86⛥Dominate

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Capítulo dedicado a KarlaRuelas741

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Capítulo dedicado a KarlaRuelas741







Después de recuperar a mi hija llegó el momento de descansar y reponerme. 

Alaida había capturado e hipnotizado la atención de cada miembro de la mansión por lo que, apenas dejándome cogerla en brazos más de tres veces, me obligaron ese mismo día a tomar una ducha y guardar cama lo máximo posible. 

Desde la ventana de mi habitación se podía contemplar a lo lejos la tumba de mi abuela y perdí la cuenta de cuántas noches dormía observándola. El llorar por ella había secado mis ojos pero no mi corazón así que agradecí que Lorcan y los demás mencionaran el tema lo menos posible. 

Transcurrió un mes desde el nacimiento de mi hija y la pérdida de mi abuela. Sentada en la orilla de mi cama observé orgullosa la magia níritri manifestarse mientras movía los dedos con lentitud en frente de mí. 

La oscuridad brillaba con una energía diferente. 

Logré hacerla ascender hasta el foco del techo y reí por lo bajo cuando estalló en pedazos, dejándome a oscuras. A Graciela no le iba a hacer gracia cambiar por quinta vez en la semana una bombilla.

Sabía bien que se debía a mi total recuperación y el haberle dado a mi cuerpo humano el descanso adecuado. Me levanté  cuando Graciela hizo sonar la campana de que la cena ya estaba lista así que aprovechando la ocasión de que todos cruzarían el pasillo para bajar las escaleras me aproximé de cuclillas a la habitación de la pequeña, la cual estaba justo al lado de la mía. Cerré la puerta con sumo cuidado al no notar movimiento alguno en la cuna. Pensando que debía de estar dormida me acerqué sólo para fruncir el ceño y apoyar mis dos manos en la barrera. 

¿Dónde estaba?

-No me parece bien que no le des el pecho. 

Di un respingo y llevé mis manos al frente al tiempo que me daba la vuelta para encontrarme con Jacob, quien se hallaba sentado en una mecedera en la otra punta de la esquina. Llevó un dedo a sus labios para indicarme el no alzar mucho la voz debido a la pequeña que dormía en sus brazos. 

-Ella a sido de los bebés que prefieren el biberón antes que el pecho de su madre. ¿Crees que a sido divertido estas semanas el utilizar esa maldita máquina saca leches para evitar que mis senos explotaran?

Sonrió. 

Me acerqué a ellos y apoyándome contra la ventana con las cortinas blancas cerradas procedí a mirarles un buen rato en silencio. Jacob supo desde que puso la mano en mi vientre que tendría una conexión bonita con ella y así a sido. Noches en las que no paraba de llorar él era un elemento crucial para que dejara de sollozar. O sus brazos, mejor dicho. 

-Nunca comprenderé el porqué le resulta tan fácil dormir en tus brazos. 

-Porque soy su favorito. -se encogió de hombros.

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