↳ one shots ༉‧₊ ❝[Riverduccion] ❞

Entre el Ring y la Elegancia

Félix se encontraba en el gimnasio de boxeo, rodeado por el bullicio de los entrenamientos y las conversaciones entre boxeadores. Mientras se ajustaba los guantes y se preparaba para su próxima pelea, escuchó a un grupo de compañeros murmurando sobre Samantha, una gimnasta famosa por sus escándalos y su indiscutible belleza.

—¿Has oído hablar de Samantha?—preguntó uno de los boxeadores a su amigo, con una expresión intrigada en el rostro.

Félix, curioso por la conversación, se acercó para escuchar mejor—¿Samantha? No, ¿quién es ella?—preguntó.

Su amigo sonrió y respondió—Dicen que es esa gimnasta que siempre está en el centro de los escándalos, pero también que es la mujer más hermosa que jamás hayas visto.

Félix, sintiendo su curiosidad despertar, sabía que tenía que conocer a esta misteriosa mujer llamada Samantha. La idea de un encuentro inminente comenzó a rondar su mente mientras continuaba su entrenamiento con una sonrisa en los labios.

Félix subió al ring esa noche, con la imagen de Samantha en su mente. Mientras se enfrentaba a su oponente, sus pensamientos divagaban, imaginando cómo sería esta enigmática gimnasta. Se preguntaba si realmente sería tan hermosa como decían y si su reputación de escándalos era cierta.

Mientras su oponente lanzaba un gancho izquierdo, Félix se distrajo por un momento, lo que resultó en un golpe directo en su costado.

El entrenador de Félix, Ronny, gritó desde la esquina del ring—¡Félix, concéntrate en la pelea! No puedes permitirte distracciones.

Félix sacudió la cabeza para alejar sus pensamientos y volvió su atención al combate. Sabía que no podía darse el lujo de perderse en sus fantasías mientras estaba en el ring, pero la curiosidad sobre Samantha seguía rondando su mente, y era difícil ignorarla.

Félix continuó luchando en el ring, pero su mente seguía divagando. Cada vez que intentaba enfocarse en su oponente, la imagen de Samantha y su curiosidad por conocerla volvían a distraerlo.

Finalmente, después de otro descuido que casi le costó otro golpe, Ronny no pudo contener su frustración. Cuando sonó la campana al final del asalto, el entrenador se acercó a Félix y lo regañó en voz alta—¡Félix, necesitas estar completamente enfocado en tus peleas! ¿Tienes idea de lo importante que son los próximos Juegos Olímpicos? No podemos permitirnos distracciones.

Félix, sintiéndose abrumado por la presión y la curiosidad, preguntó a su entrenador—Ronny, ¿cuándo son los Juegos Olímpicos? No he estado siguiendo el calendario.

Ronny suspiró y respondió con un toque de sarcasmo—Lo único que sé es que los juegos de boxeo están programados después de las competencias de gimnasia, si eso es lo que te preocupa. Pero eso no es excusa para no estar enfocado en tu entrenamiento y en las peleas que vienen antes.

Después de la charla con Ronny, Félix finalmente entendió la importancia de concentrarse en su combate. Se olvidó de Samantha, los rumores y las distracciones, y se sumergió por completo en el enfrentamiento en el ring.

Con una determinación renovada, Félix demostró su habilidad y experiencia. Esquivó los golpes de su oponente con agilidad y respondió con precisión. Cada movimiento, cada golpe, estaba ejecutado con la perfección que solo un boxeador de su calibre podía lograr.

El público observaba con admiración mientras Félix dominaba el combate. Finalmente, en un emocionante clímax, conectó un poderoso gancho de derecha que envió a su oponente a la lona. El árbitro comenzó a contar y, antes de llegar a diez, el oponente no pudo levantarse.

Después de su victoria en el ring, Ronny felicitó a Félix por su impresionante desempeño y le recordó la importancia de mantener ese nivel de concentración en futuros combates. Sin embargo, Félix tenía otro objetivo en mente: encontrar a la misteriosa Samantha.