Final de la bella rosa

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Quería llegar a donde estabas, pero los caminos comenzaron a desaparecer, las lágrimas caían con desesperación y las siluetas mostraban sus rostros con tristeza. Estiraron sus manos tratando de sujetarlos lastimosamente desaparecieron en el aire, con agitades se despertaron de golpe sobre sus camas.

Aioros miraba a la pared con dificultad para luego levantarse rápidamente de su cama-No lo perderé-murmuro entre suspiros para salir de su templo, lo mismo sucedía con Death quien sentía miedo, miedo de perder a la única persona que lo amaba por quien era.

El frio comenzaba a hacerse presente y sus respiraciones comenzaron a fallar mientras que sus ojos poco a poco se perdían, Saga con dificulta se despertó notando como su cuerpo comenzaba a desvanecerse. No entendía el motivo, pero no se movió solo beso la frente de Dita quien parecía seguir inconsciente. Suspiro un último aliento antes de desaparecer con su hermano en brazos.

Todos los demás aparecieron en el santuario bajo la estatua de la diosa Athena, confundidos se miraron entre si notando rápidamente la ausencia de Pegaso.

Ikki: ¿¡Donde esta Seiya!?

Nadie respondió puesto que no sabían la respuesta ante aquella interrogante, Athena se levantó del suelo observando al cielo esperando alguna señal de lo que estuviera pasando.

Athena: Seiya...-murmuro su nombre con preocupación, ahí estaba una bella pluma blanca caía del cielo hasta sus manos

Observo con detenimiento aquella pluma sintiendo el cosmos de Seiya en ella, con una sonrisa ligera las lágrimas no tardaron en aparecer por ver aquel sutil mensaje que había dejado en ella.

Rio con algo de amargura para después fijarse en el cielo-Nos veremos en la otra vida Seiya, espero seas feliz-hablo con firmeza y gentileza mientras que los demás solo se quedan analizando la situación

Hyoga con cautela sujeto el cuerpo de Shun quien no se había separado de su lado y con delicadeza acariciaba su mejilla ya fría, cargando su cuerpo se alejó de todos siendo seguido por Camus que ya tenía idea de lo que haría.

Bajaron hasta el templo de Acuario donde ambos se adentraron en lo más profundo posible con cuidado Hyoga dejo a el cuerpo de Shun sobre el suelo y con su cosmos formo un pequeño ataúd a su alrededor mientras que Camus se acercó con una flor de cristal depositándola sobre las manos ya frías de Shun. Antes de que se congelara por completo Hyoga se acercó a donde estaba apoyándose en puntitas acariciando la mejilla de su amado, robándole un tierno y suave beso-Te amo-fueron sus palabras pronunciadas para después despedirse de la persona que más amaba

Camus simplemente miro hacia abajo para después retirarse de la habitación dejando a su hijo dentro de ella mientras caminaba sentía las lágrimas caer por sus mejillas. Pensando en Afrodita y Saga ese recuerdo no salía de su mente apoyando su mano en la pared se dejó caer al suelo, lloraba mientras sentía sus manos temblar.

Guardo silencio mientras presionaba su pecho con fuerza con dificulta se encamino a su habitación entrando en ella, solo se recostó sobre el suelo apoyando su cabeza en la orilla de la cama.

Las lágrimas no paraban y su mirada poco a poco se perdía adentrándose al sueño de su tristeza.

El viento rugía con fuerza azotando las hojas que caían al suelo con brusquedad, dentro de ese extenso bosque una doncella corría por busca de refugio de la tormenta que parecía azotar su ciudad. Mientras lo hacía algo llamo su atención era un brillo dorado resplandeciendo sobre la tierra, con curiosidad se acercó llevando su mano a su boca por sorpresa.

-Santo cielo-menciono con preocupación para acercarse a los jóvenes que estaban abrazados y con la sangre en su ropaje

La doncella verifico su pulso con alivio trato de levantarlos, pero se dio cuenta que pesaba demasiado mirando a todos lados empezó a gritar por ayuda. La tormenta no ayuda en absoluto y estaba empeorando con su aliento agitado sujeto ambas manos para poder arrastrarlas sobre la tierra ya húmeda.

Caballero  dorado de PiscisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora