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Papá pt2

➥ 7 años atrás...

— Mamá, necesito contarte algo importante. Samantha está embarazada —dijo Félix, observando la reacción de su madre.

La madre, sorprendida y molesta, soltó un suspiro de desaprobación— No necesitas hacerte cargo de eso, Félix. Deberías centrarte en tu carrera y no en asumir responsabilidades que no te corresponden.

Félix, firme en su decisión, le respondió:— Mamá, es mi responsabilidad. No puedo darle la espalda a Samantha ni a nuestro bebé. Quiero estar allí para ellos.

La madre, enojada, le reprochó sus decisiones— Si decides quedarte, arruinarás tu vida. Esa chica no es adecuada para ti.

Félix, resistiendo a la presión de su madre, afirmó— Mi decisión está tomada. Voy a ser parte de la vida de Samantha y de nuestro hijo. No puedo ignorar mis responsabilidades.

La madre de Félix, frustrada por la insistencia de su hijo en asumir sus responsabilidades, intentó persuadirlo de nuevo:

— No seas tonto, Félix. Puedo ayudarte a escapar de esta situación. Podemos hacer que tu vida continúe en otra ciudad, sin ataduras.

Félix, manteniendo su postura, respondió con determinación— Mamá, no puedo huir de esto. No se trata solo de mí, sino de Samantha y nuestro hijo. Me haré responsable de mis decisiones.

Félix, decidido a estar presente en cada paso del embarazo de Samantha, anunció— Voy a acompañar a Samantha a la ecografía del cuarto mes hoy. Está emocionada por saber el sexo del bebé.

La madre de Félix, preocupada, le expresó su inquietud— No sé cómo estás arruinando tu vida con esto. Deberías reconsiderar tus decisiones.

Félix, sin titubear, le respondió— Mamá, estoy eligiendo ser parte de la vida de Samantha y nuestro hijo. No veo eso como arruinar mi vida, sino como construir una familia.

Félix entró a la casa, emocionado por la noticia que tenía para compartir. Al ver a su madre cocinando, no pudo contener su entusiasmo.

— ¡Mamá, es una niña! Vamos a tener una hija —dijo Félix, esperando una respuesta emocionada.

La madre de Félix, sin embargo, no mostró ninguna emoción. Silenciosamente, sirvió un plato y le dijo a Félix:

— Vete a cenar. No sé por qué te emocionas tanto por algo que solo complicará tu vida.

Al otro día, Félix se encontraba en la cocina, preparándose el desayuno.

Su madre, sorprendida por verlo tan temprano, le preguntó— ¿Por qué te levantaste tan temprano hoy?

Félix, con determinación, respondió:— Voy a salir a buscar trabajo. Quiero ayudar a Samantha con la bebé. Necesitamos estar preparados para cuando llegue.

— No quiero que trabajes para mantener a una bebé que tal vez ni siquiera sea tuya, Félix.

Félix, firme en sus decisiones y lleno de amor por la pequeña que venía en camino, respondió con convicción:

— Es mi hija, mamá. Quiero mucho a esa bebé, y haré todo lo posible para proporcionarle lo mejor. Necesito estar ahí para Samantha y nuestra familia.