Capítulo XVI: La ciudad.

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Me despierto antes de que salga el sol, a veces las emociones no me dejan dormir, hoy fue uno de esos días

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Me despierto antes de que salga el sol, a veces las emociones no me dejan dormir, hoy fue uno de esos días.

Elijo mi vestido celeste con una camisa blanca debajo. Me pongo un sweater verde, mis zapatos y bajo las escaleras.

Como un rápido desayuno mientras escribo una nota, lógicamente mi madre y John iban a despertar y al notar que no estaba iban a volverse locos. No quería que sucediera eso.

"Madre y John:

Iré con Stephen, prometo volver para el almuerzo.

Amelia"

La dejé en la mesa, me puse mis zapatos, abrigo, bufanda y sombrero, me fui de mi casa emocionada.

Era una linda mañana, pude ver el amanecer y la nieve se veía hermosa.

Realmente pase todo el camino de mi casa a la estación de tren pensando en que era lo que él quería. ¿Por qué me mandó esa carta? ¿Qué aventura íbamos a tener?

Deja de hacerte ilusiones Amelia, quizás solo está jugando contigo, pensé cuando mi cerebro imaginó al menos cien escenarios posibles.

Al llegar a la estación lo vi ahí parado ¿esperándome?

Al verme me saludó y sonrió caminando hacia dónde estaba.

—Si soy completamente sincero creí que no vendrías —me dijo y me abrazó, fue una sorpresa pero yo lo abracé de vuelta—. Es bueno que estés aquí.

—Bueno, tengo mucha curiosidad ¿Qué haremos?

—Es una sorpresa.

—¿Al menos puedes decirme por qué estamos en una estación de tren? —insistí y él sonrió.

—Aquí empieza la aventura, vamos o perderemos el tren —declaró tomando mi mano, me sorprendí por un momento pero él siguió hablando—. No te preocupes por tu madre, ayer le pedí permiso y está informada de que vamos a un lugar que no te diré y que estaremos ahí todo el día.

—¿Mi madre lo sabía? —pregunté mientras caminábamos hacía el tren.

—Por supuesto, de todos modos debía deshacerme de mi tutor, ella aceptó tenerlo en su casa, jamás podré expresar mi agradecimiento por eso.

Suspiré y pregunté: —¿Cuál es tu excusa esta vez?

—La mejor manera de aprender sobre la electricidad es ir a la ciudad, por eso tengo dos pasajes —reí cuando me mostró dos boletos de tren.

—Buenos días —nos saludó un señor en el tren, Stephen le mostró los boletos y nos deseo un buen viaje.

Madame —me dijo Stephen señalando un asiento y me sonrojé. ¿Por qué me llamaba así?

—Debo decir que nunca viajé en tren —le comenté mientras él se sentaba enfrente mío.

—¿Y cómo llegaste al pueblo?

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