mamá.

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————— 2024 —————

Una semana pasó rápidamente y por fin había llegado el día de mi cumpleaños, durante estos días Osvaldo se había quedado en mi casa mientras Aldo y Roier habían invadido la suya.

Me levanté de mi cama y me estiré, puse música desde mi celular y empecé a bailar

—¡Feliz cumpleaños!.— entró a mi habitación con un pequeño pastel en sus manos pero al verme empezó a reír

—Ven, bailemos juntos.— pedí haciendo que dejara el pastel sobre mi cama y empezara a bailar conmigo

Aunque era un cumpleaños solitario por la ausencia de mis padres quería empezarlo de la mejor manera y no había otra manera que estar con la persona que amaba

Pasamos unos minutos bailando y cantando algunas de las canciones que salían hasta que decidí apagar la música, ambos estábamos cansados

—Que bueno que no le puse velas a esta madre.— exclamó —Si no no hubiéramos podido bailar.—

—Es extraño que tú te alegres por bailar.— me burlé

—Cualquier cosa que haga contigo me alegrará.— dijo y tomó mi mano —Aunque verte bailar con un brazo enyesado fue hasta divertido, valió totalmente la pena.—

Lo miré mal y él besó mi mejilla, eso cambió totalmente mi mueca. Jaló mi mano y me llevó hasta sentarme a mi cama, ahí volvió a agarrar el pastel y se arrodilló frente a mi para este a mi altura

—Te cantaría la canción del feliz cumpleaños pero como no hay velas simplemente espero que le des una pequeña mordida.— exclamó con una sonrisa 

Acercó el pastel y antes de poder morderlo me lo estrelló en la cara. Escuché como empezó a reír así que rápidamente le di un pequeño beso para ensuciarlo también, dejó de reír cuando vio que su cara ahora estaba llena de pastel 

—Eso no se vale mami.— se quejó y tomó un poco más de pastel para embarrarme aún más 

—¡Oye!.— me quejé notando que ya no había tanto pastel para aventárselo así que simplemente tomé una de mis almohadas y se la estrellé en la cara, era obvio que se llenaría de pastel pero por el golpe le había tirado sus gafas 

El timbre sonó así que salí corriendo para ir a abrir, cuando lo hice ahí estaba la madre de Osvaldo y Beto con una pequeña cazuela en sus manos, al verme hizo una expresión de confusión

—Querida, tu cara...— recordó y Beto empezó a burlarse 

—Oh..— exclamé dejándolos entrar —Quizás debí limpiarme antes de abrir.— reí

Cerré la puerta y escuché a Osvaldo bajar corriendo las escaleras 

—Ahora si hija de...— se detuvo al ver a su madre —Hola mamá, ¿Qué te trae por aquí tan temprano?.— 

Reí al ver como su actitud había cambiado tan rápido y como escondía la misma almohada detrás de su espalda 

—Aún no me acostumbro a eso.— murmuró mi suegra y escuché que Beto también estaba riendo —Ambos vayan a limpiarse.— fue una orden como cuando éramos pequeños 

Vi que dejó la cazuela que traía sobre la mesa, supuse que era comida. Tanto Osvaldo como yo asentimos y fimos directamente al baño para lavarnos la cara 

—¿La invitaste?.— preguntó mientras me ayudaba a limpiar mi cara con un papel mojado y lo miré mal —¿Qué?.— 

—Me preguntas como si fuera malo que viniera.— me quejé 

—Tenemos la fiesta con nuestros amigos en unas horas, pensé que al menos tendríamos estas horas para ser solo nosotros.— exclamó

—Tenemos toda nuestra vida para ser solo nosotros dos.— recordé haciendo que sonriera un poco —Tu mamá solo quiso traerme comida por mi cumpleaños, debió pensar que estaría muy mal por pasar el primer cumpleaños sin mis papás.— 

Aunque estaba triste ahora era como lo estaba diario, no había día que no pensara en el horrible infierno que era no tener la calidez de mis papás pero era mejor aprender a vivir de esta manera para que los demás no notaran la debilidad que me causaba su pérdida 

—Hay que buscar la manera de echarlos lo antes posible para alistarnos.— dijo como si no hubiera escuchado lo que acababa de decir —Es que también se siente extraño que esté aquí, tal vez es por como me ha tratado desde que sabe que somos novios, es como si tú fueras su hija y..—

—Sé bueno con tu mamá.— pedí —Esta también es su primera vida.—

Usualmente nosotros no nos poníamos en el lugar de nuestras madres; por más que nos sintiéramos atacados por sus acciones, por más que pelearan con nosotros o hicieran comentarios que nos herían, debíamos entender que también estaban en su derecho de equivocarse, nadie nace sabiendo como ser madre y aunque sonara a justificación debía estar agradecido por todo el esfuerzo que su madre puso día a día para que no le faltara nada.

Cuando mamá estaba conmigo de vez en cuando la miraba y sin querer imaginaba todo lo que pudo pasar en su vida, desde rupturas de corazón hasta abandonos, no sabía cuantas veces se había sentido sola, cuantas veces sintió que no podía más, cuantas veces tuvo que levantarse después de un momento que la quebró... aún así siempre estaba conmigo dándome momentos que atesoraría por siempre.  Ahora que él aún tenía a su madre a su lado debía aprovecharla antes de que el tiempo hiciera lo suyo y se la arrebatara así como me había pasado a mí

—Está bien.— me sonrió —Seré bueno con mamá porque cuando tengamos a nuestros chamaquitos quiero darles el mejor ejemplo de como tratar a su madre.— 

Reí un poco y cuando terminó de limpiar mi cara le ayudé a limpiar la suya, poco a poco estaba construyendo una vida con Osvaldo y no quería que esto terminara jamás, sabía que estábamos cerca de cerrar toda esta historia como la única y más romántica de todas nuestras vidas.

𝐏𝐋𝐀𝐘 𝐓𝐈𝐌𝐄 [ElMariana X Tú] ✓Where stories live. Discover now