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¡Ah, así es! Después de todo, al final del día, un maestro no está obligado a ayudar a apagar el fuego de su discípulo. Incluso si él fue quien accidentalmente se frotó contra él y avivó el fuego, ¡es lo mismo!

Vegetta levantó bruscamente a Foolish, puso una palma en su pecho y le envió unas cuantas ondas de energía espiritual. Aunque no era mucho, era todo lo que podía dar. ¡Todo lo demás puede ser ignorado! Al salir del sarcofago de piedra y siguiendo las instrucciones de Rubius, arrastró y tiró de Foolish. Después de un rato, las paredes del sepulcro se fueron humedeciendo gradualmente, las plantas de sus pies se volvieron resbaladizas y el musgo era más grueso. No era fácil mantenerse estable. Vegetta disminuyó la velocidad para evitar resbalarse.

Mientras continuaban, malezas y flores silvestres florecían entre el musgo a medida que el sepulcro se ensanchaba paulatinamente. Árboles de variadas alturas se elevaban en ambos lados. No solo el suelo era resbaladizo, sino que las viejas raíces retorcidas y nudosas también amenazaban con hacerlos tropezar de vez en cuando.

Los insectos pasaban volando, y los trinos de los pájaros podían ser escuchados. Un cenit azul y negro de repente se levantó por encima de ellos. Con incrustaciones de destellantes cristales blancos, se parecía a una cortina de una noche iluminada por las estrellas.

A pesar de la ilusión de estar en una jungla, no han abandonado el Mausoleo Sagrado, sino que solo han llegado a una de las criptas especiales dentro de ella.

Cada cripta en el Mausoleo Sagrado fue diseñada por los nobles de las generaciones pasadas para su propio uso. Sus diseños eran extraños y variados. Al igual que en un apartamento, los inquilinos se mudan trayendo solo lo que tienen y decoran el resto de la casa de acuerdo con sus preferencias. Los expertos en el campo de los mecanismos favorecen exageradamente la antigua tradición de adivinación. Los domadores de bestias demoníacas prefieren usar bestias guardianes. Los herbolarios cultivan flores y pastos venenosos.

El dueño de este sepulcro era obviamente el último tipo. Los árboles y las flores aquí parecían normales, pero Vegetta estaba decidido a no tocarlos. Se quitó la túnica y cubrió ambas cabezas. Presionando su mano contra la cintura de Foolish, dio un paso cauteloso hacia adelante. El pasto y las hojas crujieron.

Repentinamente, un penetrante sonido acompañado de un destello de luz blanca fría destrozó la quietud del aire.

La mano de Vegetta chasqueó rápidamente, la thunder sword en su cintura salió volando y se estrelló en una cruz para bloquear el ataque repentino. La potencia de la fuerza de ambos lados no cedió.

Este obstáculo no había sido resuelto antes de que un segundo destello de luz blanca golpeara. Esta vez, apuñalaba directamente a la garganta de Foolish. La thunder sword estaba bloqueando la primera espada y no podía ser retirada; tampoco podía tirar a un lado a Foolish. Si él cayera entre esas flores y plantas traicioneras, ¡estaría frito!

Levantó su brazo y agarró el filo de la espada con la mano desnuda. La hoja cortó profundamente en su palma, pero aún podía sostenerla firmemente, y no avanzó otra media pulgada. La sangre no goteaba, se derramaba. Se vertió sobre la ropa de Vegetta y tiñó de un rojo brillante el pasto en el suelo. Finalmente se dio cuenta de cuán doloroso debió haber sido cuando Foolish había agarrado su espada con anterioridad. Los ojos de Vegetta se enrojecieron. Sacudió su cabeza y sus pupilas se encogieron.

"Nunca imaginé que los 'callejeros' de los que hablaba Cucurucho se refería en realidad a estas dos personas." Pensó.

Dos personas emergieron de las sombras de los viejos árboles retorcidos. Para ser precisos, solo una persona salió; la otra fue empujada en un aparato parecido a una silla de ruedas. La que estaba de pie era una hermosa mujer con una cintura delgada y pelo rojo. El que estaba siendo acercado con ruedas estaba envuelto en una áspera manta de fieltro desde el cuello hacia abajo, pero la cabeza expuesta no era desconocida para Vegetta.

Vegetta self-saving systemWhere stories live. Discover now