casa del árbol

10K 1.1K 395
                                    

————— 2008 —————

Osvaldo miraba atento por la ventana de su casa, ya tenía 10 años pero igual esperaba impaciente a que llegara ______ para que pudieran jugar juntos

Miró el reloj que estaba pegado en la pared, eran las 12:03 pm, ya era tiempo de jugar.

—¡Mamá!.— gritó —¡Iré a la casa de los vecinos para jugar con ______!.—

No esperó respuesta, simplemente salió de su casa, recorrió los pocos metros qué separaban sus casas y tocó el timbre.

Esperó unos minutos hasta que Mary le abrió la puerta

—Hola.— lo saludó con una pequeña sonrisa —Albert le construyó una casita en el árbol a _____ y no la podíamos sacar de ahí.—

Sabía que intentaba justificar su inpuntualidad, solía llegar a tiempo a todas las citas de juegos que tenían los pequeños

—¿Puedo ir con ella?.— preguntó Osvaldo

—Claro.— lo dejó entrar a la casa

Él sabía que encontraría a su amiga en el jardín, aunque ahora tenía más curiosidad por conocer la casa del árbol

Corrió hasta encontrar su objetivo, subió por las pequeñas escaleras hasta llegar a la casita

—¡Valdo!.— _____ lo saludó con una sonrisa —Este es mi lugar super secreto.—

No era muy secreto tenerlo en un árbol pero él no iba a juzgarla

—Jamás me sacarán de este lugar.— aseguró ella

—Entonces a mí tampoco.— dijo él

Pocos minutos después por la pared pasó una araña haciendo que ambos salieran corriendo de ahí.














————— 2023 —————

Estaba vestida de negro frente aquella tumba llena de flores. El día de mi juego hubo un accidente en la carretera por la lluvia tan fuerte, mis padres habían muerto ahí

—Lo siento mucho.— murmuró Osvaldo parándose a mi lado

Después de toda la ceremonia todos se habían marchado, todos menos él, llevábamos horas sin hacer nada pero él no se había ido.

—Siento que es mi culpa.— dije y lo miré —Los presioné para que fueran a mi juego.—

Osvaldo solo me abrazo y yo empecé a llorar, me había quedado sola.

—Es hora de ir a casa.— dijo mientras acariciaba mi cabeza —Pronto cerrarán el cementerio.—

Me alejé de aquel abrazo y asentí limpiando mis lágrimas. Miré por última vez aquella tumba y sentí como él tomó mi mano para llevarme hasta su auto

El viaje hasta mi casa fué silencioso, jamás habíamos tenido un viaje sin hablar pero esta situación lo ameritaba.

Cuando se estacionó ví como se bajó primero para abrir mi puerta y ayudarme a bajar.

—¿Quieres que me quede un rato?.— preguntó y negué

—Puedes ir a descansar, estaré bien.— dije aunque sabía que era mentira

Siempre había sido la niña consentida de mis papás y haberlos perdido era un golpe más que duro. Sentía que mi vida no tenía sentido ahora

—Antes de irme necesito ir al baño.— dijo y lo miré confundida

—Tu casa está literalmente a un lado.— recordé

—Por favor.— pidió y suspiré

Caminamos hasta la puerta, abrí y cuando ambos entramos cerré.

Osvaldo se fué directo al baño mientras yo simplemente recorría mi casa. Pasé por aquella puerta qué daba al jardín y pude ver la casa del árbol qué me había construido papá cuando yo era una niña.

Salí y subí, llevaba años sin subir y todo estaba lleno de polvo. Aún así no me importó y me recosté ahí

Luego de algunos minutos pude escuchar como alguien más subía, asomé un poco la cabeza y era Osvaldo

—Esto es más grande de lo que recordaba.— exclamó cuando entró, increíblemente aun cabía aquí —Traje una cobija.—

—Pensé que te irías después de ir al baño.— murmuré y él me cubrió con la cobija

Se recostó a mi lado y simplemente miramos el techo de la casita durante algunos segundos

—Cuando era pequeño prometí que te cuidaría.— contó —Y aunque no sé lo que estás sintiendo sé que quiero estar aquí contigo.—

Me había cansado de llorar, mis ojos no podían soltar más lagrimas aunque lo intentara, estaba seca

—Tu mamá debe estar muy mal por la muerte de mi mamá.— recordé —Deberías ir con ella.—

—Con ella está Beto.— dijo y me giré un poco para mirarlo —Yo debo estar aquí, no me vas a convencer de lo contrario.—

Se giró y así quedamos frente a frente

—No sé que voy a hacer ahora que ellos no están.— dije —Probablemente tenga que dejar de jugar por un tiempo para conseguir un trabajo.—

—Pero amas jugar, no seas pendeja.— exclamó haciendo que mi corazón se estrujara

—Necesito tener tiempo para buscar un trabajo, ahora tendré que pagar todo.— murmuré —Además eso mantendrá mi mente distraída, sé que no pararé de pensar en mis papás y necesito algo que no me deje tiempo para estar triste.—

Osvaldo simplemente puso su mano sobre mi mejilla

—Saldrás adelante.— aseguró —Y te vas a recuperar porque eres una chingona, no abandones tu sueño.—

Él era el único que sabia que mi sueño era convertirme en beisbolista profesional. Mamá jamás me había dejado seguir ese sueño porque no era un deporte qué llamara la atención además que al ser béisbol femenil tenía menos apoyo, por eso me había inscrito en la universidad, para tener contentos a mis padres

—No sé si sea lo correcto, mis papás siempre quisieron qué fuera doctora.— recordé

—Cualquier cosa que decidas hacer está bien.— dijo —Pero hazla desde el fondo de tu corazón, porque te nace y no porque te obligan. —

Asentí sabiendo que tenía un poco de razón pero aun así nada me aseguraba qué tendría un buen futuro en mi deporte.

El resto de la noche nos la pasamos contando historias sobre mis papás y lo bien que siempre habían tratado a Osvaldo. Era una linda forma de cerrar este día de mierda.

𝐏𝐋𝐀𝐘 𝐓𝐈𝐌𝐄 [ElMariana X Tú] ✓Where stories live. Discover now