VI

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Siete de la mañana.¿Desayuno? Un par de tostadas quemadas con una gran taza de café y una pizca de odio por la vida, Morgan lo tenía todo.Llegó como era costumbre a sus clases agradecida de no haber pasado demasiado tiempo pensando en Lang y en todo lo que acababa de descubrir.Es que había pasado la noche leyendo hasta que no pudo más, pero simplemente seguía sin entender, pensó que era una sobrecarga de información. Además pronto se dio cuenta de un problema aún más grande que el simple hecho de sentirse abrumada por la información. Sentía que sus oídos reventarían y su nariz, vaya, sentía que podía oler cada basurero por el que pasaba, los perfumes de las personas eran desagradables pero era aún peor que oler precisamente a las personas que no usaban esos perfumes y ni hablar de su vista, cuando se levantó de la cama y se vio al espejo notó que ya no necesitaba sus lentes, aunque no le gustaba admitirlo se sintió un poco como spiderman después de la mordida de la araña y a pesar de que le parecía divertido las cosas se salían de control. Los libros no le decían nada sobre eso.Cerró los ojos, tapó sus oídos y se sentó debajo de un árbol para descansar cuando percató ese olor del cual no sabía si correr lejos o correr a ella para pedir ayuda antes de que le explotara la cabeza por tener tantos estímulos a la vez. El olor era cada vez más fuerte por lo que no le quedó más que levantar la vista, no era quien ella creía.— Parece que te aplastó un camión... y lo hizo más de una vez. —Mary olía como Lang, eso confundió bastante a Morgan.— Tienes la chaqueta de Lang. —Se limitó a responder, no le gustaban mucho las bromas.— Me la quedé hace unos días y olvidé devolvérsela, no creo que regrese nunca a sus manos, me gusta cómo me queda.— ¿Tú también tienes los sentidos así de desarrollados?— Bueno, mi olfato no es ni la mitad de bueno, solo puedo detectar la sangre y mi oído es muy diferente.— ¿Cómo mierda se sobrevive con esto? Siento que voy a vomitar. Mary sintió lastima, su amiga nunca se había comportado así, siempre había sido alegre,  podía imaginarse la confusión que vivía en ese momento.— Puedo llevarte con ella, no viene a esta universidad pero tampoco está muy lejos.— Vayamos, por favor. Subirse a un auto fue su perdición, todo daba tantas vueltas que Mary tuvo que parar varias veces para que Morgan pudiera vomitar. La universidad de Lang estaba más interesada en los equipos universitarios que en verdad dar clases a sus estudiantes, por eso era muy bueno para los hombres lobos, era el mejor lugar para gastar energía sin parecer sospechosos.— Entremos, estoy segura que sé dónde encontrarla, nunca la he visto entrar a una sola clase.Y así era, Lang no entraba a clase, prefería ir a su tonto equipo de deportes. 

A pesar de todo, de que Lang solía ser descuidada no podría pasar por alto el aroma de su amiga y su mate.

— Lang, te necesitan. — Comentó Mary preocupando bastante a la loba en cuanto la vio de frente.— ¿Qué pasa? ¿Estás bien Morgan?— Voy a explotar, todo el sonido, todo. — Y así parecía, estaba pálida, completamente desorbitada.¿Qué carajo sabría hacer Lang en ese momento? Ella nunca había vivido algo así.— Vayamos a correr, alejémonos de la gente.La universidad tenía suficientes capos llenos de árboles para esconderse, lugar perfecto para descansar un poco los sentidos de Morgan.— Tienes que ayudarme, tú me hiciste esto. — Morgan se afianzó al brazo de las otras dos chicas, ni siquiera se podía mantener en pie sin tropezar.— No puedo hacer nada Morgan, solo es tu cuerpo, en verdad siento que todo esto haya pasado. — Todo el instinto de Lang le gritaba protegerla, quería corre a Mary y quedarse a solas con ella pero quizá eso la asustaría un poco. — Si solo no hubiera ido a esa fiesta. —Sollozó.— Lo siento mucho. — Se limitó a contestar. —Vamos, respira, vas a estar bien, verás que ahora tendrás ventajas, no todo es malo.— ¿Qué tiene de bueno algo como esto? — Esta vez se abrazó a sí misma.— Cálmate y escucha, puedes notar todo lo que tienes alrededor, puedes fijarte en los animales, es de lo más relajante, lo hago siempre que me siento mal.— No quiero animales, quiero dejar de oír.— Entonces concéntrate en una sola cosa. —Sugirió Mary. —Eso es lo que suelo hacer yo, me concentro en como corre la sangre en las personas. —Si no fuera una chupasangre de cientos de años quizá la frase no hubiera dado tanto miedo.De cualquier manera Morgan escuchó, quizá no quería centrarse en la sangre de la gente, no comería eso, pero el latido de su propio corazón servía como una melodía, un compás que compaginó a su respiración, funcionaba bastante bien.Sintió la mano de Lang sobre su cabeza acariciando sus cabellos, su tacto era suave, en realidad se sentía como alguien especial con esos cuidados. Lo había leído, los mates son las parejas perfectas, una vez que se conocen son irresistibles pero, Morgan no quería eso, ella no creía en lo mismo ¿Por qué tenía que aceptar eso? ¿Qué tal que Lang estaba más loca de lo que ya pensaba? Decidió que no importaba lo que sucediera ella resistiría hasta saber si la esa chica, el principio de todos sus males valía la pena.— ¿Podemos salir de aquí? Quiero recostarme.— Yo la llevaré a su casa. — Susurró Lang a Mary para que esta pudiera regresar a sus propias clases.Lang intentó conducir lo más lento posible para no marear más a Morgan que ya se veía bastante mal. La cargó entre sus brazos cuando llegaron al edificio de departamentos para llevarla hasta su cama a pesar de lo que Morgan se había negado a todo eso, se sentía tan mal que ni siquiera pudo resistirse.— ¿Alguien puede cuidarte? — Estaré bien mi mamá llegará en un rato, además ya soy grande. —Se burló.— No pienso irme si la respuesta es no.— No quiero que te encuentre en casa, tendría que explicar muchas cosas.Lang se quedó pensando unos momentos, en verdad no quería irse, ella quería proteger a Morgan a toda costa, si, sus instintos la obligaban a cuidarla, lo hacían aún más sabiendo que había cazadores en la ciudad nuevamente ¿Y si ellos sabían que Morgan ahora era un licántropo? Ella no vivía en la zona segura, todo lo que podía pasar le helaba la sangre.— ¿A tu mamá le molestan los perros?— Ni lo pienses Lang, tu no pareces un perro eres enorme.— Puedo actuar muy bien.

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Morgan solo se preguntó cómo había terminado en esa situación cuando tuvo que explicarle a su madre porque tenía a ese animal gigante a su lado.— Solo será por ahora ma, mi amiga no puede cuidarla esta noche.— Pero Morgan ¿No crees que es un poco peligroso? Eso no parece un perro.— Tranquila, me hace bastante caso. — lo único que la consolaba era eso, burlarse de Lang sin que pudiera hacer nada al respecto. — Es tranquila, se llama princesa.

Poco ConvencionalWhere stories live. Discover now