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La noche comenzó a caer y los amigos estaban en la recta final de la celebración y bullicio. Las risas y la música llenaban el aire, mientras todos disfrutaban del ambiente festivo. Sin embargo, lo que no sabían era que eran observados a la distancia.

Una sombra parecía asecharlos desde las sombras, su presencia envuelta en misterio y suspenso. Los ojos de la figura estaban fijos en el grupo, pero había algo en la forma en que miraba a Violeta que enviaba escalofríos por su espina dorsal. Era como si esa sombra supiera algo más, algo que los amigos no podían siquiera imaginar.

Violeta, inmersa en la celebración y ajena a la figura oscura que la observaba, siguió riendo y charlando con los demás. Sin embargo, un instinto inexplicable la hizo voltear hacia las sombras, como si hubiera sentido esa mirada sobre ella. Pero no había nada allí, solo la oscuridad de la noche.

La sombra siguió observando desde su escondite, un secreto siniestro oculto en su mirada. Su presencia era inquietante, como un espectro acechando en la penumbra.

SU: Sabía que te encontraría aquí.

Su voz apenas un susurro llevado por la brisa. Parecía como si las palabras se mezclaran con el viento de la noche, fusionándose en un eco fugaz.

Una sonrisa retorcida se formó en sus labios mientras continuaba observando a Violeta y sus amigos. Había algo inquietante en su manera de mirar, como si supiera algo que los demás no sabían.

La sombra habló al aire, dejando que sus palabras flotaran como fantasmas en la noche. Su voz se desvaneció en el aire, y con ella, su presencia. Como una sombra más entre las sombras, se esfumó en la oscuridad, como si nunca hubiera estado allí.

El tiempo pasó y la fiesta llegó a su final. La noche estaba avanzada y era hora de descansar. Mientras Peter y Nick se ocupaban de limpiar, Katherine yacía dormida, arropada con ternura por Fish.

Fish: Nunca imaginé que tendría un "gato" en la familia.

Con una sonrisa juguetona en el rostro, Fish salió de la habitación y se encontró con Violeta en la cocina, absorta en sus pensamientos. Se acercó con picardía.

Fish: ¿Así que, Violeta, disfrutaste de los pasos "chuecos" de Villalobos en la pista?

Violeta la miró de reojo, encogiéndose entre sus hombros, y decidió no responder. Divertida, Fish se aproximó a Villalobos, quien estaba recogiendo la basura.

Fish: Bueno, la fiesta ha sido divertida, pero parece que "ciertos presentes" encontraron una diversión alternativa en el té.

Villalobos rió, captando la referencia, hasta que Fish tomó la bolsa y lo empujó suavemente en dirección a Violeta, que estaba de espaldas.

Fish: Creo que es hora de que empieces tu "camino" a casa, Villalobos. Ya es tarde.

Villalobos alzó una ceja y, al encontrarse con la mirada de su amiga, quien de reojo señalaba a Violeta, entendió a lo que se refería. En ese momento, Violeta se giró para dejar algo y chocó con Villalobos, quien sonrió nervioso.

Villalobos: ¿Quieres que te acompañe a tu departamento, Violeta?

Violeta lo miró desconcertada y encogiéndose de hombros, pasó de lado antes de dejar los juegos en una caja. Finalmente, suspiró y asintió.

Villalobos: Perfecto, iré por mi chaqueta y saldremos antes de que haga más frío.

Violeta lo observó en silencio al verlo salir de la cocina en busca de sus pertenencias. Usando la manga de su sudadera, respiró profundamente antes de esbozar una fugaz sonrisa.

Violeta: No sé por qué no puedo decirle que no. 

No obstante, no esperaba que Fish hubiera escuchado sus palabras. Al ver cómo su amiga le sonreía, alzó la espátula con la que habían servido la comida.

Fish: No vi, no escuché, no olí nada.

Violeta la vio partir, sintiendo una mezcla de alivio y nerviosismo por haber sido descubierta en sus pensamientos. En ese momento, Villalobos desde el sofá también la había observado. Al cruzar miradas, ambos desviaron la vista.

