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*Elaya*

Me desperté por el olor a café, y al abrir los ojos mis dos chicos estaban peleándose entre ellos entre susurros, cosa que me hizo mucha gracia e hizo que soltara una carcajada después de tantos días.

Ellos dos me miraron callándose.

-Ves? Ya la has despertado, tio-dijo Fer y pedri lo miro mal.

-La habrás despertado tu que no callas-dijo soltando la bandeja con el desayuno en mi mesita de noche y sentándose a mi lado abrazándome.

-Buenos dias-les dije a ambos y como la noche anterior los dos se tumbaron a mi lado.

-Buenos días preciosidad-me dijo Fer.

-Sabes que tenemos que hablar, verdad?-me dijo pedri de forma muy delicada y yo asentí, sabía que tenia que hacerlo-pero ahora vas a desayunar como a ti te gusta-dijo mi primo acercándome la bandeja del desayuno.

-Se nota que lo ha preparado fer-dije viendo las tortitas con chocolate.

Fer alzo la cejas superior y pedri rodó los ojos mirando a su hermano.

-Yo he preparado el café-dijo pedri orgulloso y yo sonreí.

-Gracias chicos-dije y empecé a comer, pero aún tenía el estómago cerrado, y por mucho que me apeteciese no fui capaz de comer más de la mitad del plato.

Ellos tampoco insistieron, porque me conocen. Estuvieron haciéndome un rato reír, pero sabía que era porque ninguno de los dos se atrevía a preguntar directamente.

-Ela, ahora si tu estás preparada...-empezó a decir fer.

-Nunca voy a estar preparada-le dije y el asintió comprensivo-pero se que necesito decirlo-le dije a ambos y cogí aire.

-A tu ritmo siempre, vale?-me dijo pedri y yo asentí.

-Paso el día de la cena en casa los padres de gavi-dije mientras ambos me escuchaban-salí de su casa enfadada porque él parecía que estaba pagando lo de Aurora conmigo y decidí volver andando total, iban a ser solo quince minutos-solté un suspiro y volví a coger aire-noté que alguien me seguía, pero no veía a nadie, hasta que casi llegando a esta calle alguien me agarró por detrás y...-primer sollozo-me metió en un coche antiguo rojo y.....ahí.....-rompí a llorar, no podía seguir, no por ahora.

Fer me abrazó intentando tranquilizarme, pero a mi cada vez me costaba más respirar.

Y tuve que tomarme mi tiempo antes de seguir hablando con ellos.

-Nose quién fue...llevaba un pasamontañas y después...me sacó del coche y arrancó-dije y pedri le dio una patada a mi mesita enfadado para llevarse las manos a la cabeza y venir hasta mi.

-Escuchame, nadie-dijo mirandome-nadie va a juzgarte por esto-dijo con lágrimas en los ojos mientras secaba las mías.

-Pedri no digas tonterías, todo el mundo va a hacerlo, yo ya nunca voy a poder ser igual-dije entre lágrimas y el secó mis lágrimas nuevamente mientras lloraba conmigo y secaba mis lágrimas.

-Por supuesto que si vas a volver a ser igual pequeña-dijo Fer uniéndose a nuestro abrazo también y lloré, con ellos lloré mucho, pude desahogarme después de tantos días tragandome todo esto yo sola.

-Sabes que tienes que denunciar esto verdad?-dijo pedri y yo negué, no quería tener que volver a revivirlo todo.

-Por favor no, solo quiero olvidarlo-dije.

-y lo vas a hacer, pero esto no va a quedar así, esto es una zona vigilada y casi todas las casas tienen cámaras, seguramente puedan dar con ese cabron y que pague por lo que ha hecho-me dijo Fer acariciando mi pelo y yo suspiré.

-Necesito tiempo...-les dije ganandome un suspiro por parte de ambos.

-Vas a tener todo el tiempo que necesites, pero no con el tema de la denuncia, hoy mismo vamos a ir a arreglar ese asunto, es más, le pediré a Adrián que lleve todo esto, es el mejor abogado que conozco-dijo pedri y yo ni siquiera contesté.

No quería hacerlo, pero sabía que debía.
Al final accedí, y esa misma tarde fue el propio Adrián el que vino a casa, por suerte fueron los chicos los encargados de explicar todo y yo tuve que hablar poco.

Resulta que él era el abogado del club, y por supuesto pedri le recalcó discreción es todo momento.

El me ofreció el número de una psicóloga amiga suya, y le dije que no dudaría en llamarla, sabía que después de todo iba a necesitar ayuda profesional si quería volver a ser yo.

Fui la encargada de llevar a Adrián hasta la puerta después de agradecerle todo lo que estaba haciendo e iba a hacer por mi.

Pero ya estás alturas de la historia debéis saber que la suerte no es algo que esté de mi lado, y al abrir la puerta para que Adrián pudiera irse, me topé con pablo de frente.

El abrió los ojos al verme, mi cara debía de ser un cuadro porque llevaba todo el rato llorando.

Adrián le saludo antes de salir, y una vez los dos solos yo opté por darme media vuelta y subir a mi habitación, pero el agarró mi mano, cosa que rechaza inmediatamente.

-No me toques-le pedí con ¿miedo? En la voz.

-Mi amor, tenemos que hablar porfavor yo...-lo corté.

-No hay nada de que hablar pablo, y no me llames mi amor que yo ya no soy nada tuyo-dije soltandome de su agarre-ni nunca voy a serlo-le dije para darme la vuelta y subir a mi habitación.

Note como el me seguía y como pedri lo paró antes de que pudiera subir las escaleras.

Llegué a mi habitación y cerré la puerta llorando como una magdalena y dolida, muy dolida.

Me daba miedo que me tocara, no era algo que sintiera con pedri o fer porque eran mi familia. Pero con él, a pesar de que sabía que sería incapaz de hacerme algo malo era diferente. Le había cogido miedo a los hombres, y sabía que por mucho que doliese nunca podría ser lo mismo entre nosotros...

(CONTINUARÁ...)

Intentaré haceros mañana un maratón, no prometo nada, pero voy a intentarlo. Os quieroo❤️

YO TE QUIERO-(PABLO GAVI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora