- 𝕭𝐀𝐈𝐋𝐀 𝓁𝑒𝓃𝓉𝑜 ᶠˡᵒʳ morad𝐚,
𝓺𝓾𝓮 𝗺𝗲 R̶E̶C̶U̶E̶R̶D̶A̶S̶ a ꩇׁׅ݊ꪱׁׅ
𝐀𝐌𝐀𝐃𝐀.
-♯ why am I like this !
Simon ha estado solo durante
tanto que su corazón y su mente
se han congelado...
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EVELYN ES UNA AMANTE DEL INVIERNO, era su estación favorita del año desde siempre, no tenía ni un solo mal recuerdo que se pudiera relacionar con ese clima, y por más que intentara, nunca tendría algo malo que decir acerca de los cielos nublados, el clima frío, prácticamente helado, y esa sensación de entumecimiento que implicaba la estación.
Le parecía pacífico todo lo que envolvía al invierno, las mañanas con copos de nieve, las tardes encerrada en casa, viendo su programa favorito "Cheers" y las noches con un café con leche caliente mientras un cobertor grueso y pesado la aplastaba, era simplemente la mejor época.
Sin embargo, no todos podían tener la misma percepción acerca del invierno.
—¡Me estoy congelando!— Gritó de manera aguda Fiona mientras frotaba sus brazos con un ceño fruncido.
Llevaban aproximadamente 15 minutos caminando juntas, y esa, esa era la cuarta o quinta vez en la que Evelyn escuchaba como Fiona se quejaba por el clima, aunque le parecía absurdo, después de todo, ¿quién la había mandado a vestirse con nada más que una playera y un pantalón?.
—Te dije que checases por tu ventana antes de salir, eso ayuda a decidir qué ponerse— Evelyn la observó, pensando que claramente Fiona no había seguido su recomendación.
—Me dio pereza— Contestó la rubia, haciendo que su amiga suspirara. —¿Por qué estamos fuera de todas formas?, el clima está horrible— Murmuró la rubia, viendo a su amiga. No alcanzaba a comprender cómo es que ella lograba caminar como si nada ante la tempestad del viento frío.
—Porqué necesitas un empleo, Fifi— Dijo la castaña con un deje de preocupación mientras se detenía para voltear a verla. —No puedes seguir viviendo así, necesitas ponerle orden a tu vida, ya no somos adolescentes— Evelyn explicó cómo si se tratase de su madre quitándose su bufanda para ponerla alrededor del cuello de Fiona de manera suave.
Siempre era así.
—Creí que me mantendrías hasta los cuarenta— Contestó la más bajita con una risa leve, que parecía más que nada una risa que intentaba alejar el tema, disfrazar lo que había dicho como una broma.