Capítulo 22 parte 1- Lo hiciste bien

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La fría mañana de diciembre transcurría lenta, sin ningún tipo de incidente, ni ataque sorpresa por parte de nuestros enemigos. Aún así mi estado de hipervigilancia no se atenuaba ni tan solo un poco.

Ya no era capaz de relajarme del todo, siempre había una voz en mi cabeza para susurrarme que me mantuviera alerta, como un soldado en la guerra. Ya había cometido demasiados errores por las distracciones y no iba a volver a pagar ese precio.

Al menos la adrenalina contenida y mi nuevo rol auto asignado como perro guardián de la casa me mantenía lo suficientemente ocupada para no pensar en Sharp, o no al menos tanto.

Ya le había estado dando las suficientes vueltas ayer por la noche, cuando fingía dormir en los brazos de Sebastián, tratando de averiguar que cara pondría mi padre al volver a verme. Si estaba decepcionado o enfadado lo descubriría en cuanto regresase.

Y luego estaba el asunto de la fiesta del ministerio, otra muestra de imprudencia de nuestros gobernantes. De tan solo pensar en ello la sangre me hervía.

Los chicos estaban entretenidos, Garreth y Sebastian llevaban jugando juegos de mesa desde que nos habíamos despertado, cualquiera que se se encontraran en las estanterías de Sharp les valía; yo sin embargo estaba sentada en el sofá sosteniendo un libro que debería haber estado leyendo en voz alta a un Ominis apoyado en mi regazo.

Mi estado de tranquilidad forzada prendía de un hilo, y el ruido de Sebastian y Garreth mientras jugaban lo hacía temblar de una manera exasperante.

Ominis arrugó el ceño y abrió sus hasta ahora cerrados ojos cuando me detuve en la lectura. No tuvo que preguntarme que me pasaba porque ya lo sabía. El alboroto complicaba mi concentración, los pensamientos intrusivos eran la guinda del pastel.

Resoplé mientras me reubicaba en el párrafo que debía empezar a leer. Ominis se quejaría si volvía a distraerme una vez mas o volvía a buscar una amenaza fantasma inexistente.

"El Gato sonrió al ver a Alicia". Recité intentando elevar mi voz por encima del resto. "Parecía tener buen carácter, consideró Alicia; pero también tenía unas uñas muy largas y un gran número de dientes, de forma que pensó que-".

Mi lectura se vio interrumpida nuevamente cuando la discusión de los dos chicos alcanzó su punto álgido.

"¡Has hecho trampas, no has ganado!". Protestó Sebastian. Su voz era tan alta que estaba a un decibelio de ser un grito.

Suspiré sonoramente, sin intentar camuflar mi frustración. Helga Hufflepuf, dame paciencia.

"Por ultima vez, Sallow, ¡No he hecho trampas!". Garreth tenía una gran sonrisa en su cara. Sus ojos chisporroteaban desbordados de alegría, podría haber abofeteado en la cara a Sebastian y probablemente su felicidad no hubiera sido la misma. "Aprende a jugar mejor, eres malísimo".

Sebastian exhalo un gruñido.

Los gobstones de oro macizo en el exterior del tablero indicaban que Garreth había hecho un magnifico trabajo, aunque Sebastian no lo quisiera reconocer. La eterna rivalidad entre ellos dos parecía trasladarse a cualquier área y situación.

Sebastian arrugaba la nariz y fruncía el ceño con indignación. Conmigo nunca había sido un mal perdedor, aunque con Garreth era una historia diferente. Tampoco es que él hubiera jugado mal, pero Garreth había sacado 8 gobstones frente a los 5 de Sebastian. Le había hecho morder el polvo.

"¿¡Me vas a decir enserio que no has usado tu magia!? No has fallado ni un solo tiro".

"¡No lo he hecho! es todo talento". Dijo el rubio con un aire tan altivo que casi pude sentir la sangre de Sebastian estallando de ira. Eran un par de orgullosos idiotas.

Hogwarts Legacy: LA GUARDIANA (Sebastian Sallow x MC)Where stories live. Discover now