Obra original por: Emily_F6 in Ao3
Traducción por: __Pierrot__
🔹Continuación a partir del capítulo 26🔹
🔸Capítulos del 1 a 25, se encuentran en el perfil de Moonlight-S14🔸
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Hacía un mes que habían vuelto las clases cuando por fin terminaron el coche.
Peter había empezado una nueva medicación que, aunque al principio le había quitado un poco el sueño, parecía funcionar.
Los días malos no habían desaparecido... pero eran mejores.
Y entonces, un día en el laboratorio, completaron el coche.
Para el color, eligieron el rojo por Spiderman y Iron Man.
Mirando el coche al lado de Tony, la mano del mayor en su hombro, ambos cubiertos de grasa y algunas motas de pintura, Peter sabía lo que quería hacer a continuación.
— "¿Papá?"
Tony lo miró, con los ojos entornados como siempre que Peter lo llamaba así.
— "¿Sí?"
— "¿Me enseñas a conducir?"
May le había enseñado un poco, sobre todo en aparcamientos.
Sabía lo básico. Parar, acelerar, estacionar y reversa.
Por lo demás, su única experiencia real era aquella vez que había robado (y destrozado) el coche de Flash.
— "Claro que sí" —le dijo con una sonrisa, haciendo un gesto a Peter para que le siguiera.
Sacando una llave del bolsillo, Tony se sentó en el asiento del conductor y Peter en el del copiloto.
En ese momento arrancó, con un sonido suave y constante.
Y entonces salieron del laboratorio, por la puerta lateral hecha especialmente para los coches, y luego del garaje a las calles de Nueva York.
Era tarde, así que las calles no estaban tan concurridas como de costumbre.
Aun así, había más tráfico del que Peter se habría sentido cómodo conduciendo.
Como si notara que estaba nervioso, Tony se acercó a él, le puso una mano en la pierna y encendió la radio, llenando el coche de música rock.
La radio tenía un reproductor de CD y Bluetooth, lo cual era genial...
También estaba seguro de que había un rastreador en alguna parte, pero no había preguntado.
Parecía razonable teniendo en cuenta que todo lo demás que le hacía Tony tenían un rastreador.
Si le hubieran preguntado cuando conoció al filántropo, qué le parecería que el hombre instalara rastreadores en todo lo que usaba, habría dicho que sería invasivo.
Una violación a la privacidad.
Habría dicho que no era un niño pequeño y que no necesitaba ser tratado como tal.
Ahora lo hacía sentir como si fuera importante para Tony... como si él pudiera encontrarlo si necesitaba ayuda.
Se detuvieron en el estacionamiento de una escuela secundaria.
No en el instituto de Peter, sino en uno de la zona, frenó en seco y aparcó el coche. Luego se volvió hacia su arañita con una sonrisa.
— "¿Estás listo?"
Peter subió al asiento del conductor, Tony ocupó su lugar en el asiento del pasajero, ambos cerraron las puertas casi a la vez y apagó la radio.
— "Muy bien, Pete. Pon la marcha atrás, empieza a girar el volante... exactamente. Si hubiera otros coches a tu lado, tendrías que salir recto hasta que estuvieras despejado, pero no importa porque el aparcamiento está vacío. Bien... ahora ponlo en marcha y demos una vuelta".
Y así lo hicieron.
Primero una vuelta, luego dos. Tres. Cuatro.
Peter se detuvo en señales de stop imaginarias, aprendiendo a pisar suavemente el freno en lugar de pisarlo de golpe después de la primera vez que se lanzó junto a Tony contra sus cinturones de seguridad.
— "Cuidado con el freno, a menos que quieras darte un latigazo cervical" —le aconsejó Tony con una sonrisa irónica, haciendo caso omiso de las disculpas de Peter.
No se molestaron en aparcar en paralelo, todavía no. Tony le dijo que sólo quería que Peter se sintiera cómodo conduciendo.
Le enseñó a usar los intermitentes y a mirar por los retrovisores.
El sol empezaba a ponerse, así que también le enseñó a encender las luces, cuándo apagarlas.
Después de dos horas de práctica, Peter se siente casi cómodo. Su coche. Diseñado sólo para él, parcialmente hecho por él.
— "¿Qué te parece, Pete? ¿Quieres conducir hasta casa?"
Con los ojos muy abiertos, Peter negó con la cabeza, y Tony rió entre dientes, dándole una palmada en el hombro.
— "¿Quizá la próxima vez?"
— "Suena bien"
Intercambiaron sus lugares una vez más, el vengador encendió la radio y los dos se dirigieron de vuelta a casa.
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