Capítulo 6

476 63 17
                                    

León me ve como si lo que acabara de decir le haya roto el corazón

Oops! Această imagine nu respectă Ghidul de Conținut. Pentru a continua publicarea, te rugăm să înlături imaginea sau să încarci o altă imagine.

León me ve como si lo que acabara de decir le haya roto el corazón. Toma una gran bocanada de aire antes de hablar.

—La mujer del hospital. —Hace una mueca—. Te dejé por ella, ¿no es así?

Asiento, despacio.

—Una noche me confesaste que me dejarías por ella por que la...

No soy capaz de decirlo así que solo bajo la mirada a mis manos. León se levantó hace un momento del sofá, ahora está caminando de un lado al otro, desesperado.

—¿Y por qué estás lidiando conmigo si te hice daño? —Está llorando ahora pero se contiene para no asustar a Aria—. ¿No estás molesta?

—Porque... —Me cubro la boca para no sollozar antes de controlarme y volver a hablar—. Cuando te accidentaste, los del hospital me llamaron a mí porque soy tu número de emergencia.

—Sí, te he puesto desde que te conozco, incluso si cambio de número, lo he seguido haciendo estos ultimos siete años, supongo —dice lo que ya sabía, mientras se soba las sienes—. ¿Y por qué fuiste? ¿No debías llamar a mis padres?

—Fui porque quería asegurarme de que estuvieras bien, eres el padre de mis hijos, León. —Creo que sueno agresiva, así que tomo aire—. Y porque aún te amo.

Leon y yo nos quedamos en silencio después de mi declaración. Él intenta decir algo, pero solo abre y cierra la boca varias veces sin saber cómo empezar, al final parece encontrar las palabras, aunque se nota que le cuesta muchísimo soltarlas.

—Debiste dejarme ahí, no…—traga saliva—. No merezco nada bueno… te hice mucho daño.

Soy incapaz de verlo a los ojos, me da vergüenza admitir que usé su amnesia para recuperarlo pero sé que debo hablar con la verdad.

—No soy mejor que tu, León. —Admito al final—. Alguien que usa una enfermedad para que su marido regrese a su lado… probablemente Luciana no hubiera hecho esto.

—¿Así se llama? Ni si quiera entiendo cómo he terminado… no quiero ni decirlo.

—¿Engañándome? —León se estremece, decepcionado de sí mismo cuando gimoteo—. Bienvenido al club, yo nunca pude entenderlo. No entendí qué fue lo que hice mal, yo...

—No hiciste nada, a nadie se le obliga a hacer esas cosas, ¿no? —Está muy dolido.

El León con memoria probablemente no estaría en ese estado.

—Pero dejaste de quererme, quizá...

—Quizá nada, hice mal. —Pasa sus manos por su cabello y, agotado, se vuelve a sentar en el sofá. Mira a Aria un segundo—. Te dije que lo que fuera... quería arreglarlo.

—Lo dijiste y yo lo acepté sin decirte la verdad.

Toma una gran bocanada de aire y me ve, dubitativo.

—¿Puedo intentarlo mejor ahora que sé lo que hice? —Me extiende la mano y, cuando se la tomo, me hala para terminar sentada en sus piernas. Me toca la barriga—. Mi memoria solo sabe que está perdidamente enamorado de ti, Adriana Rojas, permíteme recuperar cada momento, y crear nuevos, no quiero perderte.

Mi corazón late tan fuerte que me hace sentir que es lo único que escucho. Sé que de pronto asiento y le planto un beso. Él me lo devuelve y me toma del rostro.

—Mami —Aria nos interrumpe. Está frente a nosotros, tallando sus ojitos. Tiene sueño—. ¿Me llevas a dormir?

León suelta una risita en medio de las lágrimas. Se limpia la cara.

—¿Por qué no vamos a dormir todos juntos? —Le pregunta a mi hija y a mí al tiempo en el que limpia mis lágrimas—. Tomemos una siesta antes de empacar, ¿te parece?

—¿A dónde vamos, papi? —Emocionada, Aria se acerca más a nosotros, subiéndose al sofá para ponerse al lado de León.

—¿Qué tal a las cabañas de los abuelos? —Sugiere él y abraza a Aria—. Podemos ir unas semanas por allá, ¿quieren?

—¡Sí, sí!

A Aria le gusta ir a las cabañas porque el patio está lleno de flores, vamos cada Navidad y este año pensé que no iríamos.

—Me encanta la idea —respondo, mirándolo a los ojos con una sonrisa.

Suspiro. Ya no estoy mintiendo y fingiendo nada, él entenderá mis temores ahora que se los diga.

***

—¿Entonces le dijiste todo? —Danna suena sorprendida ante mi confesión—. Me alegra mucho, Adri, creo que es bueno tanto para él como para ti... no me mal entiendas, sigue cayéndome como la mierda el estúpido por lo que hizo, pero al menos sabe ahora qué fue lo que hizo mal y quiere arreglarlo.

—Pero no recuerda los sentimientos que le tiene a Luciana —digo, acelerada, y me muerdo los labios—. Quiero decir, él ama a esa mujer, me lo dijo.

—Y se me hace tan raro que él tenga sentimientos por ti —Toma aire—. Solo no te vayas por las ramas, ¿sí? Habla bien con él, es lo mejor, dile qué te da miedo.

—¿Cómo sabes que tengo miedo?

Ella se ríe.

—Ay, Adri, lo tienes, temes que él recupere la memoria y con ella regrese su amor hacia la tipa esa, ¿o me estoy equivocando?

Suelto un bufido y luego ella una risita al escucharme.

—Te amo, ¿vale? —Continúa hablando—. Espero pases un mes bonito, lo juro.

—Gracias, Danna, también te amo.

Le cuelgo y decido terminar de empacar. Después de hablarlo anoche bien, nos iremos un mes a las cabañas, volveremos justo antes de mi siguiente cita médica. Aria está tan feliz que ella sola se ofreció a ayudar a su padre a empacar sus cosas y no está de más decir que no lleva muchas cosas debido a que dejó sólo algunos pantalones y camisas cuando se fue...

Tomo aire y cierro la maleta.

—¿Lista, mamá? —Me pregunta León con Aria en brazos. Adoro ver a mi hija feliz, por lo que sonrío y asiento.

—Vamos.

Juntos caminamos hacia afuera para ir por el auto.

León sube a Aria a la silla de seguridad mientra voy al asiento del piloto. Manejaré yo, no queda lejos.

Espero a que León suba cuando de pronto siento unos escalofríos extraños recorrer mi espalda, lo que me hace girar la cabeza a los lados, lo que sea que me haya hecho sentir así. Por un momento tengo la sensación de ser observada o no lo sé, creo que me resulta tan extraño que después de estos meses sin él ahora vayamos a irnos a desaparecernos de la civilización por unas semanas para convivir como lo que habíamos dejado de ser. Una familia.

***

Gentecita, esperamos que les haya gustado el cap. Queríamos agradecer mucho la paciencia. Cass y yo no hemos pasado por buenas semanas debido a que por mi parte me la he llevado enferma (tengo asma alérgica y he estado descontrolada un poco) y Cass ha estado atareada con su maestría y un poquito de depresión (esa mdre es del diablo, lo juro)

Esperamos subir pronto otro cap. Por lo pronto...

¿Alguna Teoría?

¿Qué esperan de los próximos capítulos?

Gracias por leer!!

Lo que solíamos ser©Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum