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Estobpasa mientras los mellizos tiene 5 meses y sally trabaja de enfermerob

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Sal se levantó temprano y se vistió con su uniforme de trabajo. Era enfermero en el hospital y tenía que hacer el turno de mañana. Se acercó a la cama donde dormía Larry y le dio un beso en la mejilla.

- Buenos días, amor. Te quiero mucho. - susurró Sal, acariciando el pelo marrón de Larry.

-Buenos días, mi vida. Yo también te quiero. - murmuró Larry, abriendo los ojos marrones y sonriendo.

-Tengo que irme a trabajar. ¿Puedes cuidar de los niños? - preguntó Sal, mirando a Larry con ternura.

-Claro que sí. No te preocupes por nada. Estaré bien con ellos. - respondió Larry, abrazando a Sal y dándole otro beso.

-Gracias, eres un cielo. Te llamaré cuando salga. - dijo Sal, levantándose y cogiendo su bolso.

- Vale, te esperaré con ansias. Que tengas un buen día. - dijo Larry, despidiéndose con la mano.

Sal salió de la habitación y fue al cuarto de los niños. Entró con cuidado y vio que Jonathan y Lisa estaban durmiendo en sus camas. Los mellizos, Alex y Max, estaban en sus cunas, haciendo ruiditos.

-Hola, mis amores. ¿Cómo están? - dijo Sal, acercándose a los mellizos y dándoles un beso en la frente.

- Guaa… - dijo noah moviendo los brazos y las piernas. Tenía el pelo azul y los ojos azules  como Sally

- Maaa… - dijo emma, haciendo lo mismo. Tenía el pelo azul y los ojos azules como sally.

- Son unos angelitos. Los quiero mucho. - dijo Sal, cogiendo a los mellizos en brazos y meciéndolos.

-Mamá… - dijo Jonathan, despertándose y frotándose los ojos. Tenía el pelo corto y marrón y los ojos azules como Sal.

- Mamá… - dijo Lisa, haciendo lo mismo. Tenía el pelo largo y azul con las puntas marrones y los ojos marrones como Larry.

Sal se acercó a las camas de Jonathan y Lisa y les dio un abrazo.

-Buenos días, chicos. ¿Cómo han dormido? - preguntó Sal, sonriendo.

- Bien, mamá. ¿A dónde vas? - preguntó Jonathan, viendo el uniforme de Sal.

-Sí, mamá. ¿Te vas a trabajar? - preguntó Lisa, haciendo la misma pregunta.

-Sí, chicos. Tengo que irme a trabajar al hospital. Pero no os preocupéis, papá se quedará con vosotros y os cuidará muy bien. - explicó Sal, tranquilizándolos.

-Está bien, mamá. Te echaremos de menos. - dijo Jonathan, aceptando la situación.

-Sí, mamá. Te queremos mucho. - dijo Lisa, expresando sus sentimientos.

Sal les dio otro beso a cada uno y les sonrió.

-Yo también os quiero mucho, chicos. Sois lo más importante para mí. Os llamaré más tarde para saber cómo están. Que tengan un buen día. - dijo Sal, poniendo a los mellizos en sus cunas y saliendo del cuarto.

Sal bajó las escaleras y se dirigió a la puerta principal. Antes de salir, vio que Larry había bajado también y le estaba esperando.

-Hola, cariño. ¿Ya te vas? - preguntó Larry, abrazando a Sal por la cintura.

-Sí, amor. Ya me voy al trabajo. ¿Estás listo para cuidar de nuestros hijos? - preguntó Sal, mirando a Larry con confianza.

- Sí, claro que sí. Será un día divertido y tranquilo con ellos. No te preocupes por nada. Estaremos bien. - respondió Larry, mirando a Sal con seguridad.

Dia a Día De La familia Johnson FisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora