Miranda ha estado encerrada en una capsula del más allá, en una terrible oscuridad viendo lo que otros no ven; terribles fantasmas que más de una vez que han intentado apoderarse de su cuerpo para seguir permaneciendo en el plano terrenal. Todo es c...
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⠀⠀⠀⠀⠀HACÍA UNAS HORAS A Hachiko le habían dado de alta, y el abuelo me acompañó a buscarlo en su carro, me dieron instrucciones que debía de seguir al pie de la letra si quería que Hachiko recuperara su salud de rinoceronte. Al llegar a casa inmediatamente fue recibido por caricias y pechiches por parte de la abuela, se le veía cansado y deseando poder dormir en nuestra cama, así que lo subí en mis brazos y lo acosté a mi lado.
— ¿¡Vas a tener una cita con Edward Cullen!? —exclamó Dalilah, totalmente sorprendida por lo que acababa de escuchar.
— Bueno, no sé de qué te sorprendes si en este mes han estado bastante juntitos -comentó Erika, siendo casi opacada por los ruidos de los platos que fregaba —. Se volverán la parejita del año en Langara.
Solté un bufido; — Ambas saben perfectamente que eso es imposible: él y su familia hacen que me den ganas de tirarme de un barranco. —señalé.
— ¿Entonces porqué sigues viéndote con él? —preguntó Dalilah, confundida por mi comentario.
Ni yo sabía porqué, era como si una fuerza superior me atrajera hacia él, pero qué a su tiempo hacía que me alejara; mi cuerpo y mi alma pedían poder rodearlo con mis brazos y quedarme ahí hasta que el mismo mundo fuera capaz de separarnos sin embargo, mis ojos y mi mente querían alejarse de aquél monstruo que estaba siendo oculto detrás de un rostro angelical que aparentaba ser un cuidador del cielo.
—« Ese silencio lo confirma todo. —interrumpió mis pensamientos.
— No es necesario que tengas una respuesta ahora, Miranda, el amor es confuso al fin y al cabo, tómate tu tiempo si es necesario y date la oportunidad de conocerlo sinceramente. —aconsejó Erika.