T E X A C O

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Incluso si las 3 me odiaban y Ale me mandaba a la fregada después de esto, había comprado un boleto de avión.

Iría el fin de semana a México.

Le pregunté a Rudy donde quedaba la casa de las chicas y eso era todo lo que tenia, me sentía lo suficientemente avergonzada como para no pedirle ayuda en nada más.

Así que después de salir el viernes de mi trabajo, me dirigí hasta el aeropuerto, rumbo a un país que no conocía, con un idioma diferente, sin la guía de nadie, y con muchas posibilidades de que las cosas terminaran mal.

Mi vuelo llegó alrededor de las 9 pm, no fue tan largo ni pesado como esperaba, pero sentía como los minutos pasaran de manera veloz mientras mi mente se saturaba de pensamientos.

No tuve que esperar equipaje ya que tenia una maleta de mano, con apenas lo suficiente como para pasar los días.

Cambié algo de dinero y salí del aeropuerto,  divisé una larga hilera de taxis y me pregunté si debía tomar uno e ir directamente a donde las chicas.

Lo medité unos segundos, pero entré en razón y acepté que no sería prudente ir a estas horas.

Si me perdía era más probable que me secuestraran si era de noche, no es que no tenga fe en el país, pero soy precavida.

Me acerco a uno de los taxis y le pregunto en inglés si podía llevarme a la dirección del hotel, el me mira con confusión por lo que le doy una sonrisa y me acerco a otro.

Durante el viaje me disculpé una infinidad de veces con el chófer, debido a que parecia un señor agradable e intentába entablar una conversación conmigo, pero no entendía mucho de lo que estaba diciendo así que solo le daba sonrisas y asentía con la cabeza.

Una vez en el hotel volví a llamar a Ale y a revisar si tenia respuesta de su parte, pero aun no había nada.

Me recosté en la cama y decidí intentar dormir, porque mientras más rápido me quedara dormida más rápido pasarían las horas.

Me levanté al rededor de las 8, y empecé a prepararme.

El haber estado en vela toda la noche gracias a la ansiedad empezaba a pasarme factura, ya estaba lista pero mi cuerpo se sentía cansado y anhelaba una cama.

Nisiquiera desayuné, solo pedí un taxi y emprendí camino hasta la casa de las chicas.

Una larga trayectoria después, las grandes y extravagantes casas empiezan divisabarse a través de la ventanilla del auto.

Observé el mapa una y otra vez hasta que nos detuvimos frente a una de las casas.

Le pago y me aproximo hasta la puerta.

Me quedo unos minutos frente a ella, tomando el valor que necesitaba para tocar, pero sentía mis piernas flaquear al recordar todo lo ocurrido, por lo que decidí sentarme al lado de la puerta.

Maldije mi cobardía y me puse de pie nuevamente tocando el timbre sin pensarlo dos veces, escuché el sonido amortiguado por la puerta dentro de la casa y esperé a alguna respuesta.

Cuando no percibí nada lo volví a hacer, ahora un poco más desesperada.

Antes de intentar por tercera vez escuché pasos acercarse, una voz grito desde dentro un "espere", y la puerta empezó a abrirse.

Mony me dio una mirada de sorpresa, pero en su boca se formó una ligera "O" y su rostro paso a ser de curiosidad.

-Haley linda -murmuró mi nombre aun afligida, como si no pudiera creer que realmente fuera yo- Vamos pasa, no pienses que soy descortes -se apresura a dejarme entrar y me da una mirada de disculpas- Las niñas no me dijeron que vendrías -veo como empieza a caminar y por instinto la sigo, esperando a que termine de hablar para explicarle el por que estaba allí.

Ale's Girl | Alejandra Villarreal Où les histoires vivent. Découvrez maintenant