Capítulo 49 - Ya no quiero estar contigo

740 34 2
                                    

*Narra Constanza*

Mis ojos me lastiman, así que no los abro. 

Siento una incomodidad tan grande en todo mi cuerpo, intento mover mi cabeza, pero algo que está apretando mi cuello me impide hacerlo. Y no solo eso, algo también está invadiendo mi nariz y mi boca. Con esfuerzo y haciéndolo poco a poco porque la luz me molesta abro mis ojos, pero no se donde estoy, me desespero al estar tan desorientada. 

Paso una mano por lo que sea que esta sobre mi cara para intentar quitármelo, también estoy empezando a desesperarme al tener sobre mi cosas ajenas a mi cuerpo, pero antes de que pueda lograrlo, Ciro se acerca a mi y me impide hacerlo.

⁃ Déjatelo. - Me vuelve a acomodar el aparato y después pasa una mano por mi pelo, este gesto hace que quiera dormirme, me duele todo el cuerpo y solo quiero perderme entre mis sueños para que todo ese dolor desaparezca, así que lo hago. 

***

Me despierto al sentir un pinchazo en mi brazo, el sol que entra por la ventana es cada vez más intenso, el dolor en mi cuerpo ha disminuido considerablemente a como me encontraba hace rato, pero el dolor que siento en mi corazón no parece desaparecer desde ayer.

Noto que ya no tengo la máscara, pero cuando intento hablar me duele la garganta.

⁃ Es normal que sientas la garganta rasposa, ten toma un poco de agua. - Me dice una enfermera de piel morena y rasgos amables, tomó el vaso que me ofrece y le doy un gran trago de agua.

⁃ ¿Cómo te sientes? - Mi padre me pregunta a mi lado, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba aquí. 

⁃ Voy a dejarlos solos. - Dice la enfermera antes de salir.

⁃ ¿Que ha pasado? - Le pregunto tocando con mi mano el collarín que estaba sobre mi cuello, me dolía sentirlo tan estirado. 

⁃ ¿Qué recuerdas, Connie?

⁃ Recuerdo haber estado discutiendo con Pablo y después él perdió el control del auto. - Pablo, recuerdo haberlo visto recostado en la ventana con un hilo de sangre bajándole por todo el rostro, intento incorporarme, pero mi padre me lo impide. - ¿Cómo está el, papá? Quiero verlo. ¿Dónde está? - No he tenido noticias desde que ayer y estoy empezando a exasperarme, tantas dudas y tan pocas respuestas. Solo quiero verlo, saber que está bien.  

⁃ Él está bien, ni siquiera está en el hospital, pero Constanza, tú no volverás a ver a Gavi.

⁃ ¿Qué? Papá, ¿qué dices? ¿Dónde está el? ¿Como que no lo voy a volver a ver?

⁃ No lo vas a volver a ver porque el te abandono.

⁃ ¿Que? - Pregunto con mi voz temblorosa.

⁃ Pablo te dejo sola en aquel coche para librarse de cualquier consecuencia que el choque pudiera traerle.

⁃ No te creo, Pablo jamás me dejaría sola. - Digo e intento negar con la cabeza, pero el collarín me lo impide. 

⁃ Pues lo hizo hija. - La forma tan convincente en la que mi padre habla me da miedo. - Y no solo eso, te cambio de lugar para que creyeran que quien iba conduciendo eras tú.

⁃ No te creo nada. - Le digo mientras las lágrimas bajaban por mis mejillas, ¿por qué mi padre me estaba diciendo esto? ¿Qué pretendía? - Papá, deja de mentirme, tú nunca quisiste a Pablo y ahora me estás diciendo esto para que yo lo deje. - Antes de que mi padre pudiera decir algo más, la puerta de abre, esperaba ver a Pablo entrar por ella, pero a quien veo es a Pedri.

⁃ Connie. - Su voz suave y calmada en otras circunstancias me habría tranquilizado.

⁃ Pedri por favor dime que no es cierto, dime que mi padre me está mintiendo. - Mi voz se quebró al pronunciar la siguiente frase porque puede que al final, había decidió creerle a mi padre al ver a Pedri entrar al cuarto y no a Pablo. - Dime qué Pablo no me ha dejado sola.

Mi gran casualidadOnde histórias criam vida. Descubra agora