Little bear 𓍢🌷᭝۪﹗

𓍢🧸᭝۪﹗4

Definitivamente esto no podía estar pasando, sabía que estuvo comiendo de más pero no podía creer lo que veía, sí, estaba consciente de que estaba algo relleno pero no creyó que hubiese cambiado tanto.

JiMin se encontraba frente al espejo de su habitación, se iba a reunir con un compañero de clases para hacer un trabajo grupal y se estaba poniendo la ropa que llevaría, el problema era su pantalón, ¿por qué aquellos rollitos se realzaban tanto? No se había dado cuenta de eso hasta ahora y no podía terminar de creerlo, ¿desde cuándo se estaba viendo así? Tal vez era reciente y sólo él lo había notado.

Negó con su cabecita y se quitó el pantalón para probar con uno distinto, el problemas fue cuando obtuvo el mismo resultado, ¡incluso parecía marcar más la pequeña pancita que tenía!

—Debo estar exagerando, seguramente no se nota tanto.

Intentó relajarse y no tomarse muy seriamente aquel detalle, simplemente buscó una camiseta larga que lograse cubrirlo, seguramente se miraba así porque estaba hinchadito, de eso debía tratarse, seguramente tenía algunos gases que inflamaban su pancita.

Volvió a mirarse en el espejo, la única manera de que se notasen los gorditos que sobresalían de sus pantalones era si se colocaba en posiciones específicas, seguramente no sería ningún problema a lo largo del día.

[...]

La reunión con YoonGi le resultó mucho más entretenida de lo que imaginó, el chico había comprado algunos snacks para ambos mientras adelantaban el trabajo, JiMin ni siquiera se dio cuenta de que él mismo había comido la mayoría de los aperitivos, su compañero apenas había probado bocado, aún así no mencionaba nada, después de todo los había comprado para que ambos estuviesen cómodos mientras hacían la tarea.

El rubio sentía su pancita algo tensa, el pantalón que ya le quedaba ajustado no le estaba ayudando mucho, discretamente bajó una manito hasta su panza mientras leía una de las preguntas de la actividad. Con su mano pudo sentir el bulto en el que se había convertido su barriga, pellizcando con levedad la parte que sobresalía del pantalón, manteniéndose de esa manera mientras continuaba escribiendo.

Tal vez era por eso que no se daba cuenta del engorde que iba causando en su cuerpo, siempre comía mientras estaba ocupado en otras cosas, solo dándose cuenta de lo que había ido a parar a su panza cuando ya no quedaba nada a su alcance.

[...]

Un suspiro salió de sus labios cuando finalmente regresó a su casa, su estómago parecía estar castigándolo por haber comido todas esas papitas picantes, este dolía más de lo que hubiese esperado y no había encontrado ocasión para liberar su panza en crecimiento hasta ese momento.

Cuando soltó el botón comenzó a sentir un leve ardor alrededor de toda su cintura, dándose cuenta de lo mucho que le estuvo apretando la tela.

Su mano fue directamente bajo su camiseta hasta sostener su pancita en un intento de acariciarla y hacerla sentir mejor, esta gorgoteaba como nunca antes.

—Dios... Sólo fueron unas papitas, no puede ser para tanto.

Había comenzado a presionar suavemente la zona al mismo tiempo en que soltaba un pequeño erupto, lo que él pensaba que fueron unas pocas papitas en realidad se trataba de casi tres bolsas de estas, logrando una horrible acidez estomacal.

En su cara se mantenía una muequita de incomodidad, recostándose cuidadosamente en el sofá para poder llevar ambas manitos hasta su burbujeante pancita, esta parecía estar muy resentida con él.

Sólo conocía una solución para esos casos y es lo que venía haciendo desde hace un tiempo ya. Dar masajes hasta que el dolor pasara y los gases salieran.

Simplemente encendió la tele y se concentró en ver algunos programas mientras daba palmaditas en aquel vientre hinchado, soltando pequeños gases cada cierto tiempo, había subido su camiseta para poder tocar cómodamente su panza mientras que su pantalón que encontraba por debajo de sus rollitos, él no creía que fuese a engordar más de allí por lo que no se preocupaba de conseguir nueva ropa.

Claramente ese era un error pues en cuestión de un par de días le comenzó a costar mucho más el simple hecho de abotonar sus pantalones.