Yermione Granger Y La Historia De Las Predicciones |Harry Potter| [#1]

Capítulo XII: Festividades de invierno

El transcurso en el tren era relajante, no había tanta gente como el primer día de clases, era cálido y mucho más cómodo, ya que venía con sus dos mejores amigos compartiendo el viaje junto con ella. Platicaban sobre que pensaban cenar en navidad, Cho estaba emocionada por el esquisto pavo navideño que solía hacer su papá con días de anticipación, Cedric decía que no le importaba tanto eso, sino estar con su familia, mientras que Yermione ya hacía a mente las deliciosas tartas picadas o las papas asadas que solían hacer sus tíos. Los tres estaban emocionados de ver a sus familiares después de meses de escuela. Cuando el tren se estaba deteniendo empezaron a recoger sus cosas y tomar sus baúles. Una vez ya en la estación bajaron para tomar unos carritos para poder atravesar el andén con mayor facilidad, fueron de uno en uno para no alertar a los muggles, Yermione fue la última y al cruzar vió a su amigo abrazando fuertemente a (aparentemente) su padre y madre. Cho estaba a un lado mirándolos admirante, mientras esperaba también a los suyos. Yermione avanzó mientras miraba a sus lados, en busca de sus tíos y hermana, pero no los lograba divisar entre la gente, se acercó a la familia y los saludó para después Cédric presentarla junto con Cho a sus padres. Tenían la apariencia de ser igual de amigables que su amigo, pero él les ganaba. Yermione saludaba con nerviosismo mientras que su amiga Cho era muy amable y abierta, justo como fue con ella al conocerla en el tren a Hogwarts. Mientras hablaban Cho dio un gritillo junto con un salto, ya que su madre se acercaba a lo lejos. Su amiga dejó sus cosas y fue corriendo a abrazar a su madre que tanto extrañaba, se dieron la vuelta y se acercaron a los Diggory para presentar a la madre de Cho a ellos y a Yermione.

-¡YERMIONE! ¡AQUÍ! -escuchó que gritaron desde la entrada de la estación.

La mencionada se giró al escuchar aquella tan conocida voz. Miró a lo lejos a su hermana y no dudó en dejar su carrito con sus cosas (al igual que había hecho Cho) y demás cachivaches y corrió a abrazar a Hermione que tanto había extrañado durante meses. Sintió su corazón ablandarse ante aquel tacto.

-¡Por Merlín, te extrañe tanto! -dijo Yermione en el cuello de su hermana -. ¡Tengo que contarte tantas cosas! ¡Y lo divertidos que son Cedric y Cho, están por allá! ¡Y traes el collar que te regalé! -decía muy rápido, mientras la jalaba de la sudadera.

-¡Te vez más diferente! ¡Y tus ojos! -decía Hermione sorprendida.

-¿A qué te refieres con diferente? -le preguntó Yermione.

-Si, como más alegre, más viva -contestó Hermione con notable alegría por ella, no había notado que aquella escuela la había cambiado para bien, que podía lidiar mejor sus diferencias, a pesar de haber veneno escondido en aquél lugar.

-¿Y no hay nada para nosotros? -dijo la voz de un hombre que estaba detrás de Hermione. Se volteó para después abrazar a su tío y tía. No es que fuera poco importante sus familiares para ella, pero no había suficiente impacto en ella como para crear un lazo lo suficientemente fuerte como para alegrarse lo suficiente como con su hermana. Yermione jaló a su familia junto a las otras, para presentarlos.

Los padres de Cedric y la madre de Cho los saludaron con bastante entusiasmo pero sobre todo con curiosidad, ya que se trataban de muggles, personas algo distintas a los magos.

-¡Vaya, si que son idénticas! -comentó en voz alta Cédric cuando su hermana se posó a su lado. Cho asintió confirmando su comentario -. Hasta me atrevería a decir que tienen las mismas pecas en la cara.

-Bueno, a ver si así te atreves a decirle también salpicada al igual que a mi -dijo Yermione. Hermione alzó una ceja al escuchar el sobrenombre.

-No lo creo, tú eres la única salpicada, además de que tú hermana se mira que tiene mejores modales que tú -agregó Cho. Hermione soltó una carcajada que intentó esconder con la palma de su mano, ahora Yermione fue la que alzó la ceja.