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El amanecer apenas se insinuaba en el horizonte cuando Violeta se encontró en lo que parecía ser una antigua bóveda, una cripta subterránea. El lugar era sofocante, con paredes de piedra cubiertas de musgo y un techo bajo que parecía amenazar con cerrarse sobre ella en cualquier momento. 

La bóveda era como una prisión de siglos olvidados, un lugar donde el aire estancado y húmedo envolvía cada respiración, cargado con el penetrante olor a desoxidado y musgo que amargaba el ambiente, como si la muerte acechara en cada rincón. El lugar parecía tener una vida propia, susurros de piedra que contaban historias de antaño.

Violeta se encontraba desorientada, su cabeza aún cubierta tras el brutal rapto de su propio hogar. El enfrentamiento con esa sombra había sido un giro inesperado, una lucha que había tomado por sorpresa. Aunque inicialmente había logrado tomar ventaja, otras presencias habían intervenido, sometiéndola y ahora arrastrándola hacia este lugar que, con cada paso, se volvía más familiar.

El peso de su pasado la perseguía en cada sombra, cada rincón oscuro de aquel opresivo recinto. Cada paso resonaba con ecos de momentos olvidados y susurros de secretos sepultados en el tiempo. La tensión en el aire era palpable, como si el propio lugar fuera un testigo silencioso de incontables tragedias.

Violeta se sentía como si estuviera siendo absorbida por la esencia misma de aquel lugar, como si fuera parte de una historia que nunca quiso reconocer. Cada paso era una lucha contra la desesperación y la incertidumbre. No sabía qué le deparaba en aquel oscuro confín, pero estaba decidida a enfrentarlo, a desentrañar los secretos que yacían ocultos en las sombras de su propia historia

El claro bajo los muros del desolado lugar se tornó en un oscuro teatro de pesadilla. Violeta, inmovilizada por las cadenas que aprisionaban cada extremidad, se encontraba en un estado de alerta aguda. Cada tirante de cuerda le recordaba la presencia amenazante que la rodeaba.

La voz, escalofriantemente familiar, resonó en el espacio, y Violeta no pudo evitar tensarse ante la visión de aquella silueta blanquecina, envuelta en sombras, con ojos grises que la escrutaban con una perturbadora sonrisa. Era como si estuviera siendo analizada por una entidad que esperaba el momento propicio para devorarla.

SU: Bienvenida, querida VBW. Veo que recuerdas estas paredes.

Violeta gruñó en respuesta cuando el vendaje que cubría su rostro fue arrancado sin miramientos. Aquella figura siniestra era la encarnación de la pesadilla que había tratado de olvidar.

VBW: ¿Qué diablos...? ¿Qué haces aquí? ¡Estás muerto!

La sonrisa de SU se amplió, revelando una mueca macabra mientras se acercaba a ella con un puñal en mano. Con una destreza espeluznante, alzó el rostro de Violeta, su filo presionando amenazadoramente contra su garganta.

SU: Nunca morí, VBW. He renacido entre las cenizas para sorprenderte en este reencuentro.

Violeta, con valentía y desdén, apartó su rostro, dejando que su cabello cayera sobre sus ojos, ocultando la mirada que juró nunca volver a permitir.

VBW: ¿Qué es lo que quieres?

SU extrajo un frasco de una solución peculiar, que Violeta reconoció al instante. Una mezcla de inquietud y determinación se apoderó de ella mientras intentaba liberarse de sus ataduras.

SU: Quiero recuperar al Zorro que escapó de la diosa Luna hace quince años.

Una risa retorcida llenó el aire mientras Violeta recibía el golpe seco sobre su espalda, seguido del impacto sordo de SU, inyectando la solución en su cuello. La solución comenzó a surtir efecto, y Violeta, luchando contra su instinto y el oscuro psicópata que yacía latente en su interior, se retorció en el suelo en una desesperada lucha por mantener su cordura.

La escena era digna de una pesadilla macabra. SU, divertido ante la agonía de Violeta, tomó otro frasco y bebió de él con desdén. Después, con un gesto de superioridad, indicó al resto de sus secuaces que comenzaran a alzar a Violeta a través de las cadenas.

SU: Dejaremos que el claro de luna surta efecto antes de aplicar más, VBW. Debes estar lista para el fin de semana.

Con esas palabras, SU se retiró del lugar con una risa tenebrosa que reverberaba en los oscuros pasillos de la bóveda.

El cuerpo de Violeta cedía ante el poder abrumador de la solución que la recorría. Un calor sofocante la envolvía, provocando que gruñera y gritara, reviviendo el asfixiante dolor de su niñez que la perturbaba hasta lo más profundo de su ser. Se sentía como si estuviera perdiendo el control sobre sí misma, desconociéndose por completo.

Justo cuando su conciencia comenzaba a desvanecerse, SU se acercó a ella sosteniendo la misma fotografía de aquella última noche junto a Villalobos.

SU: ¿Qué dices, VBW? ¿No te preguntaste nunca por qué estoy tan interesado en tu "amigo"? Tal vez sea porque él es la clave de todo esto.

Su mirada vacilante expresaba una determinación cruel, como si estuviera dispuesto a eliminar lo que más amaba, tal como lo hizo con BWE.

Violeta: ¡Jamás lo permitiré! Si te atreves a tocar a Villalobos, te arrepentirás.

SU, satisfecho con la reacción, tomó su puñal y lo hundió suavemente en el costado de Violeta, sofocándola.

SU: ¿Villalobos, dices? Parece que la mención de tu querido Villalobos te afecta más de lo que imaginaba. Me pregunto si él será el detonante de tu verdadera transformación.

Con el calor de su sangre fluyendo por la herida, Violeta gruñó, sintiendo que ese acto era el detonante para su transformación. SU se retiró del salón, dejando a Violeta para completar su metamorfosis en la oscura y sombría bóveda.

En ese instante, el oscuro teatro de pesadilla parecía cobrar vida propia. La bóveda resonó con un eco ominoso mientras Violeta, atrapada en la espiral de la transformación, sentía una fuerza nueva y aterradora crecer en su interior. Era como el comienzo de una nueva era, una era amenazante para su vida y para todo lo que conocía.

La habitación, vibraba con una energía siniestra. El sonido de las cadenas tintineaba en armonía con el pulso acelerado de Violeta. Cada respiración se volvía más pesada, cargada de anticipación y ansiedad.

Violeta, aún luchando contra la marea de sensaciones que la invadían, buscó desesperadamente un atisbo de lucidez en medio de la oscuridad abrumadora. Sabía que debía resistir, que su vida y la de aquellos a quienes amaba dependían de ello.

Con determinación, Violeta se concentró en su fuerza interior, en la valentía que la había llevado a enfrentar desafíos inimaginables en el pasado. Aunque el camino que se extendía ante ella parecía incierto y peligroso, estaba dispuesta a enfrentarlo con la misma determinación que la había guiado hasta ese momento. Era el inicio de una nueva batalla, una batalla que definiría su destino y el de aquellos a quienes amaba.

"Entre el Viento y las Memorias: Orígenes" @YumenonakadeWhere stories live. Discover now