Una risa incrédula salió de sus labios mientras miraba sus jeans y comenzó a negar repetidas veces con su cabeza, lo que pasaba era imposible.
—Debe de ser por la hamburguesa de anoche.—
Murmuró en voz baja mientras volvía a negar y pasaba una mano por su rostro, no se trataba solo de esa hamburguesa, —las cual en realidad se trató de dos hamburguesas especiales y tres raciones de papitas— sino también de las indulgencias alimenticias que había estado llevando todas esas semanas.
Suspiró pesadamente mientras se sentaba en la cama, su panza alejando aún más los extremos de su pantalón, simplemente no lograba creer lo que veía, ¡él no podía estar tan gordo! Debía de tratarse de una hinchazón común, pero aún así ¿cómo era posible que una inflamación evitara que cerrara su botón?
Con algo de pesar volvió a levantarse y tomó aire en un intento de ocultar su panza, nunca antes había tenido que hacer algo como eso pero se vio obligado en esta ocasión. Sus mejillas se mantenían rojas por la vergüenza a pesar de que nadie lo viese.
Con dificultad logró abotonar los jeans e inmediatamente dejó salir el aire, notando la manera en que su piel sobresalía por los bordes del pantalón, aún con la camiseta puesta era demasiado notorio. Se dirigió al frente del espejo detallando su imagen, sus brazos y piernas también se habían vuelto un tanto gruesos y ni hablar de sus mejillas, aquello explicaba los constantes comentarios que recibía por parte de sus compañeros, tenía "mejillas de algodón de azúcar" y más veces de las que esperaba recibió apretones por parte de sus amigos.
Sin embargo toda su atención se la llevó su sección media, en la cual se notaba una curva, instintivamente llevó sus manos a los costados de su panza y con algo de nerviosismo se giró de costado, sorprendiéndose al notar lo prominente que se miraba al estar así.
—No es posible... —pero claro que lo era y el hecho de que últimamente estuviese saliendo a comer más seguido con ese chico Min podía tener parte de la culpa, si bien había acostumbrado a comer de más, el chico siempre pedía raciones grandes para él en cada salida, agregando una malteada a cada comida—.
Tragó pesado y mordió sus labios, una extraña sensación formándose en su vientre bajo, no lograba procesar lo que miraba pero era algo que le gustaba. Quería salir de esa manera, quería que más personas le mirasen y le hicieran saber lo obvio, estaba gordo y todo a causa propia, aunque con algo de colaboración de su nuevo amigo, claro.
Sin detenerse a pensarlo dos veces, afirmó el agarré en su pancita y la sacudió con algo de fuerza, podía sentir los movimientos en su interior y sólo fue capaz de apretar más sus labios, ¿qué estaba sucediendo?
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Antes de salir de casa había desayunado un par de panqueques cosa de la cual debería estarse arrepintiendo pero la manera en que sus pantalones apretaban su panza le hacía sentir... Extrañamente bien, se sentía como las veces en que terminaba de comer en público pero sin el dolor de su barriga llena, solo la incomodidad de tener que usar pantalones ajustados.
