La felicidad no dura para siempre y Hande lo supo el día en qué su padre exilió a su madre, sin razón alguna.
Años después volverá más fuerte para vengar a su madre y a sus hermanos, no importa lo que eso cueste.
- İbrahim Paşa, necesito que vayas a Diyarbakır para traer a mis hijos. - El sultán dijo con seriedad a su mejor amigo.
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- Su majestad, la sultana Hatice se emocionará mucho al saber que la sultana Ilknur regresará. - İbrahim habló con una sonrisa.
- Solo traerás a mis hijos İbrahim.
El gran visir eliminó su sonrisa, confundido por las palabras de su sultán.
- ¿La sultana Ilknur no vendrá? - El Paşa preguntó con temor.
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- No İbrahim, mis hijos pertenecen a esta dinastía, pronto serán adultos y como las reglas indican cada uno será enviado a su respectiva provincia, ya es hora de prepararlos - El sultán decia mientras se levantaba de su escritorio para acercarse a su mejor amigo y dejar las cosas claras. - por eso te mando por ellos.
El Paşa asintió, aún se encontraba sorprendido ante la petición de su sultán.
- ¿Y la sultana Hande? ¿también la traeré?
- No, ella se quedará con Ilknur. - El sultán habló con total frialdad.
( . . . ) 1 semana después. Diyarbakır.
- Sultana. - Ipek Hatun entró a los aposentos de su sultana con una gran sonrisa, cuándo obtuvo la atención de Ilknur hizo una reverencia.
- ¿Qué pasa Ipek? - Ilknur se levantó de su diván dejando la tela que tejía aun lado.
- El gran visir İbrahim Paşa está aquí y desea hablar con usted. - Ipek dijo emocionada.
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