110 No diré que lo lamento.

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💛Disfruten💛

Capítulo final, muchas gracias a todos los que leyeron y siguieron esta historia por tantos meses. Los amo de corazón🩷
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—Amor, ¿Para que día compraste los vuelos de regreso?— preguntó Guillermo.

—Para el viernes.

El mexicano sonrió y le dio un beso suave.

—No sabía que aún nos quedaban tres días aquí. Y tu eres el primero que dices extrañar a los chicos pero mira hasta cuando nos vamos a regresar.

Los dos comenzaron a reír.

—Lo sé, los extraño siempre. Pero me gusta estar en esta casa, me gusta la tranquilidad que aquí tenemos, solo serán unos días.

La pareja desayunaba tranquilamente, no tenían planes, simplemente pasar estos días juntos disfrutando de la compañía del otro.

Esto lo disfrutaban.

Después del desayuno y de juntos lavar la loza se dirigieron a la sala, les encantaba acostarse juntos mientras jugaban algun videojuego, era la mejor manera de entretenerse.

Era una tarde divertida, Lio se reía mientras Guillermo molesto había perdido en el juego.

Se disfrutaban tanto, estar juntos era el alivio de sus almas.

Después de pasar la tarde jugando, Guillermo se levantó del sofá para estirarse.

—Vamos afuera— le dijo a su esposo.

—Bueno, pero prepararé un mate.

El mexicano salió al jardín mientras que el argentino fue a la cocina a calentar agua.

Guillermo observaba el cielo, sentía la fresca brisa de la noche recorrer su cuerpo, desde el jardín podía ver a Lio calentar el agua, sonrió para sí mismo. Esa bella imagen del amor de su vida, el hombre que amaba y amaría por siempre.

Mientras observaba por la ventana hacía algunas dominadas con el balón, ambos sabían que era algo que jamas abandonarían, aunque ninguno jugara y estuvieran ambos retirados, sabían que seguir jugando era algo que los mantenía vivos, su pasión por el fútbol era la misma que sentían desde jóvenes y era tan fuerte como su amor de pareja.

—¡Amor! ¡ya vente!—grito Guillermo desde el jardín un poco desesperado por jugar con su esposo.

—¡Amor!—volvió a gritar mientras dominaba el balón hacía la portería más cercana.

—Tranquilo, ya estoy aquí— Lio caminaba tranquilamente mientras bebía mate— ¿Quieres? — extendió su brazo.

Guillermo rodo los ojos.

—Sabes que nunca me gusto esa cosa.

Lio comenzó a reír.

—No pierdo la esperanza— se acercó para besarlo.

Ambos rieron, y se separaron para jugar.

La noche avanzaba mientras Guillermo y Lio disfrutaban de su juego de fútbol en el jardín. Se movían con agilidad, regateando el balón, riendo y compitiendo como dos niños. A pesar de que habían dejado atrás sus días de estrellas del fútbol profesional, la pasión por el deporte seguía ardiendo en sus corazones.

Después de un rato, decidieron hacer una pausa. Se sentaron en el césped, con la respiración agitada y sonrisas radiantes en sus rostros. Guillermo miró a Lio y le dijo con cariño:

—Sabes, Lio, nunca me cansaré de jugar contigo. Es como si cada vez que tocamos un balón, volviéramos a aquellos días en los que nos conocimos.

Lio asintió, con los ojos brillando de emoción.

Ríndete ante mi [MESSI X OCHOA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora