El forraje de cañon que tuvo un EL con el frío protagonista masculino

36. Haciendo una salida audaz y casándose con él

Cuando Jiang Baiye encontró a su padre, el hombre no estaba llorando. Por el contrario, había entrado sin previo aviso en la casa de Lu Lizhi y, sin vergüenza alguna, le pidió a Lu Lizhi que le hiciera un poco de gachas.

Lu Lizhi notó que Jiang Dazhu estaba tratando de ocultar sus sentimientos y se veía deprimido. Aunque no sabía qué había sucedido, decidió hacer un buen tazón de gachas para consolarlo.

Justo cuando iba a encender el fuego, Jiang Baiye entró, vestido con ropa nueva que había comprado la última vez que estuvo con él en la ciudad. Recordaba que en ese momento solo había echado un vistazo y pensó que le quedaría bien, así que la compró sin dudarlo.

Cuando la llevaba puesta en ese momento, tenía un aspecto radiante y atractivo, diferente de su usual aspecto tosco y rudo. Este hombre realmente sabía cómo lucir bien. Sin embargo, cuando Lu Lizhi lo miró, desvió sutilmente la mirada, como si estuviera evitando su mirada.

Jiang Dazhu se quedó perplejo y se puso serio. "¿Qué ha pasado?"

"No es nada, solo quiero hablar con todos ustedes", Jiang Baiye sonrió suavemente, con una expresión tranquila que no dejaba entrever ningún signo de enojo inminente.

"Entonces ve y habla, no necesitas que esté aquí. Puedo comer aquí con Lizhi", dijo Jiang Dazhu instintivamente, dándose la vuelta para irse, pero Jiang Baiye le agarró el hombro.

"Padre, eres genial", dijo Jiang Baiye, y Jiang Dazhu se estremeció por completo.

"A pesar de que eres un poco perezoso, tranquilo y te gusta comer, escuchas a tu esposa, cuidas a tu familia, eres amable y sentimental. Eres mi modelo a seguir y mi mayor apoyo. Gracias a ti y a mamá, tengo el coraje de aventurarme y no tengo miedo de fracasar ni de decepcionarlos".

A diferencia de los padres de Jiang Baiye en el mundo moderno, que eran médicos de alto nivel y tenían altas expectativas para él en todos los aspectos, lo que lo llevó a una infancia agotadora siguiendo las estrictas demandas de sus abuelos, Jiang Dazhu y He Shi eran padres completamente diferentes. Le dieron amor ilimitado y le permitieron ser él mismo sin restricciones. No importaba lo que hiciera, aunque no lo entendieran, lo apoyaban y lo aceptaban de todo corazón.

En su vida anterior, su padre incluso lo había protegido valientemente frente a una multitud enfurecida que arrojaba piedras y lo había defendido hasta el final, incluso cuando fue herido en el proceso, sosteniéndolo en sus brazos y llorando desconsoladamente como un niño.

"Queridos invitados", Jiang Baiye salió con la gente y, en medio de la fiesta, alzó la voz de repente.

Hubo un silencio repentino en la sala, y todos volvieron sus miradas hacia él.

"Este es mi padre, Jiang Dazhu, la persona que me crió y me cuidó. No es un sirviente que pueden tratar a su antojo, sino el creador de la comida que están disfrutando. Es mi padre de sangre y el anfitrión de la fiesta que están disfrutando hoy".

Aunque era un banquete informal, la primera fila era principalmente para los invitados importantes que habían sido llevados a la puerta de Jiang Baiye. Todos escucharon atentamente las palabras de Jiang Baiye.

Hu Yaowei y los otros líderes de las aldeas, junto con los ancianos y el alcalde, se pusieron serios de inmediato.

"Es amable y educado con los demás, muestra hospitalidad como anfitrión y quiere atenderlos adecuadamente para que no se sientan desatendidos. Pero no es alguien a quien puedan humillar o menospreciar a su antojo".

Jiang Dazhu escuchó las palabras de su hijo con un zumbido en los oídos y apretó los puños con fuerza para evitar que las lágrimas cayeran.

Cuando una persona se siente agraviada y se guarda su sufrimiento en silencio, su rostro puede parecer tranquilo, pero cuando alguien entiende su dolor y se solidariza con su dificultad, cuando alguien se pone de su lado y defiende su causa, incluso un hombre de treinta y pico años como Jiang Dazhu se emociona tanto que sus ojos se llenan de lágrimas.