EL AMOR DE UN PRÍNCIPE SAIYAN

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Capítulo 9: Trunks

Pasaron el resto de los meses...

Trunks: espera un momento mamá...
Bulma: que pasa
Trunks: papá fue contigo... o aún no sabía... qué sería un niño?
Bulma: ah! Eso..., no, no fue conmigo, así que no sé enteró hasta que te vio y le dije como te ibas a llamar
Trunks: oh! Pero que cabezota...
Bulma: en eso nos parecemos los tres (rio)

El día que me puse de parto mis padres no estaban, se habían ido a una convención y volverían en un par de días, se suponía que me faltaban aún 10 días, pero siempre has sido un niño muy impaciente, supongo que porque ni tu padre ni yo somos personas con esa cualidad, la paciencia.

Bulma: Vegetaaaaaaaaa! Vegetaaaaaaaaa!
Vegeta: que ocurre, iba a darme un baño, se que te molesta el olor del sudor últimamente
Bulma: grrrrrrrr, Vegetaaaaaaaa!
Vegeta: ya mujer, que pasa estoy aquí
Bulma: rápido llévame al hospital, grrrr
Vegeta: pero por qué
Bulma: eres tonto o te lo haces, estoy de parto, ya quiere salirrrrrrrr
Vegeta: muy bien, te llevaré volando, sujetate fuerte a mi
Bulma: volando? Estás loco? Llévame en el coche
Vegeta: cómo dices? Yo no sé llevar ese trasto

Así que sin dejarme protestar de nuevo me agarró con fuerza y me llevó al hospital volando.

Pero lo que me sorprendió fue que no se marchara, no quiso entrar pero tampoco se fue, se quedó en la habitación a la que me llevarían después aunque eso lo supe cuando lo vi allí, yo pensé en ese momento que se había marchado ya que esas cosas no le interesaban.

Estuvo esperando por 10 largas horas, allí de pie junto a la ventana de la habitación mirando al horizonte atraves de ella, así es como lo encontré al entrar contigo en brazos, y sin darse la vuelta...

Vegeta: cómo se llama el bebé?
Bulma: Trunks
Vegeta: uhm... así que es un niño
Bulma: si, es muy guapo, tiene tu mirada

Entonces se acercó a ti y miró tu carita, vio sorprendido que no tenias el cabello negro ni tampoco cola, ya que le dije al doctor que te la cortara... no quería que te transformaras sin querer, él sabía que eso era lo mejor, así que me besó, un beso... con pasión pero más corto de lo habitual, parecía decepcionado... pero con él mismo y a día de hoy aún no sé porqué, no quise que se irritara si se lo preguntaba, y se marchó.

Cuando llegué a casa contigo tú padre había preparado todo lo que faltaba en tu habitación, incluso había puesto en tu cuna un muñeco de trapo muy parecido a Goku (rio), creo que esperaba que lo destrozaras en cuanto pudieras.

Pero se quedó en la puerta observando como tus abuelos y yo te poníamos en aquella cuna y jugábamos contigo, durante los meses siguientes él seguía entrenando y cuando terminaba pasaba por tu cuarto, algunas veces me encontraba dándote de comer pero otras te encontraba llorando porque tenias hambre y aún no había llegado yo o por cualquier otra cosa, y en cuanto se asomaba a tu cuna te callabas, era... como si con su mirada te dijera que los saiyan no lloran y tú lo hacías.

Bulma: nunca había visto a un bebé obedecer a su padre de esa forma Trunks, y tú lo hacías
Trunks: por supuesto, mi papá es el mejor, el más fuerte, y tengo que respetarlo y obedecerlo
Bulma: claro que sí, pero entonces todo eso no lo sabías y además un bebé tan pequeño no comprende esas cosas..., tú padre me dijo que era porque tu sangre saiyan le reconocía
Trunks: vaya...

Cuando faltaba un mes para la llegada de los androides tú ya eras un bebé de seis meses que intentaba andar, raro en un niño terrícola pero tú solo eres medio terrícola así que tu sangre saiyan hacia que fueras un niño muy adelantado en muchas cosas, y esa era una de ellas.

En ese momento dejé de hablar y recordé...

Vegeta: Bulma... me voy a ir a entrenar e iré directamente al lugar donde llegarán los androides en la fecha que dijo aquel maldito chico
Bulma: pero porqué...
Vegeta: porque necesito máxima concentración y nada de distracciones
Bulma: oh! Comprendo...Trunks y yo somos tu distracción
Vegeta: exacto
Bulma: pero...

No pude decir más, me cogió por la cintura, me atrajo hacia él y me besó, me besó con dulzura, luego con pasión y fiereza, y por último comenzó a acariciarme mientras me desnudaba, estaba claro que antes de irse quería una última distracción.

Estábamos en mi habitación, nos dejamos caer sobre la cama y mientras él terminaba de desnudarme yo le quite su armadura y el resto de su ropa, no podíamos dejar de besarnos, acariciarnos, yo sentía como si se estuviera despidiendo de mí... para siempre.

Y claro, eso podría ser porque ese era nuestro acuerdo, yo acepté que él sólo me diera su cuerpo, acepté que luchará contra los androides, que luego pelearia con Goku, y... se marcharía...

Pero desató tanta pasión que por un instante dude de si de verdad se estaba despidiendo de mí, llegué a pensar que no, que se quedaría, por mi, por su hijo, pero no, él era el gran Vegeta y el príncipe de los saiyan, el guerrero más orgulloso del universo, así que sería una tonta si pensaba que se quedaría.

Trunks: mamá que pasa, te pusiste triste
Bulma: oh! Nada Trunks, solo recordaba lo que me dijo tu padre antes de irse
Trunks: y que fue...

Me dijo...

Vegeta: Bulma... me voy a ir a entrenar e iré directamente al lugar donde llegarán los androides en la fecha que dijo aquel maldito chico
Bulma: pero porqué...
Vegeta: porque necesito máxima concentración y nada de distracciones
Bulma: oh! Comprendo...Trunks y yo somos tu distracción
Vegeta: exacto
Bulma: pero... por favor cuídate, ya sé que después del combate te marcharas...
Vegeta: eso es lo que acordamos
Bulma: lo sé y lo acepté, y sé que aunque hayamos tenido un hijo eso no significaba que pudieras cambiar de opinión
Vegeta: efectivamente, mañana me iré Bulma
Bulma: pero... antes de irte te despediras al menos de nosotros...

Vegeta asintió y me besó, después se marchó a seguir entrenando.

Por la noche vino a mi habitación, se despidió de mi a nuestra manera (me dio otra última noche de pasión por segunda vez ese día, pensé para mi) y se acercó a tu cuna, te miro y tú pusiste la misma mirada que tenía él, y se marchó, por la mañana ya no estaba, no lo volví a ver... hasta la llegada de los androides.

Continuará...

Escrito por Mer Lois

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