capítulo 4: conociste todo de mi

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27 de enero 2020 ~ 15 años ~ Francia–paris.

Aún acostada sobre la amplia cama con muchas cobijas encima, traspasa el frío a mi cuerpo, y me he dado cuenta que he dejado la laptop encendida en mi escritorio.

Con los ojos cerrados del sueño intento caminar pero fallé y tropecé.

— ¡Joder! —chillo con fastidio.

Al instante vuelvo y me recuesto a la preciosura de mi cama y sin esperarlo escucho una voz de fondo, sé que alguien me llama pero no logro entender lo que dice.

—Stella —llama Angela con delicadeza, entrando en la habitación.

— !Stella Beltrán! —pronuncia con firmeza.

Logro ver el rostro de mi hermana con los ojos entrecerrados.

Angela enciende la pequeña lámpara de mi habitación y mis ojos arden por recibir la luz.

—Joder Angela, la luz me molesta solo apaga la lámpara —digo con fastidio y enojo.

—Stella mi amor ¡feliz cumpleaños! —exclama junto con un abrazo que no esperaba.

Sinceramente Angela es muy cariñosa y aunque la trate mal y no estaba preparada para este pequeño abrazo, lo he recibido con agrado.

Me he levantado de la cama y Angela sigue reprochando sobre que haré hoy y tiene muchos planes para mí pero la verdad solo quiero estar con Danilo; él para mí es el amor que siempre quise tener, aunque no le he hablado a Angela sobre él, no quiero que ella empiece con sus discursos.

Aún en la habitación me quedo perdida en mis pensamientos como siempre, pero algo interrumpe mi imaginación.

—Stella apresúrate llegarás tarde al instituto —grita Angela con desesperación aún sentada en mi cama.

—Ten paciencia, solo no encuentro que ponerme.

—Oh si, es que no tienes ropa —dice Angela con su sarcasmo intacto.

—Aún es temprano Angela.

20 minutos después Angela enciende su auto y estamos en camino al instituto de París, me he puesto un vestido de flores muy lindo que me lo ha regalado Marcos el esposo de mi hermana.

—Estás muy linda hoy ¿no? —dice Angela sin mirarme.

—Estoy normal —digo aguantando sacar una risita.

Sé por qué lo dice, hace días me ha visto sonreír junto a la laptop, mi hermana es muy observadora y ha notado cosas de mi diferentes.

Me he enamorado de Danilo hace 2 años y llevamos de relación 1 año; es una persona muy linda físicamente como sentimental, apesar de que debo aguantar mis celos ya que es el chico popular de la escuela y muchas chicas lo desean.

He llegado al instituto y el primero en recibirme es Danilo.

— ¡Mi amor estás hermosa! —dice mirándome fijamente.

—Gracias lindo —siento que se le ha olvidado mi fecha de cumpleaños.

—Feliz cumpleaños mi pequeña —me abraza con satisfacción.

—Pensé que se te había olvidado —lo miro con tristeza.

—Claro que no mi nena —me agarra de la mano y caminamos hacia nuestro salón de clases.

He salido de clases y en todo el día no he visto a Danilo; camino por el pasillo en busca de mi chico alto y atractivo, pero no lo encuentro y he preguntado por él pero al parecer nadie me dice nada.

Al salir del instituto por el campo libre de la parte de atrás alcanzo a ver a Danilo, por el instante pensé que estaba solo.

Me fuí acercando poco a poco, cada paso que daba me hacía sentía un dolor inmenso en mi pecho, por lo visto el presentimiento que sentía se volvió en decepción.

Danilo se encontraba besando a una chica, lastimosamente no es cualquier chica, es la niña más popular del instituto; mis lágrimas empezaron a rozar mis mejillas, cada lágrima ardía en lo más profundo de mi pecho; Danilo alzó su mirada aún agarrado de la mano de la chica.

Mi cuerpo estaba inmóvil, no sabía que decir ni como pronunciar su estúpido nombre, la sangre me ardía y mis pensamientos no eran claros.

Seguía observándolo fijamente hasta que mi cuerpo decidió salir de ahí, salí corriendo escuchando su voz al fondo, mis lágrimas corrían por mis mejillas con más frecuencia, sentía las pulsaciones de mi corazón aún mas rápido.

El camino a casa fué muy melancólico, las calles y el ambiente estaban en comunicación con mis sentimientos y pensamientos.

He llegado a mi habitación, Angela no se encuentra en casa, mis piernas duelen aún más que mis ojos; tengo Miles de preguntas que probablemente no tengan respuestas o tal vez si, pero el estúpido de Danilo no las responderá.

He encendido la laptop y tengo Miles de mensajes pero el que llamó mi atención fue uno, Danilo me había escrito diciendo muchas cosas feas, al leerlas me lastimó aún más.

Mi chico: Stella, discúlpame eh... se que sonará un poco duro esto pero nunca me gustaste solo fue por un rato, solo me dabas lastima, y sé que eres hermosa y conocí tus sentimientos más profundos pero debía acabar con ésto; perdóname solo olvídate de mi.

*Mi chico borro tu apodo*

¡Auch! Llegó el momento de enfrentar esto.

Stella: eres un idiota, no quiero saber más de ti.

*Stella borro el apodo*

Danilo: perdóname Stella.

Stella: tu muy bien sabías que te amaba Danilo como fuiste capaz de hacerme esto, conociste todo de mi; mi mayor error fue pensar que eras diferente, también olvídate de mi Danilo.

Cerré de golpe la laptop, todo esto se convirtió en inseguridad.

Recostada en mi cama, derramando lágrimas aún más gruesas, pensando cosas terribles de mi, llegué a un punto de que mi conciencia repetía las mismas frases.

*Nunca Stella, nunca vuelvas a enamorarte así ¿entiendes? Nunca llores así por alguien*

Desde que mamá y papá se separaron, Angela siempre me decía que mamá había fallecido.

*Mamá prometo no volver a sentirme así* —mi conciencia repetía una y otra vez.

Llegó la noche y el frío inundaba mi interior, la mezcla de mis lágrimas y el frío me hacía temblar.

La ansiedad aumentaba, rozaba mis manos en mi cabello y mis piernas no paraban de temblar, esa noche lloré hasta quedarme dormida.

Una oscuridad ciega Where stories live. Discover now