora que voy a ser padre no se si quiero seguir contigo!- y sin más el hombre se levantó marchándose y dejando a la mujer llorando.
Yo en aquel momento era pequeña pero aún así entendía lo que eso significaba, esa mujer tendría que criar a su hijo sola.
En ese instante sentí como algo en mi corazón se rompía formando un pequeño agujero negro en él.

Tras un rato llorando la mujer se marchó.
Yo continúe hay sentada esperando a mi madre, pero no volvía así que continúe hay sentada.
Un mendigo paseaba por el parque mendigando, mientras mendigava una mujer estirada paso por hay con su perro, sin darse cuenta la mujer su perro se acercó al mendigo y este comenzó a acariciarlo, al percatarse la mujer corrió hacia el hombre amenazadora mente y comenzó a golpearlo, el hombre intento escapar pero no podía la gente que pasaba lo ignoraba.

-Así aprenderás a no robar.- dijo la mujer finalmente al alejarse del hombre.
El pobre hombre todo magullado se levantó y se marchó del parque.
Tras ver eso sentí como aquel agujero negro que se avía formado en mi interior creció volviéndose un poco más grande.

Dos horas pasaron desde que mi madre se fue y hay seguí incansable ante mi espera, la noche se acercan y en el parque la gente comenzaba a marcharse.

-Ser adolescente es una mierda todo el mundo te dice que hacer.- dijo un joven que pasaba por hay con otro joven.

-Ya te digo, pero las fiestas son geniales.- dice el otro.

-Si pero lo mejor son las chicas que sos tontas y no se enteran de nada.- dice el primero.

-Ya ves les puedes meter mano y no se enteran.¡Es que son tontas!- dice el segundo.

El primero me vio y ambos dos se acercaron hasta mi.

-Huy pero que tenemos aquí.Si es una niñita tonta.- dijo el primero acercándose.

-Yo no soy tonta.- repliqué con desdén.

-Todas la chicas son tontas.- dijo el segundo tirando de un mechón de mi cabello.
Yo comencé a llorar y los dos jóvenes al ver el ruido que hacia decidieron marcharse para que nadie los viera molestando a una niña pequeña, sentí como el agujero negro se volvía más grande. Poco a poco mi llanto cesó y la noche cayó. Comenzó a hacer frió pero aún así seguí hay dentada, el hambre comenzó ha acer mella en mi lo que provocó que agarrara el estómago.
La noche comenzó lentamente, cada ruido me exaltaba hasta que al final el cansancio ganó y me quedé hay dormida.

Unas horas después.

Desperté en una habitación a oscuras sintiendo una molestia en el brazo, unos pocos segundos una mujer entró encendiendo las luces en ese momento me di cuenta de que estaba en una habitación de hospital.

-Doctor venga la niña a despertado.- dijo la enfermera.

En menos de un minuto un doctor entró por la puerta.

-Hola Sara. ¿Como te encuentras?- pregunto el doctor mirando mi ficha médica.

-¿Como llegué aquí?- respondí con otra pregunta.

-El guarda del bosque te encontró y te trajo.- respondió el doctor mientras se sentaba en la silla.-¿Entonces como te encuentras?- volvió a repetir.

-Bien, pero tengo que volver al parque mi mamá me estará esperando.- respondí ignorando el mal que me acechaba de cerca.

-Sara lo siento pero me temo que tu mamá.....- en ese momento el doctor fue cortado ya que mi padre entró por la puerta.

-¿Sara estás bien?- se tiro encima mía abrazándome.

-Si papá.- dije separándolo.

-Entonces les dejo para que hablen.- dijo el doctor marchándose.

-Papa tengo que ir con mamá me estará esperando en el parque.- dije estirando de su brazo.

-Cariño mama no volverá me temo que nunca.- dice acariciando mi rostro.

-¿A que te refieres papá?- pregunto ignorante.

-Sara mamá murió.- en ese momento mi corazón se partió, pero lo peor bino después.- Fue asesinada por un atracador.- y en aquel momento sentí como aquel agujero negro alcanzaba su masa crítica y envolvía mi roto corazón.
Desde aquel día deje de creer en la humanidad, ese día vi la parte mala del ser humano y aquello me marco.
Hoy es el veinte aniversario de la muerte de mi madre y aquí estoy sentada en el mismo banco vestida de negro y con una rosa blanca.
Espere prácticamente un día a mi madre para luego enterarme de que había muerto, no llore cuando me enteré y tampoco en su funeral pero hoy desearía que estuviera a mi lado una lágrima cae por mi mejilla.
Me gustaría que estuviera con migo para poder contarle que espero a una niña a la cual pienso llamar como ella Anna.

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Esta historia va dedicada a la reflexión y a que entendamos que todos somos iguales dependiente de nuestra posición social. Y sobretodo a la igualdad de derechos.
No al robo.
No al maltrato físico y mental.
No al machismo.
No a la desigualdad.

HISTORIAS CORTASWhere stories live. Discover now