Capítulo 23. ¿Crees en el destino, felix?

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Hyunjin llevaba un par de días sin dormir lo suficiente, y creyó que la falta de sueño había comenzado a causar estragos en su audición.

— ¿Cómo... cómo dice?

— Eres Jinnie, ¿verdad?

Él asintió avergonzado.

— Sí, Hyunjin.

— Esta mañana creí que tendría que llevar a Felix al hospital; estaba ardiendo, y parecía delirar. Pero, cuando volví a su habitación para comprobar su temperatura, lo escuché. Se estaba retorciendo, y murmuraba tu nombre, entonces, reconocí los síntomas. Mi hijo está en su calor. Esperaba que este día nunca llegara.

La mujer suspiró cansada y Hyunjin la miró perplejo.

— ¿Cómo sabe... cómo sabe usted...

Apenas podía formular una frase completa. Aquella humana sabía que él era un licántropo, y no parecía demasiado impresionada. Ella sabía lo suficiente de su especie como para conocer el calor y, más importante aún, había dicho que Felix lo estaba pasando.

— Supuse que la parte mestiza de mi hijo no habría despertado sola, necesitaba la influencia de un licántropo. Cuando lo escuché murmurar tu nombre en sueños lo tuve claro.

— Pero eso es imposible, Felix es un humano.

— Él puede, pero su padre no lo era. Supongo que era mucho pedir que Felix solo heredara su mal humor por las mañanas.

Hyunjin no podía reaccionar. Felix, su alma gemela, su amor predestinado, estaba más cerca de lo que pensaba. Aquel descubrimiento alteró a su lobo, que solo podía pensar en su pareja a unos metros de distancia pasando el calor. Su celo se acercaba.

— ¿Cree que él se presentará como lobo?

— Lo dudo, no puede transformarse y, hasta ahora, nunca había dado signos de licantropía.

Hyunjin asintió. Quizá eso significara que podría marcarle y convertirlo en su pareja de verdad. Su lobo saltaba feliz en su interior.

— Señora Lee...

Hyunjin no sabía muy bien cómo decir aquello, pero sentía que primero debía hablar con la mujer.

— No sé cuánto sabrá sobre mi... especie. Nosotros nos emparejamos una vez en la vida, cuando encontramos a nuestro compañero nosotros...

Hyunjin no encontraba las palabras correctas y la mujer se rió ante su nerviosismo. Llevó una mano al cuello de su gastada bata y lo retiró, mostrando la unión de su cuello y hombro derecho. Ahí, difuminado por el paso del tiempo y la falta de renovaciones, se apreciaba a duras penas el rastro de una mordedura.

— Créeme que lo sé.

Hyunjin miró asombrado a la mujer, sin saber qué decir. Había llevado a cabo la unión con un lobo siendo humana. Quería saltar de felicidad, aquello significaba que podría marcar a Felix.

— Si tiene la marca...¿dónde está su marido?

Las parejas unidas no soportaban estar demasiado tiempo separadas, y aquella marca era demasiado tenue.

— Murió, hace mucho. Su manada no aceptó que marcara a una humana y le aplicaron la ley de los lobos, lo trataron como a un traidor y lo condenaron a muerte. Yo acababa de quedarme embarazada de Felix y tuve suerte de poder escapar.

El rostro de Hyunjin se ensombreció. ¿Cómo reaccionaría su manada cuando se enterasen de que la pareja del alfa era un mestizo?

— Lo siento.

alpha's owner | hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora