capítulo XIII: Seis.

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La cabellera rosada de Dahyun se veía como un nido de aves desde la perspectiva de Sana, su cabeza rosada estaba recostada en su estómago mientras metía palomitas en su boca y estaba muy atenta a la televisión.

Era aquel típico fin de semana en el que la pasaban juntas viendo alguna película o alguna serie, hoy era el día de American Horror Story una serie que Dahyun había descubierto hace unos días y que no esperaba para empezarla con su novia.

A Sana las cosas de terror no le gustaban mucho, pero siempre hacía una diferencia con Dahyun ya que el terror era su favorito. Siempre hacía una diferencia por Dahyun, le gustaba verla feliz.

-Ah~Kit es tan guapo.- Dijo Dahyun mientras seguía comiendo palomitas.

-Pero si mato a muchas mujeres.

-¿Qué?- Dahyun rió levantándose del estómago de Sana.-¿No has prestado atención?

-En esa parte no, me distraje con tus cabellos.-

-Si, por poco me distraes a mi también.-Sonrió tocando su cabello. -Haces buenos masajes capilares, deberías de dedicarte eso.

-Dejare mi sueño de ser tatuadora para hacer masajes. -Guiño el ojo. -Es una buena idea.

-No seas sarcástica.-Jadeo mientras golpeaba el costado de Sana.

Sin saber provocándole mucho dolor a la tatuada, un dolor que tuvo que disimular ya que sería muy sospechoso.

Pero nada se le pasa a Dahyun que se dio cuenta de la mueca reprimida en dolor en el rostro de Sana.

-¿Te pasa algo?-Preguntó con la ceja levantada y volviendo a pasar su mano por el lado que había golpeado.

-N-no.-Fingió sonreír y retiró rápidamente la mano de Dahyun de su costilla.-E-estoy bien.-

-No, no lo estás.-

-Claro que si, solo me tomaste desprevenida.-

-No te golpee fuerte.

-Eso es lo que crees.-Tomó la mano de Dahyun y la hizo un puño.-Eres todo una luchadora que noquearía a cualquiera.-

-Es mentira, deja de mentir. Frunció el ceño.- Hay veces en las que llegas con heridas en tu rostro o con pequeños moretones y también llegas adolorida siempre en las costillas ¿Me ocultas algo, Minatozaki Sana?-

Dijo mi nombre completo y no un diminutivo. Pensó preocupada.

Sana aún guardaba el secreto de que participaba en peleas clandestinas, aún tenía miedo por la reacción que vaya a tener Dahyun.

Con estos seis meses de relación se había dado cuenta la gran majestuosidad que rodeaba a Dahyun, desde sus notas perfectas hasta su gran talento en la danza, todo era en ella era perfecto, así que trataba de ser una novia perfecta también. Por eso aún le ocultaba que participaba en peleas clandestinas, no quería manchar algo de la majestuosidad y pulcritud que tenía el nombre de Minatozaki Sana. De por sí lo ensuciaba algo por los rumores que habían en su alrededor.

Sana había tenido un pasado en el que se había comportado de una forma no muy grata, se había puesto en sus hombros el cargo de ser la chica mala pues estaba muy aburrida y le gustaba la atención y prestigio que daba a su nombre. Pero había quedado atrás, cuando empezó a madurar solamente dejó atrás todo lo que lo caracterizaba como una chica mala, pero siempre tú pasado te persigue. Las cuentas le habían venido cuando todo el mundo se enteró que la perfecta Kim Dahyun estaba saliendo con la problemática Minatozaki Sana.

Y bien, había dejado sus malos hábitos como: pelearse por cualquier cosa en la cafetería hasta romperle el labio al otro, pero su ceño fruncido y las chaquetas de cuero jamás se irían, eran su estilo, uno que le hacía ver intimidante.

❝cigarro acaramelado❞ saidaМесто, где живут истории. Откройте их для себя