George asume la presidencia de la empresa de su padre, creía que estaba completamente preparado para asumir esa enorme responsabilidad, pero fue todo lo contrario. Su amigo Alex lo invita a tomar un par de tragos para que se relajara, fue ahí cuando...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Eran las 4:00 am, Samantha recién terminaba de limpiar el bar, había sido una noche algo larga, habían llegado muchos clientes y el lugar había quedado bastante sucio.
Pero por fin había terminado esa noche, por fin podría ir a su casa a descansar.
Samantha fue por su mochila a los lockers, sacó su mochila que no llevaba nada más que un pequeño monedero con un par de libras y un sudadera que utilizaba todas las noches al salir del bar.
Salió del bar e inmediatamente sintió el aire de la madrugada tocar su cuerpo, ese hermoso aire frío de todas las noches.
Subió la cremallera de su sudadera y comenzó a caminar en dirección a su casa, era un camino bastante largo, eran las 4:25 de la madrugada, si se apuraba a caminar lograría llegar antes de las 6:00 am.
Conforme avanzaba, pudo notar que un auto bastante lujoso venía detrás de ella.
Cuando menos lo espero, estaba a la par, Samantha se encontraba algo extrañada, el miedo se apoderó de su cuerpo, así que comenzó a caminar cada vez más rápido, pero entre más avanzaba, el auto cada vez aumentaba más su velocidad.
Hasta que uno de los cristales bajo.
-Disculpe señorita, el señor Russell me dio indicaciones de llevarla a su casa
-¿Russell? -pregunto algo confundida, no conocía a nadie con ese nombre-
-Si, me pidió que la esperara hasta que saliera, tengo ordenes de llevarla hasta la puerta de su casa
-Lo siento, pero yo no conozco a nadie que se llame Russell
-George, George Russell
Al escuchar ese nombre, inmediatamente se le vino a la mente el rostro de la persona que todos los viernes le dejaba una muy buena propina, ¿acaso era el?, ¿el se llamaba George Russell y le había pedido a su chofer que la esperara?
El chofer se bajó del gran auto lujoso, le abrió la puerta del asiento trasero y le indicó que se subiera.
Samantha dudo un poco, pero al final termino subiéndose al hermoso auto.
El chofer le pregunto su dirección y volvió a arrancar el auto.
-La noto un poco preocupada -dijo mientras la observaba desde el retrovisor-
-Normalmente no me subo a autos de personas desconocidas
El chofer rio.
-¿Conoce al señor Russell? -pregunto-
-Lo he visto un par de veces en el bar, no sabía que se llama George Russell, me da un poco de miedo todo esto
-No tenga miedo, el señor Russell es una buena persona, me pidió que la esperara hasta que saliera. Al parecer el señor no quería que usted se fuera sola a su casa.
Samantha asiento y en menos de 15 minutos ya estaba en su casa. No podía creer como cuatro llantas hiciera que llegara tan rápido a casa.
-Gracias por esperarme
El chofer simplemente sonrió y Samantha camino rumbo a su pequeño departamento.
En cuanto llego se puso la pijama y entró rápidamente a la cama, pero por alguna extraña razón no podía dormir. Normalmente llegaba y se dormía de inmediato, pero esa noche no había sido así, no dejaba de pensar en el señor Russell y las atenciones que había tenido con ella a pesar de no conocerse.
Se preguntaba por qué le dejaba grandes cantidades de propina, por qué le había pedido a su chofer que la esperara hasta que saliera, nunca imagino que le pasara algo así, creía que eso únicamente pasaba en las películas.
Recordó que había dejado en su pequeña mesa de noche la servilleta con su número de teléfono, rápidamente lo anotó en su celular y rogó a dios que su teléfono contara todavía con llamadas, ya que no había podido recargar desde hace un tiempo, pero la suerte al parecer estaba de su lado, la llamada logro salir.
En ese momento comenzó a pensar que era una mala idea, era muy temprano como para que él le respondiera, sin embargo lo hizo
-¿Hola? -la voz masculina adormitada se hizo presente en la llamada- ¿quien habla?
-Soy la chica del bar, quería agradecerle por decirle a tu chofer que me esperara
-Creí que no llamarías -dijo mientras bostezaba- ¿llegaste bien?
-Si, agradezco ese gesto, señor Russell
George soltó una pequeña risa
-Para ti soy George, puedes tutearme
-Creo que sería de muy mala educación -un pequeño silencio se formó- creo que sería todo, señor. No le quito más su sueño, linda noche
