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—¡Tio Myke!.—escuché la voz de Stormi.

—Princesita.—terminé de aplicarme la crema corporal y volví al cuarto, Kylie había insistido en que podríamos ir a desayunar con Travis.—¿Como dormiste?

—Bien.¿Y tu?

—Muy bien.—me miró de reojo.—Tas' preciosa mami.—Storm comenzó a reírse.—¿Qué pasó?

—Súper Kiki se sonrojó.

—Julia, ni al caso.—agarré la cartera.—¿Tú mamá ya terminó de vestirse?

—¿Ya terminaste?.—preguntaron los dos.

—Tu mamá es Kylie.—se miraron entre sí como si no les convenciera lo que les digo.—Ve a ver si ya vino tu papá.

—Dale.—se despidió con su mano antes de salir del cuarto.

—¿Dormiste bien?

—Súper.—respondi mientras me levantaba de la cama.—Necesito el pintalabios que dejé...—cerré los ojos para intentar acordarme.—No recuerdo.—abrí la puerta.—¡Kylie, necesito un pintalabios!

—¿Y quieres que te lo sirva en una bandeja?, tu sabes dónde está todo lo de Kylie Cosmetics.

—Chingada madre, iré.—miré a Myke.—Voy a por..

—Sí, lo escuché...—se levantó, te esperaré abajo.

—¿Con Travis?

—¿No está con tu hermana?.—negué repetidas veces con mi cabeza.—Acho'.

—Ve, no te morderá.—bromeé.

Caminé por el pasillo hasta que llegué al cuarto donde Kylie almacenaba los productos de su marca que estaba por lanzar pero quería reservar para sus seres queridos, me tomé mi tiempo en elegir uno que combinase con mi outfit porque conocía a los paparazzi y me gustaba estar impecable para darles problemas a la hora de criticarme algo.

—Kaori.

—¿Qué haces aq...—tragué duro cuando vi lo que traía en sus manos.—¿Y esa cartera?

—Tu hermana me mandó traértela para que busques algo para Storm que debió quedarse aquí.—comenzó a hablar.—No me fijé que estaba mal cerrada y esto se cayó.—maldije varias veces al ver el test de embarazo que jamás me hice.—¿Qué significa esto?

—No significa nada, Michael. ¿Qué quería mi hermana?

—Kaori.—comenzó a seguirme por el cuarto.

—¡Te digo que no es nada!

—¡Pero es algo! ¿Me crees Pendejo?

—Yo no dije nada de eso.

—Pues con tus actos si, mami.—negué con mi cabeza.—Ni siquiera me dijiste que tuvieras la sospecha de estar embarazada.

—Michael, bájale dos.

—¿Bájale dos? Cinco le voy a bajar.

—Que amable.—dije con sarcasmo.

¿Por qué gritan?.

—Encontró el predictor.

—Eso es mio, Myke. Por eso Travis vino.

Me quedé perpleja, no esperaba que mintiera por mi ni chingando, solo quería hacer frente al problema con Myke y quitarme ese peso de encima, cuando lo vi salir con rapidez del cuarto supe que estaba bien enojado, ya lo notaba molesto porque obviamente sabía que le estaba echando mentiras o que al menos, no estaba contándole toda la verdad .

MADRID ; myke towers Where stories live. Discover now