George asume la presidencia de la empresa de su padre, creía que estaba completamente preparado para asumir esa enorme responsabilidad, pero fue todo lo contrario. Su amigo Alex lo invita a tomar un par de tragos para que se relajara, fue ahí cuando...
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Alex daba vueltas por la oficina de George, este miraba un par de papeles al igual que su amigo.
Mientras Alex leía y hacía sus propias investigaciones sobre aquel negocio tan importante que querían impartir en Tailandia, George se encontraba un poco pensativo. Lo que su amigo ignoró por un buen rato.
-Anoche hable con ella -soltó de la nada-
-¿Con quién? -pregunto algo confundido- ¿la chica del bar?
-Si -respondió sin mirarlo a los ojos-
-¿En qué momento? -preguntó Alex, mientras dejaba los papeles sobre el escritorio de su amigo-
-Anoche le pedí a mi chofer que esperara fuera del bar hasta que saliera -respondió-
-Te quedaste toda la noche afuera, ¿por ella?
-No, el chofer me llevó a mi casa y yo le pedí que regresara al bar para que la llevara a su casa
-Estás loco -dijo Alex mientras rodaba los ojos- ¿qué es lo que estás buscando?
-Quiero conocerla, eso es todo
-No creo que tu situación en este momento sea la mejor, tampoco creo que sea lo correcto que le digas a tu chofer que espere fuera de un bar toda la noche por la chica
-Se a que te refieres, pero déjame decirte que todo está bajo control, no hay nada de que preocuparse
-Me preocupo porque eres mi amigo, no quiero te metas en problemas por algo así
-No pasara -afirmó- pero la invité a salir
-No pierdes el tiempo para nada -rio- ¿cuando? -preguntó-
-El lunes, ella no trabaja los lunes
-¿A dónde irán?
-Ese es el problema -respondió- me dijo que saldría conmigo con la condición de que ella escogería el lugar
Alex sonrío y tomó nuevamente los papeles en sus manos, mientras negaba con cabeza
-Esa salida será muy interesante -afirmó-
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El fin de semana había pasado con normalidad para George, su fin de semana se había basado en: trabajo, trabajo, trabajo y más trabajo. No había ningún fin de semana en el que George no dejara de trabajar.
Pero bueno, eso no importa ahora, lo que importa es que el lunes por la tarde llegó.
George se encontraba pendiente al reloj. Esperaba con ansias a que el reloj marcara las 7:00 pm, la hora en la que saldría de sus oficina para dirigirse a su destino.
Para su suerte, el día había pasado con rapidez. Cuando menos lo espero, el reloj marcó la hora de su salida.
Emocionado de por fin tener su hora de salida, George tomó su saco y se dirigió al estacionamiento para por fin tomar camino a aquella cena tan esperada y misteriosa con la chica del bar.
Después de un largo tiempo George llegó al lugar donde vivía la chica del bar. George le llamó por teléfono para avisar que había llegado, minutos después la chica apareció.
Inmediatamente George bajó del auto, la saludó y abrió la puerta para que subiera.
-¿A donde quieres ir? -preguntó George-
-Mcdonald's -respondió Samantha-me gustaría ir a mcdonald's
