Capítulo 5

264 30 19
                                    

Pov: Astrid

Whatever it takes
'Cause I love the adrenaline in my veins

(Lo que sea necesario)

(Porque amo la adrenalina en mis venas)

El saco de boxeo se sacude tras el impacto de mi puño sobre él, volviendo a su posición como si nada, como si no hubiese dejado ahí todos mis demonios.

Me quito los guantes y las vendas que impedían que mis nudillos sufrieran mi ira. Secándome el sudor de mi frente con una toalla.

Me coloco bien los auriculares, sintiendo el sonido de la canción envolviéndome por completo, mientras me preparo para mi carrera matutina.

Normalmente, no voy a gimnasio antes, pero tras una pesadilla, o más bien un recuerdo necesitaba despejarme de alguna manera.

Me ajusto las zapatillas, deteniéndome en la pequeña corona tatuada de mi antebrazo y en la pulsera de cuero que lleva rodeando mi muñeca desde hace años.

I do whatever it takes
'Cause I love how it feels when I break the chains

(Hago lo que sea necesario)

(Porque me encanta como se siente cuando rompo las cadenas)

El sonido acompasado de mi trote silencia mis preocupaciones. Sin pensar en nada, excepto el ritmo de la canción de mi grupo favorito.

Paso por el muelle de Salford, sintiendo el breve momento de tranquilidad, que no tarda en estropearse al esquivar a una chica que iba corriendo en mi dirección. Notando un golpe en el hombro izquierdo, que casi provoca mi caída.

No le doy mayor importancia, continuando mi camino, pero la voz de mi interceptora me interrumpe una vez más.

– ¿Ya va a ser costumbre chocarnos cada vez que nos vemos?

Desacelero hasta pararme al reconocer la voz de mi asaltante.

–Pues no sé dímelo tú que eres la que siempre se tropieza conmigo – refuto divertida, quitándome los cascos para oírla mejor.

Gira los ojos con una molestia fingida, para nada sorprendida con mi contestación.

– ¿Sueles salir a correr? – pregunto indicándole con la mano que se situé a mi lado para continuar ejercitándonos juntas.

– No, estoy empezando con diferentes tipos de deportes – se coloca a mi derecha siguiéndome el ritmo que marco.

– ¿Cómo puedes ir tan rápido? – inquiere disminuyendo la velocidad – ¿Es que nunca te cansas?

– Tengo mucha energía – sonrío de medio lado al verla parar abruptamente, poniendo sus manos sobre sus rodillas, intentando recuperar el aliento.

Gotas de sudor recorren su rostro pasando por su delgada figura.

– ¿Agotada?

Me mira molesta desde el suelo, en que se ha dejado caer sin compasión.

– Esto que ves – indica señalando su cara sonrojada por el esfuerzo – es solo el resplandor de mi belleza.

Me rio sin poder evitarlo estirando el brazo y levantándola casi sin esfuerzo.

– Anda vamos, que te invito a desayunar, Jane.

Quiere protestar, pero ansia tanto un descanso que me sigue sin decir una palabra.

– Ven, conozco la cafetería perfecta ­– dice tras mirar el móvil unos segundos y responder unos mensajes.

Entre los focosWhere stories live. Discover now