Mamá por accidente [Katsudeku]

10.- If you do

heeey, feliz año nuevo??
Nos leemos al final del capítulo~

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Llevaban un rato esperando en el hospital mientras Kota estaba en una revisión por su fiebre, el pequeño no mostraba malos síntomas, pero al parecer un padre inexperto como Bakugo necesitaba estar 200% seguro de que el pequeño no tenía nada.

En un intento de agilizar las cosas, Izuku lo envío junto con Erie a buscar un café y leche con chocolate para la pequeña, pues ya era hora de cenar algo y ninguno había probado bocado..

-Hola, ¿viene con el pequeño Kota, verdad? Necesito que me acompañe- la enfermera que lo había molestado hace unos momentos con su apellido había quedado a cargo del pequeño y ahora estaba ahí de nuevo- va a tener que sostenerlo fuerte- dijo mientras preparaba una inyección.

-¿QUE ES ESO?- Deku nunca había visto una aguja tan grande, según el- ¿LE VA A INYECTAR ESO?- si alguien tenía un ataque de pánico a las inyecciones, era el pequeño Kota, pero más Izuku.

-necesito inyectarlo para que su fiebre baje y por fin puedan retirarse- la enfermera había creído que fue buena idea llevar a Izuku para sostener a Kota- entre más rápido terminemos más rápido podrán irse- fue una terrible idea.

-¿Que le va a inyectar?- Izuku tapo los ojitos llorosos de Kota- ¿Eso está aprobado por la OMS?- abrazo al menor más fuerte- ¿Está segura que la necesita?, ¿Le va a doler?- Izuku temía más por aquella situación que el mismo Kota.

La puerta se abrió de golpe, y Bakugo entro con Erie rápidamente al consultorio..

-¿Que paso? ¿Kota está bien?- miraba desconcertado, pues Izuku había desaparecido de la sala de espera y lo único que le comunicaron fue que lo habían llamado al consultorio..

-Señor Bakugo- el aludido volteo rápidamente a la enfermera- gracias por irrumpir- no lo decía sarcásticamente- muy bien pequeño, ya puedes irte, solo toma correctamente tus jarabes, veo que estarás bien cuidado, tus papis son muy atentos contigo- le sonrió cálidamente antes de salir.

La cara de Izuku estaba roja hasta los oídos, no sabía dónde meterse, peor aún, gracias a la entrada de Bakugo nunca noto cuando inyectaron a Kota, y este al parecer tampoco, pues fue tan rápido que simplemente paso, al menos agradecía que la enfermera no lo hubiera hecho llorar.

Bakugo fue a la farmacia por las medicinas del pequeño mientras una dormida Erie descansaba en sus brazos, y Kota no se había despegado de Izuku, olía tan bien, casi como su mamá, lo cual le había generado tranquilidad.

Y cuando pensó que se había librado de aquella enfadosa enfermera, está volvió como si la hubiera invocado.

-Señor Bakugo- grito del otro lado del pasillo sin que el peliverde reaccionara- el pequeño Kota solto su mochila en el consultorio- corrió para entregarsela- olvide comentarle a su marido, tiene que ponerle una vacuna a Erie también, si gusta podemos hacerlo de una vez y así los dos bebés podrán venir a revisión juntos en un mes-

Izuku no sabía que tenía esa señora con las inyecciones, pero si su hija lo necesitaba, con todo el dolor del mundo, claro por una inyección, lo haría.

-Kacchan- levanto su mano señalando a la enfermera- la enfermera necesita ver a Erie- si, el no llevaría a su pequeña a ese campo de batalla, prefería culpar a Bakugo por si llegaba a despertar con ese piquete.