- Tía, tía, tía, tía, tía, tía, que va Marc, ¿qué hago? ¿Me quedo en casa? - dije super nerviosa.
Os cuento, Marc Guiu, el chico del que llevo enamorada desde los 5 años, siempre venía a tirarme de las coletas y llamarme enana. Hemos ido a clase juntos desde la guardería hasta 2° de bachillerato que estamos ahora y teníamos que ir voluntariamente a ver una obra de teatro de lengua para subir nota. La cosa es, que siempre que estaba cerca de Marc, me ponía super nerviosa y hacía muchas tonterías, que con lo torpe que era, nadie veía extraño que de repente me diese la ostia del siglo, o que siempre todos los balones acabasen sobre mi persona por estar mirándolo.
Estaba en el recreo con Marina que intentaba tranquilizarme por el impacto de la reciente noticia.
- Ari, estate tranquila, vas a ir porque primero: quieres subir nota, segundo: ya te has comprado el vestido, que además te queda estupendo y tercero: a mi no me dejas tirada - mi amiga me recordó porqué había decidido ir a ver la obra, no podía dejar de ir así por la cara, con el coñazo que le había dado a mi madre y a Marina con el vestido, me mataban si no iba.
- Tienes razón, iré, malo será que me toque cerca suyo, si el teatro es enorme.
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Pov. Marc
Quería llegar a la obra ya. Pero mi novia no salía de la habitacion ya cambiada.
Os preguntaréis porqué coño quiero ir a ver la Celestina y mucho menos con mi novia un sábado por la noche. Es que iba a ir ella, Ariadna Martínez, la chica de la que llevo enamorado desde los 5 años, recriminandome siempre que le tirase de las coletas y la llamase enana, era la única chica que me llevaba la contraria, que pensaba de forma propia y que no se dejaba llevar por los demás.
Ella iba a ir a la obra y yo quería verla, seguro que va guapísima. Lo malo, que por culpa del bocazas de Pau tengo que llevarme a la pesada de mi novia, ¿que porqué no la dejo? Ari es inalcanzable y nunca se va a fijar en mí, así, que me tendré que apañar con la que se deje, se que suena un poco feo, pero me tendré que acostumbrar a no estar con la chica de mis sueños.
- ¡Venga Marta, que vamos a llegar tarde! - Hablé haciendo que mi novia al fin saliese.
- Que ya estoy, ¿que prisa tienes?
- Pues que no quiero llegar tarde, que luego no me dejan entrar y tengo que subir nota - que mentira le acababa de contar y me quedé tan ancho, si me escuchase alguna vez en su vida sabría que no me hace falta subir nota, pero cómo pasa olímpicamente de mí, no se ha dado cuenta - Venga vamos.
- Vamos - dijo poniéndose la chaqueta para salir de su piso.
Llegamos al teatro, todavía quedaba media hora para que empezase, pero había quedado con Pau y su chica que también iban a verla.
- Heyy, ¡la parejita del año! ¿Qué tal chicos? - pregunté a mis amigos dándole un abrazo a Pau y dos besos a su novia.
- Bien, ¿y vosotros? - preguntó Rosi, la novia de mi amigo.
- Pues genial, estamos en nuestro mejor momento - dijo Marta cogiendo mi brazo, que ostia se iba a dar cuando menos se lo espere.
Nos separamos, yo me quedé hablando con Pau mientras las chicas hablaban por otro lado. A los pocos minutos, nos íbamos a meter al teatro cuando nos llamó la profesora y la vi. Estaba absolutamente preciosa, con ese vestido azul pegado al cuerpo que le quedaba de muerte, y literal, porque con la erección que tenía por su culpa, mi novia me iba a matar.
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Pov. Ari
Quedé con Marina en su casa para prepararnos juntas. Ella iba con un vestido granate y yo con uno azul. Casualidad. No lo creo. Nos los habíamos comprado a propósito para ir de nuestro equipo favorito: el Barça.
