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Se escuchaban los pasos como si de caballos se tratará, el sol ya había salido y con ellos las cortinas eran corridas dejando observar el hermoso día. Un pequeño azabache estaba en el mueble recién abriendo los ojos para tomar la noción del tiempo, con un bostezo y una estirada comenzó su día, se paró y agarró el tazón para caminar dando saltos hasta la cocina donde dejo el tazón. En la habitación se encontraba con el cabello mojado una toalla a la cintura eligiendo la ropa para el día de hoy, relajado agarró una camisa holgada con un short y cuando se iba a quitar la toalla se habré la puerta de repente dejando ver a una señora con un vestido que parecía de cultura japonesa.

—no piensas colocarte eso diga—adentrándose a la habitación mientras con su dedo índice hacia recorrido a las prendas y las miraba como indescriptibles—¿no tienes algo elegante a la moda que vaya bien con esta familia?—pregunto alzando las cejas.

Yoongi agachó la cabeza y la movió de lado a lado para decir —mi ropa solo es holgada suegra—

—pues nos iremos de compra—con unos mini saltos y una sonrisa de punta a punta mostró una tarjeta de crédito mientras la movía de lado a lado —no te quedes como zombie ahí parado, ándale colócate eso—apunto al atuendo tendido en la cama—y sales, te espero en el carro...no puedo creer que no tengas....—y salió de la habitación balbuceando.

Con delicadeza agarró su ropa y prenda por prenda se puso hasta verse en el espejo, no se ve mal, según él era un estilo normal y sin tantas vueltas. Camino hacia afuera de la gran casa donde vio el lujoso auto de su suegras, un Porsche amarillo con un graffiti nada común, con un sonrisa enorme camino hasta este donde se adentro, nunca pensó poder convivir con su suegra pero lo estaba haciendo.

Llegaron a un centro comercial donde la señora jeon dejo el auto en el estacionamiento y caminaron hasta llegar a un local de ropa muy elegante y fosforescente con hermosos decorados, unos gritos se hicieron presentes con rosas de por medio, la señora jeon saludo a la señora que atendía, parecían locas del mercado vendiendo pescado.

—hace rato no te veía mi damisela—dijo la señora con una hermosa sonrisa.

—vine a enseñarle a él como vestir—me galo de la camisa hacia delante donde solo me permití sonreír amablemente—asi que manos a la obra—

Sin importar los clientes la señora que atendía los saco del local diciendo que era una emergencia para que aquellos se fueran, cuando el local quedó solamente con nuestra presencia bajo la reja totalmente de hierro y prendió los bombillos para verme con cara de "no sabes lo que te espera", sentado en una silla mientras vía a las señoras hablar me imaginaba que me iba a pasar,  hace tiempo que no me hago un cambio.

—mucho gusto mi nombre es Melissa y hoy te ayudaré a cambiar este horrendo look que te cargas así que necesito tu permiso para hacer y deshacer Contigo— con voz suave respondí —si— ella se colocó los guantes para agarrar las tijeras y empezar a cotar mi cabello, a lavarlo y aplicar algunos productos,mi suegra tapo el espejo y me dio un guiñó.

Después de un rato la señora puso sus manos en los hombros de de yoongi y bajo lentamente hasta que su boca quedó en los oídos de el menor para pronunciar.

—desde hoy tu vida cambiará, no solo tú físico sino como las personas te ven hay algunas veces donde el mundo es cruel pero tú haces que esté en paz tú verás lo que quieres a un futuro—sus palabras fueron como un don para mí, entraron por mis oídos y llegaron a mi corazón, mi suegra que estaba con una hermosa sonrisa y por primera vez pude ver de ella una sonrisa de orgullo hacia mi, quitó el trapo que cubría el espejo dejándome observar por un momento, mi cabello tenía un corte bastante lindo, se podría decir que era rudo pero para mí se veía lindo, hace tiempo no me cortaba el pelo así que ya lo tenía en la espalda, se cortó hasta el cuello y el la frente parecía librito, era ondulado y brillante.

Sonreí para decir —en realidad no me gustó— mire la cara de descompresión de mi suegra para sonreír y decir— me encantó— me paré de la silla a saltar con las muchachas.

🩸🩸🩸

Había pasado mucho tiempo y yo seguía en ese local, me sentía feliz de convivir con otras personas, en el colegio no hablo con nadie pues jungkook me lo tiene prohibido.

—eso es todo, ¿entendiste?—pregunto Melissa a lo que yo asentí.

—muchas gracias por todo Melissa, enserio esto era grave—me paré para agarrar las bolsa que teníamos, mi suegra agarró su parte y salimos del local.

🩸🩸🩸

Estábamos afuera de la casa, mi suegra y yo hablamos de cosas muy interesantes y me di cuenta que aunque parezca una persona hueca de la cabeza es inteligente y analiza la situación, abrió la donde caminamos el pasillo hasta la sala encontrándonos con mi suegro y jungkook.

Tenía un trago en la mano y un traje sin el saco, me miro para alzar una ceja y carraspear.

—tu, lleva todo esto al cuarto del joven—dijo mi suegra al sirviente que sin rechistar hizo caso llevándose algunas bolsas— amor—con voz dulce—solo fuimos a comprar algunas cositas—dijo acercándose a mi suegro quién mantenía la mirada dura—

—mira la hora—mi ojos voltearon al reloj que estaba en la pared. 6:19pm, tantas horas metidos en un local— noso...—iba a hablar pero fue interrumpido por el sirviente que volvió del viaje diciendo donde había dejado las bolsa llevando otro montón dejando una—hablamos en la habitación—mi suegro camino seguido de mi suegra.

Con una sonrisa camine lento a jungkook y hice una reverencia para verlo nuevamente, este se paró y dirigió al cuarto donde el sirviente acomodaba las bolsas

—vete—dijo con voz autoritaria, quedándonos los dos en la gran pero pequeña habitación— ahora resulta que te mandas solo—mis ojos bajaron abriendose como pepas mientras tiraba la bolsa al piso y con mi cabeza negaba, lágrima por lágrima salían de mis ojos, jungkook se quitó el cinturón y con furia me dio el primer azote.

🖤 Olvídame🤍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora