Ataque.

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Pero su felicidad no duraría. Al día siguiente, al anochecer, una gran cantidad de mortífagos rodeo el castillo.

La batalla había comenzado. El castillo, aún protegido con el escudo que todos habían echo, se convirtió en el campo de batalla. Partes de todos lados se derrumban, las personas caen a sus pies. Y Harry no puede sentirse más impotente.

Ambos de sus padres estaban allí, peleando por una guerra que ya habían librado antes, sus amigos estaban luchando a su lado pero llego un punto dónde dejo de verlos. Y luego murió el profesor al que más había odiado en sus años de hogwarts, descubriendo que en verdad lo había protegido todos estos años. Y que el debía morir. Se negaba a creerlo, dejar atrás a su familia y amigos le resultaba imposible. Empezaba a desesperarse cuando un grito se escuchó a la habitación continua. Harry corrió sin pensarlo y la escena lo paralizó. Remus yacía tirado en el piso, con la vista fija en el techo. Sirius estaba a su lado, con su mano en la del otro. Pero pronto lo acompañaría. Otro rayo verde salió de la varita de Bellatrix, iluminando la habitación para luego desaparecer. La luna y la estrella, el lobo y el perro, dos personas que jamás volverán a verse.

Harry no podía creerlo. Que más faltaba? Preguntó en su mente. Decidido a terminar con ésto de una buena vez decidió aceptar su destino...

Se encamino al bosque prohibido donde la piedra de la resurrección empezó a funcionar. Muchas formas aparecieron frente a el. Mary, Dorcas, Lily y Marlane se encontraban juntas mirándolo con una espléndida sonrisa. James y Regulus le sonreían con aún más entusiasmo, y Remus y sirius estaban a sus lados.
No pudo evitar llorar al verlos juntos a todos. Su familia. Lo que había perdido. Trato de tocarlos pero solo logro traspasar la escasa figura celeste.

-Confiamos en ti, Harry...

Soltó la pierda, dejando que se perdiera entre el bosque y, con las sombras por detrás, camino hasta donde supuso estaría Voldemort. Y allí lo encontró. Dispuesto a dar la vida por los que más quería recibió el Avada Kedavra.

Pero algo extraño sucedió, una especie de estación se alzó ante el y el espectro de su antiguo director lo guío de vuelta a la vida. Cuando volvió se dió cuenta de que todo hogwarts lo miraba. Busco a sus amigos desesperadamente con la mirada, pero no encontro a nadie. Entonces se propuso que debería terminar con ésto antes de ir a buscarlos y darles una explicación. Peleó con Voldemort a muerte, con varias heridas en el proceso. Y salió victorioso, pero eso no le importo en cuanto vio a los Weasley reunidos alrededor de dos personas.

Temiendo lo peor corrió al instante y vislumbro la cabellera corta de Fred y... la hermosa cabellera larga de quién alguna vez habría sido su prometido. "No..." Sus ojos estaban cerrados y demostraban las lágrimas que había derramadas antes de morir. "No me dejes, porfavor!" Las palabras no salieron de su boca. Ni el llanto. Solo se acercó a el lentamente y beso sus fríos labios, tomándolo de la mano a quien antes habría sido su prometido. Ya no le quedaba nada. Volteo a ver a su mejor amiga, buscando consuelo en su mirada. Pero ya no lo encontraba, en ningún lado.

El sufrimiento que sentía no podía demostrarse con gritos, con llanto o con tristeza. Volteo a ver a los demás y tomo la otra mano de ron, la cuál aún tenía el colmillo de basilisco. Lo tomo y luego pronunció las siguientes palabras:

"Gracias por todo, pero ya no tengo razón para vivir si el no está conmigo. Los amo..."

Nadie tuvo tiempo de preguntar, pues el colmillo se enterró en su pecho... directo al corazón. La sangre corrió por su cuerpo mientras los ojos de Harry perdían vida y esperanza. Lo último que vio fue a todos los que consideraba su familia rodearlo... rodeando a un cuerpo sin vida.

"Nos volveremos a encontrar"

Fin

Inesperadamente Hermoso  [Ronarry]Where stories live. Discover now