Capítulo XIII: "El Gran Día (P.1)"

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UNA SEMANA DESPUÉS:

— ¿Estas segura que no quieres quedarte?. —preguntó la señora Kim, sentada a la orilla de la cama, viendo cómo Jennie, terminaba de aplicar una pequeña capa de gloss sobre sus labios—. Tú abuelo, consiguió un permiso en la alcaldía para quemar fuegos artificiales en el jardín. También haremos una parrillada.

— Por mucho que ame la idea, me comprometí en acompañar a Lisa, a la fiesta en el lago. —respondió Jennie, observando su maquillaje frente al espejo con suma atención, tratando de encontrar algún error—. Y no puedo fallarle.

— ¿Y estarán bien solas?. —preguntó el señor Kim, quien al igual que su esposa, se encontraba en la habitación, sentado a la orilla de la cama.

— Bambam, irá también. —Jennie dijo—. El no nos dejará solas.

— Pero en caso de algún problema el verá únicamente por Lisa. ¿Por que mejor no se quedan y...?

— Hey, ¿Cuál es el problema?. —cansada de la actitud de sus abuelos, Jennie giró sobre sus talones, encarando a los dos mayores—. ¿Por que siento que están intentando evitar que vaya?.

— Es solo que... Esas fiestas casi nunca terminan bien. —Tom, fue el primero en hablar, juntando su mirada con la de Jennie—. Siempre hay problemas entre los chicos que se pasan de copas y no queremos que te veas involucrada. Se que con tu abuela te garantizamos sacarte de prisión si terminabas allí, pero no queremos que algo malo te pase por ir a ese lugar.

— No tienen nada de que preocuparse. —con pasos lentos, Jennie avanzó hasta quedar frente a sus abuelos. En sus labios se dibujó una sonrisa tierna mientras descendia hasta quedar de cuclillas frente a los dos mayores a quienes los tomó de las manos con dulzura—. Se que por mi expediente, temen que sufra una recaída, pero les prometo que no será así, Lisa estará allí y ella cuidará de mi. Cómo lo ha hecho en estas últimas semanas.

Tom y Margarita, se vieron entre si, con una sonrisa, sabiendo que su nieta estaba hablando con la verdad. Lisa, jamás permitiría que su Jane, corriera ningún peligro, así que no les quedaba más que confiar en ella, tal cual y cómo lo habían estado haciendo desde que llegó.

— Está bien, confiamos en ti. —el señor Kim, volvió a tomar la palabra, subiendo su mano hasta la altura de la cabeza de Jennie, acariciando con sutileza su cabello—. Y confiamos en que Lisa, cuidará de ti.

justo en ese momento, el timbre de la casa resonó en todo el interior, haciendo que las tres personas dentro de la habitación se vieran entre si.

— Aunque no está de más, recordarle que te cuide.

Sin decir más, el señor Kim, se colocó de pie y salió de la habitación caminando con la cabeza en alto, los hombros erguidos y el pecho hacia afuera. Se veía tan intimidante, que Jennie temió por el bienestar de su mejor amiga.

— Tranquila, yo iré a ver qué no se sobrepase. —la mayor dijo, deteniendo los pensamientos de Jennie—. Baja cuando estés lista.

— Gracias abuela, te amo.

— Y yo a ti, cariño. —la señora Kim, dejó un beso en lo alto de la cabeza de Jennie, antes de ponerse de pie y salir de la habitación, siguiendo el mismo camino por el cual su esposo se había ido.

[••••]

— Y bien, Manobal. ¿Cuales son tus intenciones con mi nieta, esta noche?. —preguntó el mayor, sentando en su sillón individual, con una mirada severa sobre Lisa, quien pasaba constantemente saliva, en busca de valor.

10 minutos habían pasado desde su llegada y desde entonces el señor Kim, no había hecho más que quedarse sentado en silencio, intimidando a Lisa con su mirada y su pose de abuelo celoso y sobreprotector.

The First and Last LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora