capítulo 3: Noche estrellada

46 5 0
                                    

~Stella~

Nos encontramos en el hotel the Wallace, es un hotel lindísimo en el estado de Manhattan.

Entramos a la habitación que reservamos— ¡Dios santo que maravilla! —exclamo internamente.

Al observar el balcón de la habitación mi hermana Angela empieza a saltar como una niña pequeña.

Me llamó mucho la atención lo amplio que es y me acerco; puedo ver la cuidad y las calles hermosas de Nueva York.

Miro hacía el cielo estrellado, es una noche maravillosa.

Mamá cuando era una niña me enseñó a contemplar el cielo y más cuando son noches como estas. Desde ese instante he amado las constelaciones como el cielo, la lluvia y la naturaleza.

¡Oh no! Ya tengo lágrimas en los ojos, sé que debo soltarlas así que decidí entrar al baño urgentemente.

~Angela ~

Stella ha entrado al baño, sé que quiere llorar y voy a dejar que suelte sus lágrimas; es una chica maravillosa aunque su infancia no ha sido la mejor del mundo, ella lucha cada día con las partes de su interior que les hace falta.

La entiendo, su vida no ha sido color de rosas, le faltó la figura paterna y materna aunque mi madre antes de los 7 años la cuidó mucho, porque sabía que ella era diferente.

Es una chica un poco cerrada con sus sentimientos y para expresarse no es buena, pero cada día trata de no hacer daño para que los demás no se sientan como ella.

—Se escuchan sollozos en el baño—Automáticamente sale del baño y la recibo con un abrazo.

—Sé que no quieres hablar de esto, pero recuerda que siempre estaré aquí —dije aún abrazándola.

—Gracias Angela.

—Te quiero mucho Stella, recuerda que mi esposo Marcos y yo siempre te ayudaremos a levantarte cuando sea necesario.

~Stella~

Angela siempre ha estado ahí, pero hay cosas que prefiero no contarle, como por ejemplo cuando me enamoré a los 15 años, esa persona me hizo mucho daño y también por eso cambió mi opinión sobre el amor.

—Salgo al balcón nuevamente pero esta vez he preferido no llorar, aunque los recuerdos vuelven como si fuera ayer; debo ser fuerte.

Me he quedado a observar la noche estrellada desde el cuarto de hotel aqui en New York, ya ahora no es nostalgia lo que me causa; es admiración.

El tiempo ha pasado muy rápido, ya es madrugada, la brisa me golpea la piel y me da escalofríos.

Entro a la habitación para poder acomodarme en la cama la cual es muy comoda, debo descansar, fue un día largo.

Una oscuridad ciega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora