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Hace un enorme esfuerzo por mantenerse recto a medida que camina por el ancho pasillo con la exagerada pila de hojas entre sus manos, agachando levemente su cabeza por cada vez que se encuentra con un profesor o estudiante de un curso superior al suyo en el camino.

Hyunsuk había sido enviado por el presidente del consejo estudiantil a la sala de profesores para dejar los exámenes dado que ya estaban en la época, hojeando por mera curiosidad en vano al no comprender nada de lo que allí estaba escrito incluso si él ya hubiese tenido que pasar por eso el año anterior.

Para él formar parte del consejo estudiantil era simplemente un dolor de cabeza, pero a su vez no tenía derecho a quejarse. Los profesores veían a este grupo de alumnos como algo ejemplar, sonriéndoles sin falta cuando los veían caminar por los pasillos ¡y obviamente!, si al fin y al cabo presenciar como estudiantes aplicados iban de acá para allá encargándose de sus respectivas actividades demostrando sumo interés y preocupación por su escuela era de admirarse.

Pura basura.

Choi Hyunsuk era mucho menos un estudiante aplicado, pero tampoco era un mal estudiante. El muchacho estaba en una brecha en la cual no tiraba ni para un lado ni para el otro, en los casos de que aprobara con la nota justa, para él era suficiente, completamente regular. Sin embargo, se ganaba miradas complacidas de los profesores cada vez que pasaba delante de ellos incluso si realmente no estuviera haciendo nada extraordinario, dado que su puesto solo se basaba en hacer cualquier estupidez que le pidieran y él iría como perrito faldero a cumplir con el cometido, creando una reputación impecable por eso.

Justo como ahora. El azabache solo debía dejar la pila de exámenes en el escritorio del profesor correspondiente, volver a su aula y gualá, un punto más para su estúpido curriculum.

Al girar su rostro hacia una de las ventanas (la cual daba al pasillo) divisó la figura de cierto muchacho al que reconocería incluso si estuviese a diez metros de distancia, dado que su presencia era tan imponente y encandiladora que no reconocerlo incluso se consideraría una falta de respeto.

Park Jihoon. El chico que más bien parecía un príncipe y ángel de la preparatoria.

El chico de cabello gris se vio tan ensimismado que ni siquiera notó que había alguien más allí dentro, logrando hacer que el mayor entrara en pánico al escuchar el sonido de la pequeña trabita automática de la puerta corrediza. Por reflejo Hyunsuk se ocultó debajo de uno de los escritorios, incluso si no fuese un muchacho de contextura por demás de pequeña, estos tenían un gran hueco en el cual no le costó demasiado entrar. Asoma su cabeza con cuidado, siendo cubierto fácilmente por una de las computadoras más aun así tiene una vista bastante buena de la situación, abriendo sus ojos de par en par sin creer lo que veía.

La pila de hojas que anteriormente había dejado sobre el escritorio ahora estaba siendo husmeada por las delicadas y blanquecinas manos de Jihoon, siendo lo más cuidadoso posible. Sin rodeos, el muchacho metió una de sus manos dentro del bolsillo interior de su uniforme escolar y sacó su celular, no había que ser la persona más inteligente del mundo para saber que claramente le estaba tomando una foto al examen. Acto seguido, este puso el celular a un lado de su oído después de marcar.

—Sí, ya lo tengo. ¿Puedes creer que los idiotas lo dejaron todo a la vista? Pidieron a gritos que alguien venga y robe las preguntas—habla con un tono algo tosco y sarcástico. Fue inevitable para Hyunsuk sentirse ofendido puesto que él era ''el idiota'' que dejó los exámenes donde le habían pedido—Ese maldito imbécil no arruinará mi curriculum, me esforcé lo suficiente para mantenerme en el primer lugar y no dejaré que ese viejo lo eche a perder.

''Que demonios...'' Choi no podía creer lo que escuchaba salir de los delicados labios del chico que en otra ocasión no mostraría otra cosa que no fuese su sonrisa de comercial de pasta dental.

Iba a ocultar su cabeza nuevamente debajo del escritorio, descuidándose en el último segundo provocando así que se golpeara un poco con el borde de este mismo en el proceso.

—¿Quién anda ahí?

Jodida mierda.

El azabache juró nunca haber sentido tanta adrenalina como en ese momento; cubriendo su boca para apaciguar su agitada respiración, solo esperó lo peor. El ruido causado por las suelas de las zapatillas del peligris acercándose solo lo ponían más nervioso, sintiendo como este golpeaba bruscamente los demás escritorios mientras murmuraba cosas inentendibles, impotente.

''Hola dios, soy yo de nuevo'' pensó juntando sus manos. Justo cuando estaba por comenzar a rezar, la voz proveniente del celular de Park fue su salvación.

—Sí, sigo aquí. Entretén al profesor un poco más, estaré allí en cinco minutos—lo escuchó decir antes de irse corriendo.

Oh Choi Hyunsuk, en donde diablos te metiste.

Bilateral ||SukHoon||Место, где живут истории. Откройте их для себя