Villalobos: Peter, llegaré tarde a casa.

Peter refunfuñó y asintió mientras Violeta salía de la cocina con la mayor tranquilidad que pudo reunir. Sin embargo, Villalobos se acercó a ella de forma juguetona.

Villalobos: Vaya, parece que mi ropa te queda mejor a ti que a mí.

Violeta resopló y golpeó su pecho, lo que hizo reír a Villalobos. Juntos abrieron la puerta y salieron del lugar.

Caminaron por las calles del fraccionamiento, dirigiéndose al edificio en el que Violeta vivía. Aunque no intercambiaban muchas palabras, de vez en cuando Villalobos optaba por empujar amistosamente el hombro de Violeta. Esto desencadenó una pelea amistosa entre empujones y risas de Villalobos, con Violeta reprochando su actitud.

Villalobos: Vamos, Violeta, ¡no te hagas la seria!

Violeta: ¡Deja de comportarte como un niño!

En un intento por hacerlo callar, lo empujó un poco más fuerte hacia un arbusto, sin esperar que Villalobos la tomara del brazo en el último momento. Ambos cayeron entre las hojas, riendo.

La risa de Violeta resonó en el tranquilo fraccionamiento mientras intentaba liberarse del agarre juguetón de Villalobos.

Violeta: ¡Ya basta, Villalobos! ¡Suéltame!

Villalobos: Está bien, está bien, te suelto. Pero admito que disfruto mucho de esas micro-sonrisas tuyas.

Las palabras de Villalobos la tomaron por sorpresa. Sabía que de vez en cuando sonreía cuando estaba con él, pero no esperaba que él lo notara. Miró a Villalobos, encontrando una sinceridad en su mirada que la hizo sonreír genuinamente.

Violeta: La verdad es que... también disfruto mucho de estos momentos contigo.

Ambos se miraron por un momento, pero Villalobos no pudo evitar sonreír ante su comentario. Como en los viejos tiempos, se inclinó hacia ella, intentando besar su mejilla, pero Violeta lo detuvo al instante.

Violeta: ¿Qué pretendes, Villalobos?

Villalobos, sonriente, sintió cómo Violeta apretaba su rostro con la intención de hacerlo hablar.

Villalobos: Bueno, quería... quería darte un beso en la mejilla, como siempre.

Violeta suspiró ante sus palabras y apartó su rostro para acercarse a la mejilla de Villalobos en un intento de responder a su gesto. Sin embargo, sintió una inquietud que la detuvo en seco. En lugar de un beso completo, solo se atrevió a rozar su nariz suavemente contra la mejilla de Villalobos.

Violeta: Eres incorregible, Villalobos.

Villalobos, ligeramente sonrojado, rió con nerviosismo antes de tomarla desprevenida y besar su mejilla de manera rápida pero cariñosa. Luego, se levantó y miró a Violeta.

Villalobos: Tienes razón, soy un caso perdido. Pero quién sabe, quizás algún día logres descifrarme.

Con una sonrisa cómplice, Villalobos extendió su mano para ayudar a Violeta a ponerse de pie. El tiempo pareció detenerse por un instante. Violeta vaciló, no porque rechazara su ayuda, sino porque empezaba a temer la cercanía que estaba empezando a sentir hacia él. Durante su tiempo separada de él, había pensado que su interés sería solo pasajero, pero no había contado con que al reencontrarlo y escuchar esas palabras, encontraría una chispa de valentía para dejar atrás su oscuro pasado.

Finalmente, tomó la mano extendida de Villalobos. Este la atrajo hacia él para levantarla, pero no se esperaba que Violeta aprovechara el impulso para besar su mejilla con determinación, tomando por sorpresa al propio Villalobos.

Violeta: Supongo que también espero poder hacerlo.

Con una sonrisa cómplice, Violeta continuó caminando hacia su departamento, dejando a Villalobos detrás de ella, con la mano en la mejilla y gratamente sorprendido por el giro de los acontecimientos.

"Entre el Viento y las Memorias: Orígenes" @YumenonakadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora