El amante joven

Extra 1

La trama de la película Agente 007: Plan B

Ryusei se encontraba en Nagoya cuando recibió la llamada de su agente. «¡Tienes el papel! ¡Serás una nueva versión de James Bond!», y el joven Miura ya no necesitó oír más. Empezó a dar saltos por la alegría que sentía desbordando de su cuerpo, y al tener que compartir la noticia con otros, dejó la habitación que sus abuelos Kiyoshi y Hanae destinaron para él en la Mansión Sato, ya que la residencia oficial de la familia que formara Takeshi y Harumi se encontraba en Tokio. A la primera persona que se encontró fue a su tía Keyko, hermana menor de su madre, la segunda hija de Los Sato. Ella acababa de llegar de la capital para disfrutar ese fin de semana al lado de sus padres, costumbre que tenía desde que se mudara junto a su familia a Tokio por el trabajo de su esposo, quien era un importante político. Ryusei cargó a su tía Keyko en brazos y empezó a girar con ella, algo que hacía reír a la japonesa en sus cincuentas. Las fuertes carcajadas de la esposa del congresista Ichiro Maeda hicieron que Harumi y Hanae se dirigieran con mucha prisa a la segunda planta de la mansión, encontrando la escena feliz y divertida de tía y sobrino.

- ¿Qué ha sucedido para que estés así de contento, hijo? –preguntó Harumi sonriendo al ver que Ryusei había dejado de marear a Keyko para empezar a bailar un vals cuya música solo estaba en la imaginación de su hijo mayor.

- ¡Madre! ¡Acabo de recibir la mejor noticia de mi vida! –Ryusei soltó a Keyko, quien se tuvo que apoyar en la pared para no caer por lo mareada que estaba, y se acercó a Harumi para empezar a bailar un supuesto vals con ella.

- ¿Y qué es eso que te ha puesto tan feliz? –se escuchó preguntar a Hanae, quien intentó huir cuando Ryusei soltó a su madre para ir por su abuela.

- ¿Recuerdan que hace unos meses viajé a los Estados Unidos? –las tres mujeres asintieron moviendo la cabeza-. Pues, hice un casting para una nueva película de la saga de James Bond –las tres mujeres lo miraban expectantes-. Y qué creen... ¡me dieron el papel principal! –Harumi gritó de alegría y se colgó del cuello de Ryusei, a quien llenó de besos como siempre lo hacía, desde que era un bebé, al enterarse de alguno de sus triunfos.

- ¡Felicitaciones! Mi bebé es tan talentoso. Estoy orgullosa de ti, hijo precioso –decía Harumi con los ojos llenos de lágrimas de felicidad.

- Gracias, mamá –dijo Ryusei y cargó a Harumi en brazos y empezó a dar vueltas y vueltas con ella, algo que no le gustaba mucho porque era fácil de marear, pero para Keyko fue la venganza perfecta, ya que al principio su hermana mayor se reía de lo mareada que había terminado tras la aparición de Ryusei cuando caminaba hacia su habitación en la Mansión Sato.

- ¿Acaso serás James Bond? –se escuchó preguntar a Hanae, quien tenía cara de no entender-. Pero ese personaje es un espía inglés y tú eres 100 % japonés.

- Por la iniciativa de incluir a grupos minoritarios en Hollywood, algunas productoras han empezado a producir distintas versiones con personajes de diferentes razas a la que usualmente los protagonistas ya mundialmente conocidos pertenecen.

- ¡Pero eso es algo muy raro! –soltó Hanae, quien amaba la versión de Sean Connery como el Agente 007-. ¿Cómo va a haber un James Bond japonés?

- Obaa chan, es que no voy a ser James Bond, tendré otra identidad. Deja que te cuente de qué va la trama –y abrazando tiernamente a su abuela la llevó hacia la cocina para que disfrutaran de un postre mientras le narraba de qué iba el guion de la nueva película que protagonizaría.

