9. Recuerdos

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- La verdad... No conozco mucho de los lugares que funcionen en Riverdale actualmente, pero puedo enseñarles lugares a los que siempre íbamos su padre y yo. -sonrió Betty mientras caminaban.

- ¿Es muy lejos? -preguntó Selena con una mueca.

Betty la miró de arriba a abajo. - Te dije que vistieras cómoda.

- Estoy comoda y bonita. -dijo obvia, enseñando sus tacones de punta de color blanco y su vestido rosa pastel.

- Cómoda para caminar. -especificó Betty.

Ella bufó. - Bueno, si me canso, que Stefan me cargue. -le sonrió a su hermano.

El nombrado hizo una mueca. - Suerte con eso.

Luego de unos minutos caminando, Betty sonrió al reconocer el lugar. Era una plaza rodeada de árboles con bastantes bancos y caminerías alrededor, y desde una parte se tenía una hermosa vista del río Sweetwater.

No había mucha gente, solo dos niños jugando siendo seguidos por su padre y una señora mayor que caminaba con su perro.

Los recuerdos inundaron su mente al ver hacia el río, y se perdió en sus pensamientos por unos segundos.

- ¡Hey! -se quejó la rubia de 20 entre risas, cuando su novio metió la mano en el río y le salpicó agua.

El soltó una risita al verla y se acercó a sentarse junto a ella en la manta.

Estaban en su segundo año de la universidad, entraron a Yale por lo que no estaban viviendo en Riverdale, pero ya que a ambos les habían dado dos semanas de vacaciones y estaban en pleno verano, decidieron ir a su pueblo natal con su familia.

Jughead paró de reír al verla más seria de repente y tomó su mano, entrelazándola con la suya. - ¿Que tienes, linda?

- Tengo miedo. -ella admitió, y solo con verla a los ojos, sabía perfectamente de que hablaba.

- ¿De qué?

- De que esto nos afecte en un futuro, Juggie... -murmuró y desvió su mirada de él. - ¿Que pasa si esto me afecta luego y ya no puedo tener hijos?

- Deja de pensar lo peor. -le pidió y la tomó del mentón. - Superaremos esto, mi amor, y tendremos todos los hijos que quieras. -sonrió acariciando su mejilla.

- ¿Y si no?

- Entonces buscaremo la manera, o podremos adoptar. Pero deja de adelantarte, siquiera sabes si puedes embarazarte de nuevo.

- Es que yo quiero hijos Juggie. Quiero que el mayor sea el niño y una o dos niñas después. -sonrió ampliamente.

El soltó una pequeña risita. - Lo haremos posible, nena. Te lo prometo. -murmuró en sus labios.

Ella sonrió y se acercó a él para dejar un casto beso en sus labios y luego reposar su cabeza en el hombro de su novio, mientras el acariciaba su mano con delicadeza.

Sus ojos se cristalizaron levemente al recordar aquello. Al recordar ese primer embarazo que no fue planeado, pero que casi al tercer mes cuando ambos comenzaban a ilusionarse con la idea de un bebé, la rubia lo perdió al sufrir un aborto espontáneo.

Recordar como se sentían ella y su novio... Fue una tristeza para ambos luego de amar tanto a un bebé que siquiera había nacido, y ella tenía mucho miedo porque pensaba que había perdido su única oportunidad por no poder tener hijos luego.

- ¿Mamá? -la voz de su hijo mayor la sacó de sus pensamientos.

Ella lo miró y sonrió. - Si, vengan.

Ellos caminaron siguiéndola hasta la orilla del río. - ¿No es hermoso? -preguntó Betty sin voltearse a ellos.

- ¡Espérenme! -pidió Selena en un grito al estar a unos metros de distancia de ellos, caminando con dificultad ya que las agujas de sus tacones se enterraban en la tierra.

Todos voltearon hacia ella e hicieron una mueca.

- No me gusta aquí. -bufó ella.

Betty se cruzó de brazos. - Es hermosa esta vista. Su padre y yo tuvimos muchas citas aquí.

- Si, muy divertido se ve. -la misma pelinegra rodeó los ojos.

- Bueno, supongo que es romántico. - Sophie hizo una mueca.

- Romántico es una cena es un restaurante lujoso, no una cita sentados en el pasto con los bichos picándote. -Stefan rodeó sus ojos.

Betty suspiró. - Realmente espero que algún día aprendan a valorar estas cosas, lo mejor no siempre es un restaurante caro o muchos regalos lujosos. -se encogió de hombros y les dio la espalda de nuevo, viendo con una sonrisa el paisaje.

Horas después, estaban de vuelta a casa mientras Betty les explicaba como se dividía el pueblo.

- Está el lado norte y el lado sur. Ahora estamos en el lado norte, el más "seguro".

- Papá una vez dijo algo sobre el lado sur. -intervino Sophie.

- El es del lado sur. -sonrió de lado, y los tres la miraron sorprendidos. - Su familia era de allá... Y su abuelo FP era el rey de una banda.

- ¿Una banda? -Stefan preguntó confundido. - ¿De motociclistas y esas cosas? -hizo una mueca.

Betty asintió. - Exacto. Las serpientes sureñas. Cuando su padre y yo éramos novios, el pasó a ser el rey de las serpientes.

- ¿Y tú eras la reina?

- Si. -soltó una risita. - Casi mato a su abuela de un infarto, no le agradaba Jughead por ser del lado sur y además parte de las serpientes... Entre ambos lados siempre ha existido esa rivalidad.

- Wow... Imaginar a papá, el serio empresario trabajador como el rey de una banda de motociclistas es... Raro. -admitió Sophie algo incrédula.

- Nuestra adolescencia fue buena y divertida. Con muchas cosas raras de por medio. -Betty hizo una mueca. - Pero igual fue buena. -se encogió de hombros.

La rubia suspiró y miró la hora en su teléfono.

- En fin, volvamos a casa. -dijo la rubia. - Debemos alistarnos para ir a visitar a sus abuelos.


















Espero que les guste! 💗

Promesas | Bughead | +18 Where stories live. Discover now