72. Un Día Especial

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| Garald |

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| Garald |

Hoy nuestros cachorros cumplen 20 días y también es su primera Luna llena, convencimos a nuestra compañera para presentarlos ante toda la manada hoy.

Fueron cinco días agotadores, nuestras crías al parecer se confabularon para no dejarnos dormir, cuando una duerme la otra se levanta mientras la tercera apenas está comiendo, no solo eso, también los preparativos de la presentación ante la manada y la pequeña reunión familiar que haremos después de esta.

— ¿ en qué piensas ? — sonrío al escuchar la voz de mi Luna.

— deberías estar dormida — la regaño ya que es la que menos ha dormido de los cuatro.

— no tengo sueño y no evadas mi pregunta.

— solo pienso en lo que pasará hoy, ya sabes la seguridad y eso, aún estoy algo paranoico por el último ataque.

No quiero decirle que estoy más preocupado por presentarle nuestra crías a mi familia que por la seguridad.

Ella solo se sienta a mi lado mientras acaricia la mejilla de Arman, estoy tratando de hacerlo dormir, pero el pequeño ser solo quiere jugar aun cuando ni siquiera puede gatear.

— es muy imperativo — murmura ella.

— es normal, mejor aprovechemos estos días, los primeros dos años hay que tratar de mantenerlos vivos, mi madre siempre me recuerda que era muy revoltoso, a pesar de las palizas que me daba mi padre para que me comportará — admito y ella se ríe.

— bueno solo esperemos que Marcos y Marcio fueran niños tranquilos, porque yo parecía un niño, me la pasaba todo el día afuera jugando con la pelota y llegando toda sucia a la casa — me cuenta sonriendo.

Arman al escucharla hablar empieza a mover entre mis brazos, quiere estar con su mamá, ella lo agarra y este se ríe al verla.

— eres un niño muy hermoso — le llena la cara de besos y gruño.

— lo único que es un acaparador, solo quieren estar pegados a ti y solo dejan que los carguemos cuando no estás presente, pequeños malcriados — le gruño a mi cría y este me devuelve el gruñido.

Sin pensarlo le doy una pequeña nalgada que le hace soltar un chillido dramático de dolor.

— ¡ Garald ! — me regaña mi cachorra mientras lo revisa, asegurándose de que no lo haya lastimado.

— solo fue un toquecito, si dejo que me gruña cuando ni siquiera puede hablar imagínate como nos faltará el respeto cuando sea un adulto y tenga más fuerza que tú y yo.

Mi cría solo hace pucheros para conseguir el afecto de su madre, es obvio el nivel de manipulación, se que las crías humanas son diferentes a las nuestras, entiendo que mi compañera no crea que son inteligentes y entienden lo que decimos desde que nacen, pero no lo dejaré hacer lo que quiera, son Alfas, por naturaleza intentarán someter a los que estén a su alrededor ya sea con la fuerza o con manipulación.

Zinerva : Trio de Mates Donde viven las historias. Descúbrelo ahora