Los productores junto al equipo de guionistas habían creado una historia en la que el Agente 007, de identidad secreta James Bond, ingresa a territorio japonés para evitar que un grupo armado norcoreano cometa un atentado con la intención de culpar a Corea del Sur, provocando que la tensión inicie entre ambos países asiáticos, cuya historia estaba marcada por el conflicto, desatando la guerra en el continente. Sin embargo, algo sale mal en la misión. Bond es traicionado, ya que era la única forma en que los norcoreanos podían adelantarse a sus planes. En el proceso de tratar de huir del grupo armado que lo tiene acorralado, el Agente 007 se encuentra con un joven japonés que fue expulsado del equipo de Fuerzas Especiales de la Marina de su país por haber golpeado a un oficial de alto rango, aunque esto lo haya hecho por defender a una mujer miembro del equipo de los abusos del superior.

Bond huye gracias a la ayuda del experimentado y joven ex marino; sin embargo, no pudo evitar recibir un balazo que estaba causando una hemorragia interna que el japonés nota cuando el inglés se desploma tras estar a salvo. Sabiendo que la muerte llegaría, el Agente 007 le entrega su reloj al ex marino y lo obliga a colocárselo en la muñeca izquierda. Al sentir un fuerte pinchazo cuando cierra el seguro de la correa del reloj, el japonés intenta sacárselo, pero Bond no lo deja y le revela su identidad. Tras entender que acababa de ayudar a un agente secreto, el mejor que el MI6 tiene en su equipo, el ex marino pregunta por la misión que lo llevó a Japón, y Bond le narra lo que los ingleses habían descubierto y querían evitar para que no se desate una muy segura tercera guerra mundial.

Bond no sobrevive, y a los minutos de su deceso se escucha a un helicóptero aproximándose: eran los refuerzos enviados por el jefe de la misión organizada por el MI6. Los agentes suben el cuerpo inerte del Agente 007 y obligan al japonés a acompañarlos tras lanzarle un dardo sedante. En la base y tras despertar del sueño obligado en el que lo pusieron, el jefe de la misión le explica el por qué lo habían llevado con ellos. Bond, al reconocer las cualidades del ex marino para hacer de él un agente secreto, decidió que será su reemplazo en la misión, por lo que le entregó su reloj, el cual reinició para que al colocárselo el nuevo portador se active el protocolo de reconocimiento de ADN, con la finalidad de que el código genético del nuevo agente sea asociado con las armas, vehículos y demás accesorios que utilizará en las misiones de espionaje que participe, haciendo que solo puedan ser estos artilugios manejados por él.

Como no había tiempo para entrenar a otro agente para que cumpla con la misión que fue encargada a Bond, el jefe no tuvo otra que aceptar la decisión que tomó el Agente 007 antes de morir, y le propone al ex marino ser el nuevo Bond. Al principio este se niega y argumenta que al no ser inglés no puede ser un agente del MI6, pero el jefe señala que en casos de extrema urgencia por la importancia de la misión, el Servicio Secreto de Inteligencia del Reino Unido podría aceptar a un nacionalizado. El ex marino japonés continúa con su negativa indicando que no están seguros de que él sea el hombre indicado porque no ha pasado la serie de rigurosos exámenes que se deben aprobar para convertirse en un miembro de ese equipo de élite. El jefe solo le dice que si Bond le entregó el reloj y lo obligó a colocárselo, sabiendo lo que ocurriría, fue porque estaba completamente seguro que solo él y nadie más que él podría ser su reemplazo para esa misión y todas las demás que vendrán a futuro. Al no poder volver a la Marina Japonesa ni a su hogar por la deshonra en la que hizo caer a su familia al haber sido expulsado de esa fuerza armada, y al no tener a dónde ir, el ex marino japonés decide ser el reemplazo de James Bond. Así es como se crea una nueva identidad para un nuevo Agente 007 inglés, pero de ascendencia japonesa: Raiden Kamiya.

La misión fluye con mayor éxito porque la identidad del nuevo Agente 007 y el fallecimiento de James Bond se mantuvo en absoluto secreto. El equipo norcoreano no se esperaba que un japonés entrenado para ser parte de un grupo de élite y destrezas en artes marciales sea el nuevo espía del Servicio de Inteligencia Secreto para casos internacionales del Reino Unido, por lo que descubre al traidor, desarma el plan del grupo armado al exponerlos internacionalmente y se deshace de ellos, dejando así que el secreto sobre el nuevo Agente 007 me mantenga y dejar abierta la posibilidad de ser encomendado con una nueva misión secreta.