•La sugerencia•

2.6K 273 119
                                        

                                       ☥

Ya era un nuevo día. Aquino tenía su plan maestro, ir a misa. Era domingo y se sentía con suerte.

—Aquino por favor, piensa bien las cosas.— Seguía repitiendo el alterado de Estailus.

—Te voy a aventar del carro si no te callas. Todo saldrá bien, pasaremos desapercibidos.—

Estailus respiraba pesadamente, se sentía nervioso. Se arrepentía de haber aceptado acompañar a Aquino a su travesía.

—¿Me repites tu plan?— Aquino rodó los ojos.

—Todo te tengo que repetir. Llegamos, nos sentamos, escuchamos y buscamos, punto y final, ¿Se te hace difícil hacer eso?—

—Te recuerdo que tu vas a buscar. Conmigo no cuentes para eso.—

("Mis mejores amigos") pensó.

—Como quieras, no es como que te necesitara.— Dijo intentando ocultar su molestia.

                                       ☥

Al entrar a la gran iglesia, notaron que la misa ya había empezado.

Intentaron sentarse lo más silenciosamente posible, sin importar que las bancas rechinaran un poco.

—Me parece que tu padresito no esta al frente.— Le susurro Estailus, no sin antes ser callado por una señora que no estaba muy lejos de ellos.

Aquino se sintió decepcionado. Pensaba que podría encontrarlo fácilmente, y realmente podía, solo tenia que esperar.

Frente a todos, se encontraba el típico  padre aburrido que dormía incluso a la abuelita más religiosa. No paraba de hablar sobre las modas nuevas y los pecados que conllevaban hacer esas acciones.

Estailus se empezó a quedar dormido, nunca le había gustado ir a misa, mucho menos con señoras alado.

—¿Cuánto le falta a esto? Estoy muy aburrido.— Decía cual niño pequeño.

—Espérate, solo quiero saber si de verdad esta aquí.—

Estailus suspiraba frustrado. Se quería ir a recostar y no levantarse hasta que se le hinche el ombligo.

                                       ☥

Aquino buscaba con desesperación al padre joven y atractivo que conoció.
Tal vez ya era hora de preguntar.

—Disculpe.. ¿Usted sabe si hay algún sacerdote joven por aquí?— Preguntaba a una anciana que pasaba por ahí.

—¿Hablas del jovencito de ojos violetas? El no predica, aún no logra tener ese puesto.— Dijo amablemente la señora.

Esa información se le hizo extraña. Había pensado que al poder dar la ceremonia de casamiento, podía predicar. Prefirió no pensarlo mucho.

—¿Sabe dónde esta ahora?— Intentaba no sonar desesperado.

—La mayoría de veces esta en el confesionario, puedes ir ahora. Por cierto, nunca había visto a un muchacho tan guapo como tú. Fíjate que tengo una sobrina que- .— Aquino corto de la manera más amable esa conversación, justo en ese momento no estaba para otras chicas.

—Grasias por la información.— Se alejó de ahí.

Corrió rápidamente hacia Estailus, que parecía estar hablando con una viejita con rostro amigable.

—Oye, voy a ir a "confesarme"—

—... ayudame...— Dijo en un veloz susurro. La viejita parecía seguir hablándole de lo maravillosa que era el mundo de Dios y la biblia.

—Uy... Lo siento amigo, creo que no puedes contar conmigo esta vez.—

Estailus lo miro con odio, y en silencio le deletreó la palabra "te odio", cosa que le dió aun mas risa.

                                        ☥

Era su turno para pasar al confesionario. Había estado pensando detenidamente en las palabras que diría. Antes que nada, quería dejar en claro una duda que había mantenido desde el inicio de la misa.

Entro, y nervioso hablo.—Padre.. creo que e pecado.— cruzaba los dedos para que sea la persona en la que pensaba.

—Cuéntame, ¿Qué te atormenta?— Y ahí estaba, esa voz que a miles de kilómetros reconocería.

—Creo que me enamore de un hombre, no puedo evitar en pensar en el.— Tenia miedo de la apelación que le daría por dar tremenda confesión.

—No te preocupes hijo, no esta mal sentir amor. Solo sal, búscalo y dile lo que sientes.— Y Aquino pudo volver a respirar. Agradecía tener tanta suerte ese día.

—Gracias padre.— Salió de ahí lo más rápido que pudo. Su corazón estaba por salirle de su boca.

Aquino tropezaba más de lo que caminaba, sentía que su cabeza explotaría en cualquier momento.
A pesar de que ni siquiera pudo ver su rostro, con el simple hecho de escuchar su voz lo dejaba así.

—¿Ya nos vamos?— Hablo Estailus, rendido y cansado de hablar con tantas señoras.

—Si si, ya vámonos.— Decía aun mareado.

                                      ☥

Aquino es encontraba viendo a la nada en su habitación. Estaba acostado boca arriba en su cama, pensando en si estaba al borde de la locura.

—¿Qué te esta pasando Aquino? Nunca te habías puesto así...—

Tapo su rostro con su almohada. Su sonrojo aún no disminuía, cosa que comenzaba a molestarlo.

Pensaba en como lograr su cometido, pero todas las ideas terminaban en el siendo botado de por vida de la iglesia.

—¡Aquino! Tenemos visita.— Le gritaron. Con todo y flojera decidió salir y recibir a los escandalosos amigos que tenía.

Al bajar y ver la "emocionante visita", se encontró a Cejo, así que al final si se convirtió en una emocionante visita.

—¡Hola! ¿Y eso que vienes?—

—Pues nada, solo fui a cortarme el pelo y pase por su casa.—

—¡Oh cierto! ¿¡Te vas a casar!? No me dijiste con quien.— Cejo sonrió nervioso.

—Bueno... si, me voy a casar con Loco..— ...

—¿¡LOCOCHON!?— Ahora tenía sentido del porque no se había quejado de la segunda boda.

—Bueno, lo veía venir sabes.— Era sorprendente lo poco sorprendido que se veía Estailus. (irónico ¿cierto?

—No tenemos fecha para la boda ni nada preparado, así que aceptamos sugerencias.— Sugerencias...
SUGERENCIAS.

Aquino comenzaba a tener una genial idea.

                                       ☥

("Puede que se vea muy apurado ya que quería subir esto hoy.. y por que me estoy quedando sin pila 😿")

•Me enamore de un sacerdote•Where stories live. Discover now