Capítulo cuatro: ¿me lees?

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Capítulo cuatro: ¿me lees?

21/08/2023

Suelo escribir en mi cabeza todo el tiempo. Así mismo como tengo miles de conversaciones en la ducha, mientras lavo los platos y a veces durante mi hora de ejercicio. Converso, me saco emociones del pecho y lloro, en silencio. Sin emitir ningún ruido. Porque me da miedo perturbar la paz que yo le inventé a otros y quizá porque soy cobarde, cobarde para vivir y para sentir, porque cuando puedo expresar mi descontento me reconcilio en emociones ajenas, emociones que se vuelven mías a ratos, mientras las necesito para no tener que realmente sentir lo que mi garganta quiere gritar en altavoces, pero cuando estoy sola mis sensaciones son las únicas en las que puedo refugiarme para poder pensar y eso me hace preguntar si mis emociones son reales, ¿Qué pasa si son ideas que se inventó otra versión de mí misma? ¿Todo lo que está en mi cabeza es mío? ¿Soy yo todo el tiempo?
Esto me hace preguntarme si es que alguna vez he sentido algo real. Pero sería una mentira si te dijera que lo que siento es fingido, porque quema hasta la punta de mis pies y me hace llorar mientras te grito en susurros los dolores que me provocan tus acciones. Acciones del pasado, de hace años, pero que nunca me he atrevido a sacar de mi cuerpo, que mi garganta se atraganta hasta el punto de que mi estómago ya no puede digerir tanta tristeza y por mis poros salen pequeños suspiros, anhelando y creando ficciones, momentos de ficción, donde puedo por fin respirar bajo el agua.

Escribir siempre ha sido como un salvavidas donde no debo preocuparme de usar las palabras correctas para expresarme, porque no deben salir de mis labios, emergen de mis dedos y se impregnan en las teclas o en la tinta y es como si el universo se alineara para por fin poder leer mi mente. Mis labios no saben comunicarse, tienen miedo y están cerrados. Mi mente flota todo el tiempo y cada cosa que veo o escucho se transforma en la oración más linda que mis sentidos podrían haber escuchado. Cuando escribo me quiero, me entiendo. Siento que mi voz suena mejor en mi cabeza. Todo suena mejor cuando se trata de algo que acabo de inventar.

Cuando escribo mi intensidad está en armonía con el lector y ya no me da vergüenza ser densa, tener consistencia, volverme espesa y frágil como la espuma. Me gustaría poder deshacerme en burbujas. Me gusta leer lo que escribo como si estuviera leyendo la carta de una persona que amo, porque en este mundo ficticio me quiero y me entiendo, ¿por qué se me hace tan difícil
quedarme aquí?

No sé en qué momento salí por la puerta y la cerré con llave para no volver y dije "no vuelvo a escribir".

Ahora me rio para no llorar, porque me
encuentro buscando entre todas las llaves que he guardado de lugares que no quiero volver, pero que siempre me arrepiento de haber cerrado, pero es que me da rabia que sea lo mejor que hago. Irme, de lugares, personas y hasta de mi misma. Este último ha sido el que más me ha costado regresar y no estoy segura si algún día podré volver en su totalidad. Carolina del futuro, me podrías contar si es que un día logramos volver a entrar.

¿Me lees de la manera en la que suena en mi cabeza?

Mastermind (carolina's version)Where stories live. Discover now