- Bueno chicos, vamos a subir a cambiarnos que hemos quedado con unos amigos para salir a tomar algo ¿Queréis venir? - mi madre habló levantándose de la mesa.
- Yo tengo que estudiar - dije aún con la erección de Lamine detrás, mis padres acabaron de desayunar mientras que nosotros no habíamos empezado aún.
- Yo tengo que entrenar, el mister ha mandado nuevos ejercicios y quería hacer algo antes del partido de la semana que viene - por el lado en el que mis padres no me veían puso una mano en mi cintura. Claro que sí, el ejercicio que quería hacer era conmigo no los que le había mandado su entrenador, pero yo también lo estaba deseando así que no puse objeción ninguna a su propuesta de ejercitarnos.
Nuestros padres asintieron y subieron las escaleras para cambiarse el pijama y salir arreglados de casa - ¿Qué haces? Casi nos pillan - me giré para ver su estúpida cara. Estaba siendo muy lanzado y sabía que yo no me aguantaría mucho a sus insinuaciones.
- Es que estás demasiado buena hermanita - mordió su labio mirando mi cuerpo de arriba a abajo sujetando mis caderas con sus manos.
- ¿A sí? - besé sus labios enroscando mis brazos detrás de su cuello.
- Quiero follarte ahora mismo.
- Y yo quiero que me folles - sabía que sus comentarios vulgares me iban hacer caer rápido en su tentación.
Hizo que enroscara las piernas en su pelvis cuando ya nos habíamos quitado la ropa sobrante para empotrarme contra la encimera de la cocina. Mis manos se situaban en la parte de atrás de su cabeza para acercarlo más a mis labios y que callara los gemidos dadas sus fuertes penetraciones que me hacían ver las estrellas - Joder hermanito, vas hacer que me corra otra vez.
- ¿Te gusta que te lo haga tan duro? - asentí antes de echar mi cabeza para atrás y dejarle más alcance para que lamiera mi cuello. Tocaba mis pechos a través de la camiseta que utilizaba como pijama, me estaba excitando mucho el hecho de que en cualquier momento pudieran bajar nuestros padres y pillarnos teniendo sexo, pero eso sería una desventaja, ya que yo a este consolador lo quería utilizar por mucho tiempo. Lamine empezó a penetrarme aún más fuerte para sacarme de mi ensimismamiento mental y que me centrara en el presente, él y yo follando en la cocina como si no hubiera más personas en casa, solos él y yo en nuestra burbuja de placer.
Al poco, escuchamos unos pasos por las escaleras, mis padres, ¿Qué hacíamos ahora?
Lamine me bajó de sus caderas, me puso en dirección mirando hacia donde aparecerían nuestros padres y él detrás, sólo que se le ocurrió la grandísima idea de meter su polla dentro de mí, joder, que teníamos a mamá delante y él con su erección en mi interior y yo con mi cara de "no te muevas por que como lo hagas gimo", y no creo que ella se tomara nada bien que follaramos juntos siendo "familia".
Sus penetraciones eran lentas mientras nuestros padres nos hablaban de sus planes en esa mañana tan soleada y la pena de que nosotros no pudiéramos acompañarlos, el problema, que se estaban enrollando tanto que yo no podía aguantar ni un segundo más gemirle a mi hermanastro que quería que me lo hiciera tan duro que al día siguiente yo no pudiera caminar. Casi gimo delante de ellos en varias ocasiones y eso me ponía mucho, que estuvieran a punto de pillarnos era la llama añadida para que mi orgasmo se acercara indiscutiblemente.
Al fin se fueron, y lo primero que hice, gemir bien alto todas las cosas que me había estado callando durante esos largos minutos. Sus embestidas se hicieron más fuertes llegando hasta lo más profundo de mi interior, provocando que la cocina se llenara de jadeos incontrolables por parte de los dos - no sabes las ganas que tenía de escucharte gemir de una puta vez - sus manos se encontraban en mis caderas ayudándole a marcar el ritmo de las embestidas que me daba.
- Joder hermanito sigue... - eso provocó que apretara su agarre en mi cuerpo y se pegara a mi espalda. Sus labios se posaron en mi cuello dando varios y dispersos besos que me estaban llevando a la locura, pero, aún así, yo no quería que se despegara, por lo que mis manos se dirigieron a la parte posterior de su cabeza tocando su pelo en el proceso.
No pudimos aguantar mucho más tiempo el placer que nos consumía, por ello, nos dejamos llevar recibiendo nuestros satisfactorios orgasmos, mis débiles piernas se tambalearon haciendo que casi cayera al suelo de la cocina, quedé sorprendida con este hecho, ya que no sabía que las buenas corridas eran tan fuertes y te dejaban con la mejor sensación que yo había tenido en mi vida.
Al recuperar la sensibilidad después de un rato, fui a recoger mis pantalones de pijama que se encontraban debajo de la mesa. Volviendo a mi posición inicial ya con los shorts puestos, tenía a Lamine delante apresándome contra la mesa.
- Te estaría follando todo el día - besó mi boca intentando calentarme de nuevo, esta vez no lo iba a conseguir, estaba demasiado cansada como para continuar, pero no le iba a decir eso no vaya a ser que me diga que no me iba a dar más placer, así que inventé una escusa que fijo que iba a entender y me dejaría marchar.
- Ya, pero tengo que estudiar literatura, que el lunes tengo, bueno, tenemos examen - le puse cara de pena y me dejó un espacio para salir mientras bufaba por haberme negado.
- Vale, pues salgo al jardín a hacer algo de ejercicio.
- ¿Tú no deberías estudiar también? - le pregunté frenando mi caminata hacia las escaleras que se dirigían a la planta de arriba.
- Ya si eso me paso por tu habitación luego y me haces un resumen... - me da a mi que este quería de todo menos un resumen.
